[an error occurred while processing this directive] Nuremberg, crimenes de guerra, crimes contra la humanidad

Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
27 de febrero a 11 de marzo de 1946

Heptagésimo Tercer Día: Lunes, 4 de marzo de 1946
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EL PRESIDENTE: Dr. Thoma, si se le concedió el testigo como testigo suyo para que declare ante el Tribunal, no será necesario que tenga a ningún representante de la acusación cuando vea al testigo, dondequiera que pueda estar. La concesión de un testigo le da derecho a verle a solas y a obtener una prueba de su testimonio. ¿Está claro?

Dr. THOMA: Por ahora sólo se me ha concedido una declaración jurada. Aún no se me ha otorgado como testigo.

EL PRESIDENTE: Sí, sólo quería dejarle clara la diferencia entre los interrogatorios y el poder llamar a declarar a un testigo para que ofrezca todo su testimonio. Por supuesto, si envía interrogatorios por escrito, no verá al testigo, pero si por otro lado va a hacer comparecer al testigo como testigo, o a presentar una declaración jurada suya, entonces usted es libre de ver al testigo antes de que se le tome la declaración jurada o antes de que testifique.

Dr. THOMA: Entonces quiero solicitar que se llame a declarar como testigo a Wilhelm Schiedt.

EL PRESIDENTE: Entendido.

Dr. THOMA: En cuanto a Robert Scholtz, querría señalarle al Tribunal que Scholtz fue el director de la Oficina Especial dedicada a la aplicación práctica de medidas adoptadas para la salvaguarda de obras de arte en los distritos orientales y occidentales, y querría llamar la atención

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del Alto Tribunal especialmente sobre el hecho de que un cierto número de doctos expertos alemanes fueron miembros de esta Oficina Especial, y que hicieron un enorme y concienzudo trabajo para salvaguardar, restaurar y proteger estas obras de arte y conservarlas para la posteridad. La forma en la que trabajó este Departamento Especial es por tanto de una gran importancia para muchos hombres. Robert Scholtz conoce todos los detalles del procedimiento. Robert Scholtz puede probar en particular que Rosenberg no se apropió de ni una sola pieza de la enorme riqueza de tesoros artísticos que pasaron por sus manos, y que mantuvo un detallado registro de las que fueron enviadas a Hitler y Goering. También sabe que todas estas obras de arte, o al menos la mayor parte, se quedaron donde estaban, en especial en el Este, y que sólo fueron llevadas al Reich cuando ya no era seguro dejarlas allí.

Ruego al Tribunal que escuche a este importante testigo.

EL PRESIDENTE: Dr. Thoma, ¿puede explicarnos por qué se retiró la solicitud el 24 de enero?

Dr. THOMA: Se dijo entonces, creo que lo dijo la fiscalía británica o la americana, que no se volvería a mencionar al Departamento Especial durante el proceso. Sin embargo, la acusación francesa ha ofrecido ahora un relato detallado del saqueo de Francia, por lo que este testigo vuelve a ser necesario.

EL PRESIDENTE: Creo que con esto acaban sus testigos.

Dr. THOMA: Tengo otra petición. Quiero llamar a declarar a otro testigo, y ya he presentado una petición al Secretario General relativa a este testigo: el Secretario de Estado Braeutigam. Braeutigam fue Vicesecretario de segunda clase en el Ministerio de Asuntos del Este, y se le hará comparecer para probar que Rosenberg, como Ministro de Asuntos del Este, no persiguió a las Iglesias y concedió libertades a todas las confesiones religiosas por medio de un edicto de tolerancia; y además, que Rosenberg se opuso continuamente al uso de la fuerza, apoyó una política de promoción de la cultura y defendió el punto de vista según el cual se debía reforzar y apoyar a la clase campesina. Además, y considero esto especialmente importante, que llegaron al Ministerio de Asuntos del Este muchísimas cartas y telegramas de agradecimiento enviados por el clero de la Unión Soviética a Rosenberg. Caballeros, si no se me conceden los testigos Dankers y Astrowski, solicito permiso para llamar a declarar a Braeutigam.

Y tengo además otro testigo. Para demostrar cómo se comportó Rosenberg con sus oponentes académicos, querría llamar a declarar a uno de estos oponentes académicos, el Dr. Kuenneth, un profesor universitario que escribió un importante libro que atacaba a El Mito. Declarará que los que no estaban de acuerdo con la filosofía de Rosenberg no temían en absoluto a la Gestapo, etc. y que no tenían ningún motivo por el que temer a la Gestapo.

EL PRESIDENTE: Sí. Sir David, ¿quiere revisar esos dos últimos?

SIR DAVID MAXWELL FYFE: Señoría, alego que estos dos últimos testigos no son realmente relevantes para los cargos presentados contra este acusado por la fiscalía. Son testigos generales, y si se me permite decirlo, espero que el Tribunal no encuentre frívolo que lo exprese de esta manera, en realidad son testigos que dicen que el acusado Rosenberg no mataría ni a una mosca. Esto expone brevemente el tipo de testimonio que pueden ofrecer, y alego respetuosamente en nombre de mis colegas que esto no debería ser un asunto tratado en un testimonio verbal, y no se debería permitir, o, si surge algún punto especial, se debería tratar con una declaración jurada.

EL PRESIDENTE: ¿Alega la Acusación que instigó la persecución de Iglesias?

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SIR DAVID MAXWELL FYFE: La Acusación dice que participó en educación antirreligiosa. Hablo de memoria. Es uno de los asuntos. Y creo que hubo cierta correspondencia entre él y el acusado Bormann relativa a sus puntos de vista antirreligiosos. No recuerdo en este momento que hubiera ninguna prueba de que hubiera participado personalmente en la destrucción física de iglesias. Eso es lo que recuerdo.

Señoría, me indican que hay una alegación general en el Apéndice A según la cual autorizó, dirigió y participó en los Crímenes de Guerra y los Crímenes contra la Humanidad, incluida una gran variedad de crímenes contra personas y propiedades.

EL PRESIDENTE: Muy bien, se estudiarán esas cuestiones.

Dr. SEIDL (abogado del acusado Frank): El primer testigo que he solicitado que comparezca es el Dr. Hans Bühler, Secretario de Estado y Jefe de la Administración del Gobierno General. Este testigo se encuentra detenido aquí en Nuremberg pendiente de juicio, y es el testigo más importante para el acusado Dr. Frank. Comparecerá para testificar sobre la política del Dr. Frank en el Gobierno General, ya que fue jefe del gobierno durante todo el periodo, desde la creación del Gobierno General hasta el final.

EL PRESIDENTE: Sir David, ¿tiene alguna objeción con respecto al Dr. Bühler?

SIR DAVID MAXWELL FYFE: No, ninguna, Señoría. Lo único que quiero aclarar es que el acusado Frank quiere llamar a declarar a un número enorme de testigos que fueron funcionarios suyos; quiere llamar a declarar a unos quince. No estoy en contra del Dr. Bühler, pero voy a pedirle al Tribunal que recorte sustancialmente el número de testigos que fueron funcionarios del Gobierno General. Y podría ayudarle al Dr. Seidl que le diga antes del descanso que sugiero que el Tribunal acepte al Dr. Bühler, una declaración jurada del Dr. von Burgsdorff, y que podrían estudiar aceptar a Fraulein Helene Kraffzcyk, la secretaria del acusado, al Dr. Bilfinger y al Dr. Stepp, pero no toda esa sucesión de funcionarios del Gobierno General.

EL PRESIDENTE: Sir David, ¿sugiere entonces que se acepte al Dr. Bühler?

SIR DAVID MAXWELL FYFE: Al Dr. Buehler.

EL PRESIDENTE: Y declaraciones juradas de...

SIR DAVID MAXWELL FYFE: Declaraciones juradas de Burgsdorff, aceptar al Dr. Lammers, está en la lista general...

EL PRESIDENTE: Sí.

SIR DAVID MAXWELL FYFE: ...aceptar a su secretaria privada, Fraulein Kraffzcyk, nº 7, y aceptar los números 9 y 10.

EL PRESIDENTE: ¿Cómo se llaman?

SIR DAVID MAXWELL FYFE: El Dr. Bilfinger y el Dr. Stepp.

EL PRESIDENTE: Un momento.

SIR DAVID MAXWELL FYFE: Y si se aceptan estos testigos, sugiero que no se acepten los números 13 a 20, que son varios funcionarios del Gobierno General. Si se me permite decirlo, la fiscalía alega que la cúspide de la irrelevancia sería el nº 18, el Dr. Eisfeldt, Jefe del Departamento Forestal.

EL PRESIDENTE: Sí.

SIR DAVID MAXWELL FYFE: Creo que sería conveniente para el Dr. Seidl conocer los puntos de vista de la fiscalía. Por supuesto, si tiene alguna sugerencia o alguna alternativa, estaremos encantados de estudiarlas.

EL PRESIDENTE: Continuaremos después del descanso, Dr. Seidl.

Antes de que se retire el Tribunal, antes del descanso, quiero decir que se levantará la sesión esta tarde a las tres y media.

(Se hizo un receso).

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EL PRESIDENTE: ¿Sí, Dr. Seidl?

Dr. SEIDL: Sr. Presidente, Señorías, si lo he entendido bien, Sir David no tiene ningún problema con que comparezcan los testigos Dr. Hans Bühler, Dr. Bilfinger, y Fraulein Kraffzcyk.

EL PRESIDENTE: Sí.

Dr. SEIDL: El segundo testigo que nombro es el Dr. von Burgsdorff, cuyo último nombramiento fue el de Gobernador de Cracovia. En este momento se encuentra en el campo de internamiento de Moosburg, lo cual quiere decir que está cerca de Nuremberg.

El testigo Dr. von Burgsdorff es el único de los nueve gobernadores que he nombrado como testigo ante el Tribunal. Teniendo en cuenta la importancia del cargo de gobernador en el Gobierno General, y en vista de las grandes dificultades que tuvieron que superar estos gobernadores, me parece adecuado que el Tribunal escuche en persona al testigo Dr. von Burgsdorff en lugar de con un interrogatorio por escrito.

¿Es necesario que lea ahora detalles del testimonio, o basta con que mencione la solicitud?

EL PRESIDENTE: La tenemos por escrito, y entendemos que, aunque Sir David sugiere una declaración jurada, usted insiste en pedir su comparecencia en persona.

Dr. SEIDL: Sí, Sr. Presidente, ya que el Tribunal aprobó que se llamara a declarar a este testigo en una fecha anterior.

EL PRESIDENTE: Sí.

Dr. SEIDL: El testigo siguiente es el Ministro del Reich y Jefe de la Cancillería del Reich Dr. Lammers. Este testigo ya ha sido concedido al acusado Keitel, así que no es necesario hablar más del asunto.

El cuarto testigo es el Ministro de Estado Dr. Meissner. En cuanto al hecho de que se llama a declarar a este testigo sobre cuestiones para las que también se ha llamado a declarar al testigo Dr. Lammers, querría pedirle al Tribunal que apruebe un interrogatorio por escrito, a no ser que algún otro acusado llame a declarar a este testigo y pueda comparecer en persona.

SIR DAVID MAXWELL FYFE: Señoría, he comprobado ese punto en mis notas, y no he visto que ningún otro acusado lo llame a declarar como testigo. Y, como dice con total honradez el Dr. Seidl en su primera frase, se quiere hacer comparecer al Dr. Meissner para tratar los mismos temas que el testigo Dr. Lammers. Ese es mi punto de vista.

EL PRESIDENTE: Sí.

Dr. SEIDL: El testigo siguiente es el Dr. Max Meidinger, antiguo Jefe de la Cancillería del Gobierno General y que, al igual que el Dr. von Burgsdorff, está en Moosburg. Mi solicitud por escrito indica que este testigo ejerció un cargo muy importante. Recibía toda la correspondencia de la administración del Gobierno General, y conoce especialmente lo esencial de las sugerencias y quejas enviadas por el acusado Dr. Frank a las autoridades del gobierno central en Berlín, y en particular las propuestas que el acusado Dr. Frank le hizo repetidas veces al Führer.

El testigo fue también aprobado anteriormente por el Tribunal, y creo que teniendo en cuenta los vastos conocimientos de este testigo, debido a que trabajó varios años en el Gobierno General, parece aconsejable una comparecencia en persona ante este Tribunal.

EL PRESIDENTE: Dice que ha sido aprobado. ¿No fue aprobado como una de las personas de un grupo del que Frank iba a escoger tres? Había un gran grupo de testigos.

Dr. SEIDL: Sí, Sr. Presidente. Se escogió de este grupo a dos testigos, a von Burgsdorff y al Dr. Max Meidinger. Esos son los dos testigos que se escogieron de un grupo de trece.

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EL PRESIDENTE: ¿Quién era el otro?

Dr. SEIDL: El otro era el testigo nº 2, el Dr. von Burgsdorff. El testigo nº 6, al que he nombrado y al que querría hacer comparecer en persona, es el testigo Hans Gassner. Su último cargo fue el de Jefe de Prensa del Gobierno General, y también está en el campo de internamiento de Moosburg. Se le nombró, junto a otros, para testificar que el acusado Frank no supo de la existencia del campo de Majdanek ni de las condiciones allí existentes hasta 1944, y gracias a que el testigo le habló de los informes publicados en la prensa extranjera.

El testigo también estuvo presente, esto no se indica en mi solicitud, cuando el Dr. Frank le dijo a un periodista que los bosques de Polonia no serían lo suficientemente grandes para colgar todas las condenas a muerte. El testigo también podrá describir con detalle la entrevista para explicar lo que quería decir Frank con esa frase, cómo quería que se entendiera y cuáles eran sus razones para hacer esa observación.

Debo añadir que el Tribunal también aprobó este testigo en una fecha anterior.

También debo decir, hablando en general, que según los deseos del Tribunal, mi solicitud de testimonios sólo indicará las líneas generales de lo que se preguntará a los testigos, y que he evitado conscientemente indicar las diferentes preguntas que quiero hacerle a cada testigo.

EL PRESIDENTE: Sir David, ¿puede exponer su punto de vista sobre el nº 6?

SIR DAVID MAXWELL FYFE: Con la venia, la fiscalía considera que el segundo asunto del que se desea que hable Herr Gassner, que el acusado Frank sólo supo de Majdanek cuando éste le habló de él en 1944, es realmente una cuestión sobre la que ningún testigo puede ser tan adecuado como el propio acusado. Todo lo que puede decir el testigo es: Le hablé al acusado Frank de Majdanek, y me dio la impresión de que no sabía nada". Bien, eso no es, según el punto de vista de la acusación, una prueba aceptable.

El Tribunal podrá juzgar el asunto cuando interrogue sobre ese punto al acusado Frank. Si se desea que esa entrevista tenga lugar ante el Tribunal, la fiscalía alega que se podría tratar adecuadamente con una declaración jurada o un interrogatorio. Aparte de eso, el fundamento del testimonio es totalmente general y podría cubrirse con una declaración por escrito.

EL PRESIDENTE: Bien, pasemos al siguiente, Sir David ya ha expuesto su opinión sobre este testigo.

Dr. SEIDL: Sí, Sr. Presidente.

El siguiente testigo es Helen Kraffzcyk, la última secretaria del acusado. Si lo he entendido bien, la fiscalía no tiene ningún inconveniente.

El testigo nº 8 es el General von Epp, el último Gobernador del Reich de Baviera. Está en este momento en el campo de internamiento de Oberursel. Las declaraciones de este testigo se centrarán especialmente en la actitud del acusado Frank hacia los campos de concentración en 1933. Como el testigo se encuentra en los alrededores de Frankfurt, en este caso me bastaría con un interrogatorio.

EL PRESIDENTE: ¿Sí, Sir David?


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