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Engaño y Tergiversación
Técnicas de Negación del Holocausto

La Lista de Schindler y los
"Sabios Revisionistas"


[Continúa]

Como si quisiera reforzar su demostración de ignorancia respecto al material que pretende entender hasta el punto de decirnos qué es un "hecho" y qué es "físicamente imposible", el Sr. Vicksell repite su comentario, en términos ligeramente diferentes, al día siguiente. Cuando se le pregunta cómo sabía que Goeth nunca disparó a nadie desde su porche, traga el anzuelo:

Porque las fotos aéreas del campo de Plaszow realizadas durante la guerra muestran claramente que el campo estaba tras la cresta de una colina mirando desde la casa de Goeth. Como he dicho antes, le habría hecho falta un mortero para disparar a los internos del campo de concentración. [5]
Esta vez, vemos que el Sr. Vicksell revela la fuente de sus "hechos", el mismo panfleto de John Ball utilizado un mes antes por el Sr. Gannon, y distribuido por la sección de edición de Ernst Zündel. Las "fotos aéreas realizadas durante la guerra" del Sr. Ball le proporcionaron al Sr. Vicksell todas las pruebas que necesitaba. Pero, ay, al Sr. Vicksell le habría ido mejor si hubiera leído el libro que despreciaba:
La primera mañana que el Comandante Goeth salió a la puerta de la fachada de su casa y asesinó a un prisionero escogido al azar, surgió una tendencia a ver esto también, al igual que la primera ejecución en Chujowa Gorka, como un hecho único, ajeno a lo que sería la vida habitual en el campo. La realidad, por supuesto, es que los asesinatos desde la colina pronto se convertirían en algo habitual, la rutina mañanera de Amon.

Vistiendo una camisa, pantalones de montar y botas de montar brillantes por el betún dado por su ordenanza, salía a la entrada de su residencia temporal. (Estaban reformando para él un sitio mejor al otro lado del perímetro del campo). Cuando empezara a hacer calor, se le vería salir sin camisa, porque le encantaba el Sol. Pero por el momento salía con la misma ropa con la que había desayunado, un par de prismáticos en una mano y un rifle de francotirador en la otra.

Oteaba el área del campo y los trabajos en la cantera, y miraba a los prisioneros que empujaban o tiraban de las vagonetas de la cantera sobre los raíles que pasaban por delante de su puerta. Los que se paraban a mirar podían ver el humo del cigarrillo que sujetaba entre sus labios, muy caído, la forma en la que fuma un hombre que tiene las manos atareadas con alguna cosa. Durante los primeros días de la vida del campo, aparecía así delante de su casa y disparaba a algún prisionero que le pareciera que no estuviera empujando con suficiente ímpetu las vagonetas con piedra caliza.

Nadie conocía las razones exactas por las que Amon se fijaba en el prisionero al que disparaba - Amon, evidentemente, no dejó por escrito cuáles eran sus motivos. Con un tiro desde la puerta, el hombre era apartado del grupo de prisioneros que trabajaba y caía a un lado de la carretera. Los otros dejaban de moverse, por supuesto, con  los músculos congelados, temiendo una carnicería. Pero Amon les hacía un gesto, como diciéndoles que por ahora estaba contento con el trabajo que estaban haciendo." [6]

Nos parece sorprendente que los negadores del Holocausto puedan analizar fotos aéreas del campo, con la casa de Goeth de 1943, e ignorar la fuente más obvia de la aparente contradicción - el libro en el que se basó la película- para determinar los hechos.

Si lo hubieran hecho, el "acto físicamente imposible" se habría desvanecido mucho antes de que los Sres. Gannon y Vicksell quedaran en ridículo por recurrir a conclusiones dudosas de "expertos" como el Sr. Ball, y su editor, el famoso Herr Zündel.

¿Nunca se le ocurrió a estos hombres que había una explicación simple para esta aparente contradicción? ¿Nunca se le pasó por la cabeza a Ernst Zündel, o a John Ball, o a los Sres. Gannon y Vicksell que era necesaria al menos una rápida lectura del libro antes de expresar una opinión en un aspecto tan poco firme? Sin embargo, dado el historial de estos propagandistas acérrimos, lo más probable es que al menos algunos de ellos conocieran la explicación y, como es habitual en ellos, simplemente la desestimaron, asumiendo (con frecuencia correctamente) que pocas de las personas que constituyen su audiencia se tomarían la molestia de leer el libro o se darían cuenta si leyeran el libro. Como demuestra este documento sobradamente, no es una teoría exagerada.

[Continúa]


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