El siguiente texto procede de la obra de Philip Friedman, This Was Oswiecim: The Story of a Murder Camp, traducido al inglés por Joseph Leftwich (London: United Jewish Relief Appeal, 1946):

"Al principio, los alemanes enterraban los huesos de las víctimas, o los arrojaban al río; pero más adelante, decidieron darles un uso. A partir de 1943, los alemanes empezaron a trocear los huesos y venderlos a la empresa alemana 'Strem' para transformarlos en fosfatos. Se han encontrado documentos que demuestran que 'Strem' recibió 112.600 kilos de huesos humanos. Probablemente fueron usados para fabricar jabón. Ésa es la historia que empezó a circular entre la gente en Polonia, por lo que mucha gente rehusó usar el jabón alemán que se distribuyó allí. No tenemos pruebas, sin embargo, de que se sacaran huesos humanos y grasa de
Oswiecim y que se usaran para fabricar jabón. Pero tenemos pruebas de que hubo una fábrica de jabón en Polonia. El Presidente de la Ciudad de Danzig, Kotus-Jankowski, presentó terribles pruebas que demuestran esto en la Sesión del Consejo Nacional que tuvo lugar el 5 de mayo de 1945.

'En el Instituto de Higiene de Danzig descubrimos una fábrica de jabón en la que se usaron cuerpos humanos del Campo de Stutthof, cercano a Danzig. Encontramos allí 350 cuerpos de prisioneros polacos y soviéticos. Encontramos un caldero con restos de grasa humana hervida, una caja de huesos humanos preparados, y cestas de manos, pies y piel humana con la grasa quitada' ".