[an error occurred while processing this directive] Nuremberg, crimenes de guerra, crimes contra la humanidad

Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
27 de febrero a 11 de marzo de 1946

Heptagésimo Quinto Día: Miércoles, 6 de marzo de 1946
(3 de 6)


[Página 182]

Sr. DODD: Señoría, queda la cuestión del Almirante Buerkner. Que nosotros sepamos, el Dr. Siemers hizo una petición relacionada con el Almirante Buerkner hace un tiempo, y en aquel momento se le dijo, si lo he entendido bien, que se haría comparecer al Almirante Buerkner, o que la fiscalía tenía intención de llamarle a declarar como testigo, y que por tanto, no considerábamos apropiado que hablara con el Almirante Buerkner hasta que le hubiéramos llamado a declarar como testigo.

Hasta una fecha muy tardía en esta presentación de nuestro caso teníamos aún intención de llamar a declarar al Almirante Buerkner. Creo de hecho que se le mencionó ante el Tribunal en relación al testigo Lahousen. Y fue por ese motivo por el que le dijimos al Dr. Siemers que considerábamos que no debía hablar con el testigo hasta después de que declarara o de que se tomara alguna decisión sobre su testimonio. Pero hemos tratado en todo momento de cooperar con la defensa y de permitirles contactar con estas personas que están aquí detenidas para que puedan hablar con ellas.

EL PRESIDENTE: Haremos un descanso de diez minutos.

(Se hizo un receso).

Dr. SIEMERS: ¿Puedo añadir algo sobre los testigos? En cuanto al testigo nº 1, Marinedakan Ronneberger, acepto recurrir a una declaración jurada según la sugerencia de Sir David. Con respecto al testigo Buerkner, querría mencionar que la afirmación del Sr. Dodd se basa en un error. No se me permite hablar con el testigo porque aún no ha sido aprobado por el Tribunal como testigo mío. No se dio ninguna otra razón.

EL PRESIDENTE: Creemos que no es necesario seguir hablando de este testigo. Ya he dicho que los miembros del Tribunal actuarán.

Dr. SIEMERS: No he entendido si el Sr. Dodd está de acuerdo o no con que hable ahora con el testigo Buerkner.

EL PRESIDENTE: Creo que es lo que ha dicho. Dijo que la fiscalía ha cerrado su caso, y ya no les supone ningún inconveniente que usted vea al testigo.

Dr. SIEMERS: Entonces, una última observación. El Tribunal habrá visto que no he solicitado ningún testigo relacionado con la guerra naval y la guerra submarina. El motivo es que que he acordado con el Dr. Kranzbuehler que él tratará todo el complejo de la guerra naval y la guerra submarina, aunque no sólo afecta a Donitz, sino también en un grado considerable a Raeder como Comandante Supremo de la Armada. Por tanto, en los intereses de Raeder relativos a este asunto, será representado también por el Dr. Kranzbuehler.

[Página 183]

Querría señalar tan sólo que la muy importante solicitud del Dr. Kranzbuehler relacionada con el Almirante Nimitz no sólo afecta a Donitz, sino también a Raeder, además de la organización del Estado Mayor en lo que concierne a la Armada.

¿Puedo pasar ahora a los documentos?

SIR DAVID MAXWELL FYFE: Con respecto al documento nº 1, los Diarios de Guerra de la Seekriegsleitung y el B.D.U., el asistente del Dr. Kranzbuehler, el Dr. Meckel, ha ido a Londres para trabajar con esto en el Almirantazgo.

En cuanto al nº 2, los Diarios de la Armada de Weyer y el Anuario de la Armada, no hay objeciones a que el Dr. Siemers disponga de ellos.

En cuanto al Informe del General Marshall del 10 de octubre de 1945, no veo su relevancia en este momento, pero si el Dr. Siemers indica qué parte pretende usar, se podrá discutir cuando se lo presente al Tribunal.

El nº 4, los Documentos del Almirantazgo Británico de mayo de 1939 a mayo de 1940, que se solicitan en relación a los preparativos del desembarco en Escandivania y Finlandia, aunque estrictamente lo relevante es lo que conocía el acusado Raeder, haré averiguaciones sobre estos documentos, y si el Tribunal me concede un poco de tiempo, espero poder informar al Tribunal sobre ellos.

Quiero dejar claro que por supuesto no puedo comprometerme a dar detalles de documentos Aliados, pero espero poder presentar algunos documentos que podrían ser de ayuda para el Tribunal y tratarlos con autoridad. Preferiría no dar detalles en este momento.

Dr. SIEMERS: Estoy de acuerdo con Sir David. Espero recibir pronto los libros nº 2 y nº 3, ya que si no, habrá un retraso. El Informe del General Marshall del 10 de octubre de 1945, por lo que puedo deducir de los fragmentos, es importante por la razón de que el General Marshall adopta en diversos puntos una actitud muy diferente a la del Juez Jackson. Creo que una comparación de dos opiniones tan destacadas es de una importancia suficiente como para requerir que también se lea aquí el Informe del General Marshall.

En cuanto al nº 4, espero una decisión final de la fiscalía.

Sólo tengo una petición más, y pido excusas porque por error no he listado este nº 5. Es lo siguiente: la fiscalía ha presentado repetidas veces citas del libro Mein Kampf de Adolf Hitler, y ha deducido de éstas que los acusados que ejercieron un puesto de liderazgo desde 1933 deberían haber sabido por ese libro, incluso antes de 1933, que Hitler contemplaba el provocar una guerra de agresión. He observado que las citas del libro de documentos que se presentó en noviembre están todas tomadas de una edición publicada sólo en 1933. Sin embargo, la edición de 1933 difiere en muchos puntos de la edición original. Por desgracia, tengo en mi poder sólo una edición publicada después de 1933. Para comprobar estas cuestiones, es decir, para poder ver lo que alguien podría haber leído en este libro en 1928, y no en 1933, solicito a la fiscalía que trate de obtener una copia de la primera edición. Por lo que sé, la primera edición la publicó en 1925 la firma de Franz Eher, y la segunda en 1927.

SIR DAVID MAXWELL FYFE: Intentaremos conseguir una edición anterior para que el Dr. Siemers pueda comparar los fragmentos.

EL PRESIDENTE: ¿Va a hablar de la página 2 de su documento? Sir David, usted no ha hablado de esto, ¿verdad?

SIR DAVID MAXWELL FYFE: No. Supongo, Señoría, que el Dr. Siemers indicará a su debido tiempo qué fragmentos va a usar. Cuando los presente, podremos determinar si la fiscalía tiene alguna objeción.

EL PRESIDENTE: Sí. Dr. Siemers, supongo que tiene intención de indicar los fragmentos en los que se basa en su libro de documentos.

[Página 184]

Dr. SIEMERS: Sí.

EL PRESIDENTE: Muy bien.

SIR DAVID MAXWELL FYFE: Ya hemos tratado el punto de la página 3, la cuestión del tonelaje construido, etc. y dije que estoy haciendo averiguaciones sobre ello.

EL PRESIDENTE: Me llama la atención, Sir David, el párrafo 4b de la página 2. ¿Sugiere usted que el Tribunal le proporcione documentos sobre política alemana sin más reservas?

SIR DAVID MAXWELL FYFE: Lo lamento, ha sido un descuido. Creí que estaba incluido en las palabras al principio de la página: "Además, presentaré documentos y declaraciones juradas, algunas ya en mi poder, y otras que obtendré por mi mismo sin requerir ayuda de la fiscalía". Entendí que el Dr. Siemers tiene ciertos documentos sobre política alemana y que indicará qué fragmentos va a usar. Lamento no haberlo mencionado.

EL PRESIDENTE: ¿Quiere decir esta parte de la solicitud que el Dr. Siemers tiene todos estos documentos y por tanto no necesita que se actúe de ninguna manera?

Dr. SIEMERS: Así es, Señoría.

EL PRESIDENTE: Que suba al estrado el abogado del acusado von Schirach.

SIR DAVID MAXWELL FYFE: El Dr. Sauter sugiere que sería conveniente que expusiera el punto de vista de la fiscalía.

EL PRESIDENTE: Sí.

SIR DAVID MAXWELL FYFE: Querría pedirle al Tribunal que observe que el Dr. Sauter solicita a los testigos 1 a 8, con la excepción del 5, como testigos orales. Es decir, pide 7 testimonios orales, y los números 5, y de 9 a 13, por medio de declaraciones juradas.

La fiscalía sugiere que, por lo que respecta a los testigos orales, el acusado puede disponer del nº 1 o del nº 2, es decir, o Wieshofer o Hoepken, porque estos testigos parecen cubrir los mismos temas; que puede disponer del nº 3, el testigo Lauterbacher, que fue el Jefe del Mando de las Juventudes Hitlerianas (Reichsjugendfuehrung); y que también puede disponer del nº 8, el Profesor Heinrich Hoffmann, que creo que es el suegro de Schirach. Dado que la descripción de su testimonio ocupa nueve páginas de la solicitud, es obviamente un testigo muy importante.

La fiscalía sugiere que se puede recurrir a declaraciones juradas en el caso del nº 5, Scharizer, que fue Vicegauleiter de Viena; del nº 11, Madame Vasseau; del nº 12, Herr Schneeberger; y del nº 13, el Mariscal de Campo von Blomberg.

Los testigos sobre los que la fiscalía tiene dificultades para ver su necesidad son, primero de todo, la nº 4, Frau Hoepken. No se dan detalles en esta solicitud, salvo que fue secretaria de von Schirach. El nº 6, el testigo Heinz Schmidt, que al parecer repite parte del testimonio del testigo Lauterbacher palabra por palabra. El nº 7, el Dr. Schluender, que también repite lo del testigo Lauterbacher palabra por palabra. Y el nº 9, el Dr. Klingspor, que expone una opinión personal sobre el acusado que, según alegamos desde la fiscalía, no es una prueba que ayude a nada. Y finalmente, el Dr. Roesen, el nº 10, que habla de un incidente aislado de benevolencia por parte del acusado hacia la familia del músico Richard Strauss.

Esta es la postura que adopta la fiscalía con respecto a los testigos.

Dr. SAUTER (abogado del acusado von Schirach): Señorías, en el caso de Baldur von Schirach también he limitado mis testimonios al mínimo posible.

[Página 185]

[N.T.: Falta un párrafo o párrafos en el original]

...Inglaterra y Francia, y creo, Señorías, que la actitud del acusado von Schirach al nombrar a testigos debería tener un reconocimiento aquí, y que no se conceda sólo un testigo, sino ambos. He proporcionado las direcciones de ambos al Tribunal. Están en un campo y creo, Señorías, que es imperativa la comparecencia de ambos testigos para demostrar los hechos.

EL PRESIDENTE: Sigo sin entender cuál es la diferencia esencial entre los dos.

Dr. SAUTER: Sr. Presidente, acabo de señalar que el testigo nº 2, Hoepken, ejerció un cargo de liderazgo en las Juventudes Hitlerianas, y por tanto, el testigo nº 2, Hoepken, está en situación de proporcionar información, especialmente sobre la actividad del acusado von Schirach como Líder de las Juventudes Hitlerianas.

EL PRESIDENTE: Pero, Dr. Sauter, usted ha dicho que Wieshofer, el nº 1, era un asistente de Schirach desde su cargo de Reichsleiter de Educación de la Juventud, así que estaba tan en contacto con el acusado en la cuestión de la educación de la juventud como Hoepken.

Dr. SAUTER: Sí, pero Hoepken era el responsable oficial de la Educación de la Juventud, mientras que la actividad del testigo Wieshofer se limitó principalmente al trabajo de asistente del acusado von Schirach, principalmente desde su cargo de Gauleiter de Viena. Esa es la diferencia principal, y los testigos que podrían proporcionar información sobre su actividad en Viena son principalmente el testigo Wieshofer y, en un grado menor, Hoepken. Pero necesito a Hoepken sobre todo, como dije, para aclarar a qué se dedicó Schirach en el Liderazgo de las Juventudes Hitlerianas.

Sr. Presidente, querría señalar también que el acusado von Schirach se juega mucho y que, desde el punto de vista del Tribunal, no debería suponer realmente una diferencia en un asunto tan importante para Schirach el que comparezca un testigo o el que comparezcan dos.

Señorías, podría quizás haber sugerido cuatro testigos esperando que se concedieran dos. Si ahora, en nombre del acusado von Schirach, propongo llamar a declarar a dos testigos, no consideraría muy justo que se rechazara uno de estos dos testigos.

EL PRESIDENTE: El Tribunal estudiará lo que ha dicho.

Dr. SAUTER: Además, Señorías, en tercer lugar tengo que solicitar a Hartmann-Lauterbacher. Si lo he entendido bien, la fiscalía está de acuerdo, así que me permitiré ser breve.

El testigo Lauterbacher, que fue Jefe del Liderazgo de las Juventudes Hitlerianas, está en situación de proporcionar información especialmente sobre el hecho de que el acusado Schirach de ninguna manera preparó a la juventud psicológica y pedagógicamente para la guerra, y de ninguna manera para una guerra de agresión. Además, puede declarar que las alegaciones de un informe polaco, presentado por la fiscalía rusa en una de las sesiones de febrero, creo que el 9 de febrero, son completamente falsas. Según este informe, las Juventudes Hitlerianas usaron espías y agentes lanzados en paracaídas en Polonia. Y eso es falso, y el testigo Lauterbacher lo refutará.

EL PRESIDENTE: Dr. Sauter, Sir David dijo que no se opondría a la comparecencia del nº 3 como testigo, pero estaba en contra de los números 6 y 7 que usted también solicita como testigos orales porque dijo que repetirían lo que dirá Lauterbacher. Los números 6 y 7, es decir, Schmidt y Schluender.

Dr. SAUTER: Sr. Presidente, aquí nos encontramos de nuevo con la dificultad que señalé antes.

No se puede ver en el informe del Gobierno Polaco que leyó la fiscalía soviética el 9 de febrero de 1946 en qué periodo de tiempo se afirma que tuvieron lugar estas actividades de los agentes y espías de las Juventudes Hitlerianas.

Podría ocurrir con esto que, si tengo un solo testigo, se alegará que ocurrió en otra época, quizás en algún momento en el que este testigo estaba en el ejército,

[Página 187]

y es por eso por lo que, en interés de una aclaración completa de estos hechos, he solicitado que comparezca también el testigo nº 6, el testigo Schmidt.

EL PRESIDENTE: Bien, si usted dice eso, habría que tener en cuenta que en cuanto a Schluender, su colaboración con el acusado al parecer tuvo lugar de 1933 a 1945, y por tanto, si compareciera, o presentara una declaración jurada o un interrogatorio, y añadiera a Lauterbacher, cuya colaboración tuvo lugar sólo de 1933 a 1940, cubriría el periodo entero y podría excluir a Schmidt.

Dr. SAUTER: Si le he entendido bien, Sr. Presidente, habla de un interrogatorio en el caso de Lauterbacher.

EL PRESIDENTE: No, Sir David estaba dispuesto a aceptar la comparecencia de Lauterbacher.

Dr. SAUTER: ¿Lauterbacher comparecerá como testigo y se hará un interrogatorio a Schmidt?

EL PRESIDENTE: Él dijo que Schmidt y Schluender eran redundantes. Usted respondió que no trataban el mismo periodo, según le he entendido, y y que eso podría ser un problema. Por ello, le he señalado que el nº 7 cubre el periodo entero, es decir, desde 1933, y va más allá del periodo que cubre Lauterbacher, hasta 1945, y por tanto, se compareciera, quedaría cubierto el periodo entero, y si llamara a declarar a Lauterbacher y a Schluender y dejara a Schmidt...

Dr. SAUTER: ¿Quiere decir que se debería obtener un interrogatorio de Schmidt? Estoy de acuerdo.

EL PRESIDENTE: Las afirmaciones que ha hecho usted sobre Schmidt y Schluender son prácticamente idénticas.

Dr. SAUTER: Sí, pero tratan periodos diferentes, ya que ambos estuvieron en el ejército. Si viene sólo uno de ellos, claro está, no podrá decir nada de la época en la que sirvió en el ejército. No podrá dar ninguna información sobre si se usaron agentes durante su servicio militar.

EL PRESIDENTE: No sé nada de eso. Usted ha afirmado que colaboraron con el acusado de 1938 a 1945 en un caso, y de 1933 a 1945 en el otro caso, y por tanto, si eso es correcto, no han podido estar en el ejército, no pueden haber ejercido un papel activo en el ejército.

SIR DAVID MAXWELL FYFE: Estoy más que dispuesto a aceptar la sugerencia que ha planteado Su Señoría. Esto cubriría el periodo completo. Si comparecen Lauterbacher y Schluender, ya no será necesario Schmidt.

Dr. SAUTER: Querría señalar, Sr. Presidente, que en todo caso necesito a Schluender, que por cierto fue arrestado hace unas semanas porque fue especialista en entrenamiento físico en el Liderazgo de las Juventudes Hitlerianas y porque, por tanto, quiero probar, especialmente a través del Dr. Schluender, que la educación de la juventud promovida por el acusado von Schirach, no fue en absoluto extraordinaria ni militarista. Hasta ahora el acusado von Schirach, durante todos sus interrogatorios...

EL PRESIDENTE: Creo realmente que Sir David y usted están por lo general de acuerdo en que deberían comparecer los números 1 y 3 y que se podría llamar a declarar al número 7, pero no sé si Sir David acepta una declaración jurada o un interrogatorio para el nº 6.

SIR DAVID MAXWELL FYFE: No tengo ninguna objeción, Señoría.

EL PRESIDENTE: Eso es esencialmente lo que usted quiere, Doctor Sauter.

Dr. SAUTER: Sí, Señoría.


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