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Engaño y Tergiversación
Técnicas de Negación del Holocausto
Frau Ilse Koch, el General Lucius Clay, y las
atrocidades cometidas con piel humana


En cualquier caso, la afirmación " la colección de muestras con fines médicos así recogida fue la procedencia de la piel tatuada" fue silenciosamente olvidada.

Más aún, la implicación no expresada en estos artículos es que no basta con no creer que Ilse Koch en concreto estuvo implicada en la comisión de atrocidades, sino que hay de dejar de creer en todas las atrocidades nazis. Esto es obviamente una conclusión irracional.

Para dejar todo claro, es necesario ver por qué el General Clay se equivocaba al decir que los adornos no estaban hechos de piel humana. La explicación es muy simple, pero para proporcionar una refutación detallada, examinaremos las fuentes históricas cuidadosamente (y en un estricto orden cronológico).

El General Clay tuvo la sensación en 1948 de que Ilse Koch había sido sentenciada injustamente a cadena perpetua el año anterior por el tribunal militar internacional americano. El 16 de septiembre conmutó su pena por cuatro años de prisión. Como explicó el 23 de septiembre: "No había ninguna prueba convincente de que seleccionara a prisioneros para que los asesinaran y hacerse así con piel tatuada, o que poseyera cualquier artículo hecho de piel humana". [5]

Esto apareción en el New York Times el 24 de septiembre de 1948, pág. 3. Al día siguiente, el periódico citaba al Secretario del Ejército Kenneth C. Royall: "la última palabra del Sr. Royall con respecto a la suerte de la mujer que fue acusada de atrocidades, incluyendo el uso de piel humana tatuada para fabricar diversos artículos, es que estos cargos no habían sido probados".[6]

Esta reducción de pena fue muy impopular, y se planteó si podría volver a juzgarla o sentenciarla. El gobierno de Estados Unidos abandonó esta intención después de un tiempo, declarando que se lavaban las manos en este tema. Más tarde, fue juzgada por un tribunal alemán acusada de haber abusado de prisioneros alemanes y de haberlos asesinado; el juicio anterior había incluido sólo los prisioneros de otras nacionalidades. En este segundo juicio se la halló culpable y de nuevo se le sentenció a cadena perpetua. Pasó el resto de su vida en prisión hasta que se suicidó en 1967.

Parece que la razón por la que el General Clay concluyó que no se habían presentado suficientes pruebas es que faltaba una prueba crucial. De acuerdo con un testigo, su álbum familiar estaba forrado con piel del pecho de un hombre que tenía un llamativo tatuaje de un barco de cuatro mástiles.[7] El álbum, del que Koch dijo insistentemente que estaba forrado con tela negra, nunca se encontró.

Se podrían haber presentado cargos adicionales por atrocidades contra ella en el primer juicio, pero debido a una cuestión técnica referente a la actuación de la acusación, no se pudo. Esta actuación fue, de hecho, incorrecta. Como explicó un fiscal de Estados Unidos en el Times el 15 de octubre: [8]

La fabricación de pantallas de lámparas y otros artículos con piel humana, y otras atrocidades masivas cometidas por ella, no podían ser presentadas en el juicio porque Ilse Koch cometió la mayoría de sus crímenes durante el periodo que el Ejército Americano, violando la Ley 10, no quiso incluir en sus juicios. [9]
La Ley 10 indicaba que los Aliados tendrían en cuenta todos los crímenes cometidos entre 1933 y 1945. Pero una orden dad al parecer por el Coronel C.E. Straight y el Coronel A.H. Rosenfeld obligó a ignorar todos los crímenes cometidos en Buchenwald antes de Pearl Harbor, aunque el campo llevaba en funcionamiento desde hacía cuatro años.

Una semana después, el General Clay comentó sobre este asunto:[10] "my inspección del sumario del caso, que recibí de los abogados, indicaba que los cargos más importantes se basaban en rumores y no en pruebas. Por esta razón, la sentencia fue conmutada". Siguió diciendo:

No tengo ninguna simpatía por Ilse Koch. Era una mujer de un carácter depravado y de una terrible reputación. Había hecho muchas cosas reprobables y punibles, sin duda, bajo la jurisdicción de la ley alemana. Pero no estábamos juzgándolo por esas cosas. La estábamos juzgando por unos cargos específicos, acusada de ser criminal de guerra.
Obsérvese que el General Clay hace referencia a que se basa en los "informes que recibió de los abogados". Esto será importante más adelante.


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