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V. Justificación: las críticas historiográficas de los acusados a cómo describe Irving a Hitler, en particular con respecto a la actitud de éste hacia la cuestión judía


Introducción

5.1 Un principio destacado de las obras históricas de Irving sobre la época nazi es que Hitler no era el despiadado perseguidor de judíos que usualmente se dice que era. En una ocasión Irving ha llegado incluso a decir que Hitler era "uno de los mejores amigos que los judíos tuvieron en el Tercer Reich". Incluso aunque esto se considerara una hipérbole, creo que Irving no discutiría que en muchas ocasiones ha planteado un punto de vista polémico, que, al menos desde el momento en el que Hitler se hizo con el poder en 1933, Hitler perdió interés en su anterior antisemitismo y que sus intervenciones posteriores en relación a la cuestión judía fueron cuidadosamente planeadas para protegerle de las inclinaciones asesinas de otros nazis.

El caso en general según los acusados

5.2 En la página 161 de Denying the Holocaust Lipstadt atribuye a diversos expertos la descripción de Irving como "un partidario de Hitler con los ojos tapados". Esa frase, que implícitamente afirma que Irving deliberadamente ignora lo que demuestran las pruebas históricas, sintetiza una de las principales difamaciones de las que Irving se queja y que los acusados tratan de justificar.

5.3 La forma en que los acusados resumen su justificación en esta parte del caso es la siguiente:

"que [el demandante], empujado por su obsesión con Hitler, distorsiona, manipula y falsifica la Historia para dar una imagen mejor de Hitler, demostrando así carencia de la imparcialidad, racionalidad y juicio necesarios para ser historiador".
En su Resumen del Caso los acusados destacan afirmaciones hechas por Irving sobre la amistad e indulgencia de Hitler para con los judíos, que según ellos ignoran un gran número de pruebas en contra. Los acusados afirman que Irving
"tergiversa, cita incorrectamente, falsifica estadísticas, atribuye falsamente determinadas conclusiones a fuentes fiables, toma incorrectamente citas de libros que contradicen directamente sus argumentos de tal forma que distorsiona completamente los objetivos del autor del libro, manipula documentos para que sirvan a sus propios fines, altera documentos y malinterpreta datos para llegar a conclusiones históricas insostenibles, le da la vuelta a pruebas históricas hasta que se ajustan a sus inclinaciones ideológicas y a sus objetivos políticos, toma información precisa y la ajusta para que confirme sus conclusiones, y suprime o ignora constantemente fuentes que conoce debido a que contradicen la línea argumental que quiere presentar".
5.4 Los acusados plantean un caso similar contra Irving en relación a su análisis de la persecución nazi contra los judíos que culminó en el genocidio que afirman que tuvo lugar en las cámaras de gas, y en relación a sus afirmaciones sobre la extensión de la implicación de Hitler en esa persecución. Trataré esa parte de la justificación de los acusados en las secciones VI y VII. La sección actual se limita a tratar ciertas cuestiones específicas con las que los acusados atacan el análisis histórico hecho por Irving.

5.5 El testigo más destacado de los acusados en la cuestión de que Irving persistente y deliberadamente falsifica la Historia es Evans. Tratando de presentar un excelente asalto en toda regla a los planteamientos históricos de Irving, Evans incluyó en su extenso informe escrito múltiples ejemplos de la forma en que en su opinión Irving presenta a Hitler de una forma que difícilmente se acerca a las evidencias existentes. Citó numerosas ocasiones en las que, según afirmó, Irving distorsionó las pruebas históricas de una forma u otra, eliminó pruebas, hizo un uso no crítico de fuentes no fiables y llegó a perversas conclusiones irracionales sobre hechos y documentos. Evans también prestó atención a ocasiones en las que Irving ha escrito en términos inadecuadamente favorecedores sobre Hitler. Un ejemplo es la descripción de Irving del Führer en Hitler's War como "un amigo de las artes, benefactor de los pobres, defensor de los inocentes, perseguidor de los criminales". Evans considera que el firme sesgo en favor de Hitler que se manifiesta en las obras de Irving puede provenir en parte de que Irving se identifica con Hitler y de su declarada intención de escribir Hitler's War desde la perspectiva de Hitler. El propio Irving ha escrito que se veía a sí mismo como un "embajador de la otra vida" de Hitler cuando se puso a escribir su biografía de Hitler. Ante la evidencia de lo que Irving ha escrito y dicho en sus discursos y conferencias, Evans concluye que Irving sigue siendo un ardiente admirador de Hitler a pesar de las abrumadoras pruebas que le condenan.

5.6 Evans no es el único que hace estas duras críticas al método histórico de Irving. En el contexto más limitado de sus declaraciones, van Pelt, Browning y Longerich plantearon críticas similares.

5.7 Los acusados basaron su ataque al análisis histórico de Irving en una serie de hechos seleccionados. Afirman que un análisis detallado de las pruebas de las que disponía Irving apoya lo que dicen, que al narrar esos hechos Irving ha falsificado, manipulado y suprimido deliberada y constantemente documentos para plantear unos hechos tergiversados y que llevan a error. Los acusados centran su atención en una "cadena de documentos" que Irving presentó inicialmente en la BBC en junio de 1977 y posteriormente en varias ocasiones, apoyando su punto de vista según el cual Hitler se opuso a la persecución de judíos y trató de protegerlos de los excesos cometidos por otros nazis. Consideraré los argumentos de las partes en relación con cada uno de los hechos a los que se refiere la cadena de documentos.

5.8 El examen detallado realizado por Evans de esos documentos revela, según afirma, que Irving practicó una clara falsificación de las pruebas históricas. Evans opinó que lo que describía como los "errores egregios" de Irving  eran deliberados y estaban planificados. Aceptó que cualquiera puede cometer errores, pero señaló (al igual que Browning) que, dado que todos los llamados errores exculpan a Hitler, es lógico concluir que la falsificación es intencionada. Evans no se retractó en su declaración oral del punto de vista expresado en su informe escrito, que Irving no se merece ser considerado un historiador.
 

Respuesta general de Irving

5.9 Como ya he señalado, Irving considera que la acusación de que ha falsificado deliberadamente pruebas históricas es una de las más serias que se pueden hacer contra un historiador. Declaró que nunca ha malinterpretado consciente o deliberadamente un documento, ni ha citado mal o suprimido ningún documento que pudiera ir en contra de su planteamiento. Rechazó todas y cada una de las alegaciones de los acusados según las cuales habría citado y traducido mal,  tergiversado o manipulado pruebas.

5.10 Irving negó estar obsesionado con Hitler y haber falsificado la Historia para mostrar una cara más amable de él. Irving afirmó que tiene todo el derecho a alabar a Hitler si se lo merece. Otros historiadores, como AJP Taylor, han adoptado una línea similar. Irving también rechaza la afirmación de Lipstadt según la cual ha puesto encima de su mesa un autorretrato de Hitler. De hecho no es más que un dibujo del tamaño de una postal que no está a la vista, aunque a veces se lo enseña a quien le visita.

5.11 Irving llamó la atención sobre el hecho de que en Hitler's War, así como en el resto de sus obras publicadas, incluye con frecuencia material que desacredita a Hitler y otros líderes nazis y les critica. Señaló que hizo que sus lectores prestaran atención a los crímenes cometidos por Hitler. En sus conclusiones finales incluyó una lista de referencias contra Hitler que había hecho. Negó que estas referencias críticas hubieran sido insertadas como una táctica, es decir, para permitirle sacarlas a la luz en caso de que alguien le acusara de apoyar a Hitler. No ha hecho ningún intento de ocultar a sus lectores el fanático antisemitismo demostrado por Hitler en sus primeros tiempos. En su uso de información obtenida en sus entrevistas con antiguos asistentes de Hitler o con sus viudas ha incluido información que habla negativamente de Hitler.

5.12 Como reconoció Evans, Irving ha descubierto gran cantidad de información nueva sobre el Tercer Reich. Ha investigado documentados no anteriormente usados por los historiadores, por ejemplo, los documentos de Himmler que se encuentran en Washington y los diarios de Goebbels que están en Moscú. Ha buscado y entrevistado a personas (como los asistentes de Hitler o sus viudas) que participaron en u observaron algunos de los hechos que tuvieron lugar durante el gobierno de Hitler. Irving señaló que cuando descubre nuevos documentos o fuentes con frecuencia los pone a disposición del público en sus páginas web o a través de algún otro medio. Irving alega que ningún historiador con dobles intenciones actuaría de esa forma, ya que estaría proporcionando las pruebas de su duplicidad a otros historiadores. Irving presenta un argumento general similar rechazando la alegación de que ha malinterpretado, alterado o traducido incorrectamente documentos de una forma deliberada. Irving dijo que invariablemente indica en notas al pie dónde se encuentra el documento y con frecuencia cita el documento original, en alemán. Irving afirmó que un historiador que tratara de engañar a sus lectores no mostraría tan abiertamente las pruebas de su conducta.

5.13 Irving rechazó al ataque lanzado contra sus análisis históricos por Evans: las críticas son demoledoras, pero las pruebas citadas en apoyo de ellas, afirmó, son relativamente insignificantes. Irving protestó porque Evans no tiene en cuenta la calidad del trabajo que se puede ver en sus obras publicadas, muchas de las cuales han sido criticadas favorablemente por colegas historiadores. Irving criticó la frecuencia con la que Evans recurre al "consenso entre historiadores" como forma de apoyo a su ataque a Irving. Sugirió que muchas de las críticas lanzadas por Evans se derivaron del trabajo del profesor Broszat, que tenía razones personales para escribir corrosivamente sobre él. Irving remarcó que se le debería juzgar por el uso que hizo de las pruebas de las que disponía en el momento de escribir y no en referencia a pruebas que han salido a la luz más recientemente.

5.14 Irving estaba comprensiblemente indignado porque Evans incluyó en su informe una referencia a que en la biblioteca del Museo Británico le indicaron que debía leer Hitler's War en la sección reservada a pornografía. Como réplica, afirmó que el bibliotecario de la Biblioteca Widener de Nueva York le tiene suficiente consideración como para tener en sus fondos cuarenta y siete de sus libros.

5.15 La respuesta general de Irving a esta parte de la justificación de los acusados es que, cuando las pruebas documentales pertinentes se someten a "criterios históricos rígidos" (es decir, cuando se toma nota detallada de la autenticidad y fiabilidad de las pruebas, la razón de su existencia y el punto de vista de la fuente o autor), se consigue obtener un relativamente pequeño conjunto de pruebas que muestran claramente a Hitler interviniendo en todo momento para mitigar o disminuir el daño hecho a los judíos. Muy pocos documentos, o casi ninguno, apuntan en la dirección contraria.
 

Críticas específicas de los tratados históricos de Irving hechas por los acusados:

5.16 Al tratar los ejemplos de los acusados sobre las supuestas tergiversaciones de Irving de hechos históricos, adoptaré el planteamiento asumido por los acusados en su Resumen del Caso y trataré cada punto uno a uno y, mientras sea posible, en orden cronológico. Cada caso comenzará con una breve descripción del contexto histórico relevante. Continuaré exponiendo resumidas las críticas hechas por los acusados al uso que hace Irving de las pruebas de las que dispone en relación al hecho en cuestión y para terminar resumiré la respuesta de Irving a esas críticas.
 

(i) El juicio de Hitler en 1924

Introducción

5.17 En 1924 Hitler fue juzgado, condenado y encarcelado por su participación en el intento de golpe de estado nazi de Munich, en noviembre de 1923.

5.18 En la página 18 de la edición de 1991 de Hitler's War Irving hace una referencia de pasada a la tentativa de putsch de Hitler, durante el cual, según Irving, Hitler "castigó a un pelotón nazi por haber saqueado una charcutería judía".

5.19 Hay una narración más detallada del papel de Hitler en el putsch en la página 59 de Goering, en la que Irving escribe:

"Mientras tanto, Hitler se encargó de mantener el orden. Al saber que un pelotón nazi había saqueado una tienda de comida kosher durante la noche, hizo que trajeran ante él al ex-teniente del Ejército que dirigió el asalto. '¡Antes del asalto nos quitamos nuestra insignia nazi!", alegó el oficial- sin éxito, ya que Hitler le expulsó del partido al momento. '¡Me aseguraré de que ninguna unidad nacionalista le permita unirse a ella!'. Goering contempló pasmado esta conversación, al igual que un sargento de la policía que testificó en el juicio a Hitler unas pocas semanas después".
El caso según los acusados

5.20 Evans señaló que, mientras que Irving afirma  en Hitler's War que todo el batallón que participó en el asalto fue castigado por Hitler, en Goering se trata simplemente del ex-teniente del Ejército. El lector que trate de resolver esta incoherencia no tiene la ayuda de ninguna nota al pie que identifique ni al sargento de la policía que según Irving fue testigo de lo que ocurrió, ni que detalle el momento en el que declaró (como haría habitualmente un historiador respetable). Irving dice en la página 518 que esta historia surge de la combinación de las declaraciones de testigos oculares en el juicio.

5.21 Evans logró averiguar la identidad del oficial de policía, llamado Hofmann. Los acusados critican a Irving por no informar al lector de que Hofmann era un miembro leal del partido nazi que participó en el putsch y que por tanto, al declarar en el juicio, era de esperar que narrara un relato amable de la conducta de su Führer para mostrarle como un ciudadano respetuoso de la ley.

5.22 Según Evans, el estudio de la transcripción de la declaración de Hofmann revela varias imprecisiones en la narración de Irving. No hay nada que apoye la afirmación de que Hitler "hizo que trajeran ante él" al ex-teniente ni de que el sargento de la policía o Goering "se quedaran pasmados" cuando Hitler le reprendió por atacar la tienda judía. La amonestación tuvo lugar antes del putsch y por tanto no puede haber formado parte de ningún intento de Hitler de mantener el orden durante él.

5.23 También se critica el relato de los hechos de Irving por malinterpretar la naturaleza de la preocupación de Hitler por el asalto a la tienda judía. El estudio de las pruebas presentadas en el juicio demuestra que la preocupación de Hitler no era castigar al oficial por atacar al tendero judío, sino el que el incidente pudiera dar una mala impresión de su nuevo partido.

5.24 Evans sostiene que, lejos de actuar para proteger las propiedades judías durante el putsch, hay pruebas claras de que Hitler (como él mismo admitió en el juicio) ordenó un asalto a un banco judío con tropas de la SD, que empleando la violencia robaron 14,5 billones de marcos. Este robo es descrito por Irving en la página 59 de Goering como una "incautación" de "fondos".

5.25 Los acusados sostienen que en los puntos que he resumido, en su narración de la reacción de Hitler al asalto a la charcutería judía y de las pruebas presentadas en su juicio, Irving altera y retuerce constantemente los hechos para exculpar a Hitler y presentarle como un simpatizante de los judíos. Evans enfatizó que es esencial para un historiador prestar atención al contexto de cualquier fuente que se cite para asegurarse de que proviene de un testigo fiable. Concluyó que Irving suprimió deliberadamente la información sobre el contexto de Hofmann, prefiriendo en su lugar presentarle al lector como una fuente objetiva y fiable, cuando Irving sabía que no era así en absoluto.

Respuesta de Irving

5.26 Durante la presentación de sus pruebas y su interrogatorio a Evans, Irving hizo una serie de afirmaciones sobre su tratamiento de la declaración de Hofmann.

Rechazó la sugerencia de que había indicado deliberadamente una nota al pie sobre la declaración de Hofmann que haría difícil averiguar más. A través de explicaciones, alegó que su editor había pedido que se recortara el texto, así que abrevió las notas al pie, con el resultado de que no son tan útiles como podrían haber sido.

5.27 Irving excusó inicialmente su versión de los hechos diciendo que lo que escribió se basó más en las microfichas de la declaración de Hofmann que en la transcripción verbal de la declaración hecha en el juicio. Pero Evans señaló que los contenidos de ambas son los mismos. Irving afirmó a continuación que no tenía forma de saber que Hofmann era un miembro veterano del partido nazi que declararía en favor de Hitler. Evans respondió que esto debería haberse visto al estudiar la declaración de Hofmann, que Irving leyó en microfichas y en la que relataba su estrecha relación con Hitler y su implicación en el putsch. Más aún, en la transcripción se indica que el juez felicitó a Hofmann por hablar en defensa de su Führer. Irving respondió que no había tenido a su alcance la transcripción de la declaración de Hofmann cuando escribió Goering o que, si la tenía, no había leído esa sección de la declaración referida a la pertenencia de Hofmann al partido nazi. Cuando se señaló que Irving había afirmado en el interrogatorio que había leído la transcripción completa de la declaración de Hofmann (que sólo tenía cinco páginas), Irving explicó que, aunque es cierto que había leído la declaración de Hofmann, no había "prestado atención" a lo que éste había dicho sobre el contexto de los hechos. Añadió que los lectores de Hitler's War y Goering tendrían la capacidad de averiguar por sí mismos que Hofmann no era un testigo objetivo sin necesidad de señalar esos hechos.

5.28 Irving aceptó que no hay pruebas de que Goering "se quedara pasmado" cuando Hitler reprendió al ex-teniente, pero lo considera una "licencia del autor" permisible. Irving defendió su descripción del robo del banco como una "incautación" de los fondos del banco al decir que era claramente una travesura: trataba de escribir con "una cierta ligereza".
 

(ii) Estadísticas de delincuencia en Berlín en 1932

Introducción

5.29 Durante la República de Weimar se realizaron estadísticas del número de delitos cometidos cada año. Los delitos se dividían en distintas clases.

5.30 En el contexto de la descripción en Goebbels de cómo Goebbels se volvió antisemita cuando se dio cuenta de la posición dominante ocupada por los judíos en Berlín en los años 30, Irving escribió que Goebbels por desgracia "no siempre se equivocaba" al señalar cada mal del submundo criminal y asociarlo a los judíos. Añadía en las páginas 46 y 47:

"En 1930 los judíos cometieron no menos de 31.000 casos de fraude, la mayoría relacionados con seguros".
Irving citó en la nota al pie varias referencias, incluidas cifras de Interpol que se dice que se citan en Deutsche Nachrichten Buro (DNB), 20 de julio de 1935 y en Kurt Daluege, "Judenfrage als Grundsatz" en Angriff, 3 de agosto de 1935. También se dan otras dos fuentes, Kiaulehn y Wieglin.

El caso según los demandados

5.31 Los demandados afirman que la alegación sobre los delitos de fraude cometidos por judíos, usadas por Irving en Goebbels, es incorrecta y las referencias citadas por él en la nota al pie no apoyan esta alegación.

5.32 Es más, según los demandados, Interpol no existía en 1932. La DNB, según Evans, era una agencia de noticias que actuaba de portavoz del régimen nazi. En cualquier caso, el artículo de la DNB citado por Irving no contenía estadísticas de Interpol, sino observaciones hechas por Daluege en una conferencia de prensa que no fue más que un acto de propaganda diseñado para justificar la brutal persecución de los judíos.

5.33 En cuanto a Daluege, era un entusiasta miembro del partido nazi que después se convirtió en asesino en masa en el frente oriental. Su artículo de Angriff en el que se basa Irving era un intento de justificar lo dicho en la conferencia de prensa en julio de 1932. La transcripción de esas observaciones no incluye la cifra que aparece en el texto de Irving. Ni, según Evans, en las otras dos referencias hechas por Irving en la nota al pie.

5.34 Los demandados argumentan que si (como haría y debería hacer un historiador respetable), Irving hubiera comprobado las estadísticas oficiales, habría resultado obvio que se condenó a tan sólo 74 judíos por fraudes con seguros. Irving ha exagerado enormemente las ya sospechosas afirmaciones de Daleuge sobre el número de delitos cometidos por los judíos. Irving no cita ninguna prueba, ni ha elaborado ninguna, para demostrar que los judíos cometieron 31.000 delitos de fraude ese año o cualquier otra cifra cercana.

Respuesta de Irving

5.35 La "respuesta condicional", como la denominó Irving a esta crítica es que debido a un error por su parte la nota al pie cita fuentes erróneas. Sin embargo, no fue capaz de identificar las fuentes correctas porque, dado que se le prohibió entrar en Alemania en 1993, no tiene acceso ya a los documentos.

5.36 Irving se negaba a aceptar que la cifra que citó era incorrecta. Afirma que no era poco razonable confiar en Daluege, que era una reconocida "fuente no fiable", teniendo en cuenta que dirigía el sistema de la policía alemana, haciendo necesario el basarse en él. Irving dijo que todo el mundo debería saber que Daleuge era un nazi destacado, así que no había razón para incluir en el texto o en la nota al pie una advertencia dirigida a los lectores sobre la fiabilidad de Daluege. Irving añadió que las otras dos fuentes citadas confirman la cifra que indicó pero, como ya se ha explicado, Irving no podía acceder a ellas.
 

(iii) Los hechos de la Kristallnacht de noviembre de 1938

Introducción

5.37 El siguiente ejemplo de la supuesta distorsión de hechos históricos realizada por Iving en la que se basan los acusados en su narración de los hechos ocurridos en Munich y otros lugares la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938, conocidos como la Kristallnacht (la Noche de los Cristales Rotos). Este el segundo eslabón de la cadena de hechos que Irving considera que prueban que Hitler defendió a los judíos.

5.38 El 9 de noviembre de 1938, aniversario del fracasado putsch de 1923, estuvo marcado por multitud de desfiles y una cena en el Ayuntamiento Viejo de Munich a la que asistió Hitler. Tras marcharse Hitler, Goebbels dio un discurso en el que informó a su audiencia de las manifestaciones antijudías que habían tenido lugar en Hesse y Magdeburg-Anhalt y que habían derivado en la destrucción de tiendas judías y sinagogas. Estas manifestaciones parecían haber sido provocadas por el asesinato en París de un diplomático alemán llamado von Rath perpetrado por un joven polaco (descrito por Irving como "un judío enloquecido").

5.39 Goebbels dijo en su discurso en el Ayuntamiento Viejo:

"En el Consejo, el Führer había decidido que aunque esos disturbios no habían sido preparados ni organizados por el partido, al ser espontáneos, era mejor no sofocarlas".
Los presentes entendieron que Goebbels quería indicar que el partido organizaría acciones antijudías sin que se le viera hacerlo. Así, durante la noche del 9 al 10 de noviembre, 76 sinagogas fueron destruidas y otras 191 incendiadas, se destruyeron 7.500 tiendas y negocios judíos, hubo saqueos masivos y 20.000 judíos fueron arrestados y enviados a campos de concentración, donde fueron gravemente maltratados. Estos incidentes no se limitaron a Munich: hubo un pogrom en todo el país.

El caso según los demandados

5.40 La principal descripción de los hechos de la Kristallnacht hecha por Irving se encuentra en las páginas 273 a 277 de Goebbels, pero hay otras referencias en las págs. 196, 281 y 612 a 614. También hay narraciones de los hechos de la Kristallnacht en Hitler's War y en artículos publicados por Irving. Todos estos textos fueron duramente criticados por Evans y Longerich.

5.41 El primer y principal punto del que hablan los expertos de los demandados sobre la narración de Irving es su afirmación de que el pogrom nacional fue concebido e iniciado por Goebbels y que Hitler no lo aprobó ni supo del pogrom hasta que estuvo en marcha y que, cuando se le informó, se quedó lívido y trató de detenerlo. Los demandados alegan que Irving ha recurrido a una distorsión sistemática y a supresión de datos para hacer esta afirmación.

5.42 Según el diario de Goebbels,

"Grandes manifestaciones contra los judíos en Kassell y Dessau, sinagogas incendiadas y edificios demolidos... Voy a la recepción en el Ayuntamiento Viejo. Actividad colosal. Informo al Führer. Ordena: dejemos que las manifestaciones continúen. Retire a la policía. Los judíos deben sentir por fin la furia del pueblo. Es correcto".
Este párrafo es descrito por el Sr. Irving de la forma siguiente en las págs. 273 y 274 de Goebbels:
"..[Goebbels y Hitler].. se enteraron de que la policía estaba interviniendo para detener a los manifestantes antijudíos en Munich. Hitler indicó que la policía no debía actuar demasiado duramente debido a las circunstancias. 'Actividad colosal' se lee en el diario de Goebbels de ese día, y después: 'Informo al Führer de lo que ocurre. Decide: permitan que las manifestaciones continúen. Contenga a la policía. Se debe dar a probar a los judíos el sabor de la ira pública que pide un cambio".
5.43 Evans afirma que el efecto acumulativo de las traducciones erróneas y las omisiones realizadas por Irving dan la impresión falsa de que Hitler simplemente ordenó que la policía no debía actuar contra unos manifestantes antijudíos no identificados en Munich, cuando lo cierto es que había dado orden de que continuaran las manifestaciones en Munich y en el resto del país. Estas órdenes había sido dadas por Hitler después de que Goebbels le informara del incendio de sinagogas y demolición de edificios en Kassell y Magdeburg-Anhalt. Evans afirmó que Irving ha traducido mal zuruckziehen como 'contener' cuando en realidad quiere decir 'retirar'. Lo que Hitler quería era que la policía desapareciera de los lugares donde se cometían hechos violentos. La razón, según el diario de Goebbels, era que los judíos tenían que sentir la furia del pueblo (no, como traduce Irving, por 'dar a probar a los judíos el sabor de la ira pública').

5.44 Evans critica que contradice las pruebas la sugerencia de Irving de que hasta que Hitler no se había ido del Ayuntamiento Viejo Goebbels no supo de la violencia antijudía que tenía lugar por todas partes y decidió por su cuenta continuar con el pogrom. Esta sugerencia distancia a Hitler de la responsabilidad por la violencia que tuvo lugar aquella noche más tarde y al día siguiente. Los demandados afirman que, al hacer esa sugerencia, Irving ignora o suprime la prueba de que fue Hitler quien autorizó la continuación de la violencia, de la que había sido informado por Goebbels antes de que se fuera del Ayuntamiento Viejo.

5.45 Longerich expresó el punto de vista de que el desarrollo del pogrom demuestra claramente la iniciativa personal de Hitler. La anotación del diario de Goebbels del 9 de noviembre, ya citada, habla de grandes manifestaciones contra los judíos en Kassell y Magdeburg, algo de lo que había informado además la prensa nazi aquella mañana. Así que sugerir que Hitler no sabía nada de esto cuando se fue del Ayuntamiento Viejo es insostenible, así como sugerir que Goebbels conoció el alcance de la violencia después de que Hitler se hubiera marchado.

5.46 En las págs. 275 y 281 de Goebbels, Irving se refiere a la "única culpa personal de Goebbels" y a su "locura". En los párrafos siguientes Irving dice que Hitler, Himmler y Heydrich se oponían al pogrom. Otra persona presentada por Irving como opuesto a la quema de sinagogas y la violencia contra los judíos en el jefe de las SA, Victor Lutze. Irving también dice que el Gruppenfuhrer de las SA Fust (llamado erróneamente Lust por Irving) ordenó explícitamente que no se quemaran sinagogas. Estas afirmaciones respaldan la teoría de Irving según la cual Goebbels fue el único responsable de la orgía de violencia que marcó la Kristallnacht.

5.47 Evans desestima estas afirmaciones al ser el producto de una manipulación de las pruebas hecha por Irving. Según Evans, las pruebas tienden a sugerir que los jefes de grupo de las SA jugaron en general un papel activo en el comienzo de la violencia. Evans afirma que Juttner, que era la fuente de la afirmación de Irving de que Lutze se opuso al pogrom, no es en absoluto fiable: él mismo era un líder veterano de las SA y su papel en los hechos de aquella noche hacen muy improbable que desaprobara la violencia. En cuanto a la afirmación de Irving de que Fust actuó para evitar el incendio de sinagogas, Evans concluyó que era una invención de Irving.

5.48 En este aspecto de la Kristallnacht, Evans también criticó la omisión en el relato de Irving de los hechos de la noche de cualquier referencia al informe de la investigación interna realizada por el Partido Nazi en febrero de 1939. Según ese informe, Goebbels, en su discurso en el Ayuntamiento Viejo, dijo a los miembros del partido que Hitler, habiendo sido informado por él del incendio de tiendas judías y sinagogas, había decidido que, al ocurrir espontáneamente, no se debían detener. Evans señaló que habría sido una gran imprudencia por parte de Goebbels el haber mentido a viejos camaradas de partido en una investigación del partido sobre lo que Hitler había dicho y decidido sobre los disturbios antijudíos.

5.49 Los demandados afirman además que el relato de los hechos de Irving de lo ocurrido en la noche de entre el 9 y el 10 de noviembre distorsiona seriamente el papel jugado por Hitler. En primer lugar, los demandados critican a Irving por no referirse al telegrama enviado desde Berlín a las 23:55 del 9 de noviembre por Muller, jefe de la Policía de Seguridad, dirigido a los oficiales, y en el que les advierte del inminente estallido de disturbios antijudíos, ordenando que no se interrumpieran. Los demandados afirman que es un documento importante que refleja precisamente lo que Hitler había ordenado aquella noche. Alegan que es obvio que Muller (que respondía ante Heydrich, respondiendo éste a su vez ante Hitler a través de Himmler) estaba actuando siguiendo instrucciones del más alto nivel. Pero no se hace ninguna mención al telegrama de Muller en el texto de Irving sobre la Kristallnacht.

5.50 Evans lanzó la pregunta de si se consultó a Hitler antes de que se enviara el telegrama de Muller. Se remitió a una prueba, la declaración en Nuremberg de un oficial de las SS  (Schallermeier) y la declaración como testigo de otro (Wolff), confirmadas por un informe de la época del Foreign Office, que sugieren que es muy posible que Hitler y Himmler se reunieran antes de que Muller enviara el telegrama. Himmler y Hitler fueron vistos juntos conversando por la tarde, antes de la cena en el Ayuntamiento Viejo. Si Hitler y Himmler se reunieron, afirma Evans, es inconcebible que el telegrama de Muller fuera enviado en esos términos sin la aprobación de Hitler. Según Evans, se puede concluir entonces que, lejos de ordenar que se detuvieran las acciones contra los judíos, Hitler ordenó todo lo contrario, que continuaran. Las pruebas en las que se basa Evans para demostrar esto son ignoradas o desestimadas por Irving de una forma inaceptable, en opinión de Evans.

5.51 Los demandados criticaron a Irving por omitir referencias a unas instrucciones dadas al líder del grupo de las SA Nordsee, Bohmcker, que aludían al deseo de Hitler de que la policía no interfiriera en los disturbios antijudíos. Los demandados sugieren que la razón por la que Irving omite este mensaje es que contradice su tesis de que Hitler quería proteger a los judíos.

5.52 En las págs. 276 y 277 de Goebbels Irving escribe que, cuando Hitler se enteró del pogrom a alrededor de la 1:00 a.m. del 10 de noviembre, "estalló de ira" e instó a Goebbels por teléfono a que averiguara lo que estaba ocurriendo. Se dice que Hitler "habló con extrema dureza a Goebbels", que no se esperaba la "furia " de Hitler. La supuesta reacción de Hitler apoya la tesis presentada por Irving según la cual Hitler no instigó la violencia de esa noche.

5.53 En su relato de la reacción de Hitler, Evans acusó al Sr. Irving de más invenciones, manipulaciones y supresiones. El relato de los hechos ocurridos en la noche del 9 al 10 de noviembre de Irving, incluyendo en particular su relato de la reacción de Hitler cuando supo de la violencia que tenía lugar, depende principalmente de las entrevistas que realizó mucho después del final de la guerra a ayudantes de Hitler, es decir, a oficiales cercanos a Hitler. Evans afirmó que Irving adoptó una actitud deplorablemente poco crítica hacia la versión de los hechos de los ayudantes. No sólo estaban tratando de recordar hechos que tuvieron lugar hace tiempo, era muy probable que tergiversaran los hechos para favorecer a Hitler. Otra razón para el escepticismo es su deseo de exculparse a sí mismos. Más aún, argumentó Evans, es esencial para un historiador objetivo sopesar el testimonio de testigos así frente a la totalidad de las pruebas disponibles para comprobar su fiabilidad. Es más probable que los documentos de la época elaborados durante la noche de violencia sean una guía mucho más fiable que los relatos no contrastados e interesados del personal de Hitler. Irving, afirmó, fracasó lamentablemente al no tener en cuenta estas cosas.

5.54 La fuente principal de la afirmación que dice que Eberstein, el jefe de la Policía de Munich vio a Hitler "lívido de ira" es según Irving el asesor personal principal de Hitler, Wilhelm Bruckner. Irving obtuvo los documentos de Bruckner a través de su hijo y los donó al Instituto de Historia de Munich, al que Irving ya no tiene acceso. Por tanto le fue imposible elaborar una verificación documental del relato de Bruckner. Pudo elaborar una Deckblatt (reseña) que incluye un resumen de los contenidos del archivo relevante de Munich, pero que no indica la presencia en el archivo de información sobre la Kristallnachtl. El ayudante de Evans buscó el archivo en cuestión en Munich, pero no pudo encontrar ningún documento que estuviera relacionado con la Kristallnacht. Así que esta prueba está incompleta. Otra razón planteada por Evans para dudar del relato de Irving es que los documentos de la época demuestran que aquella noche, a las 2:10 a.m., Eberstein telefoneó a la Gestapo a varias ciudades repitiendo la orden de que la policía no debía interferir en las acciones contra los judíos. Eberstein no habría hecho eso, alegó Evans, si realmente hubiera visto a Hitler lívido de ira por las acciones cometidas contra los judíos. Irving no menciona las instrucciones transmitidas por Eberstein en su libro sobre Hitler.

5.55 Además, Bruckner era alguien muy cercano a Hitler, por lo que, según Evans, su testimonio ha de ser tratado con precaución. En cualquier caso, según un resumen realizado por un historiador alemán, sin usar el documento original, de una declaración de Bruckner, tan sólo pudo decir que "posiblemente" Eberstein fue a ver a Hitler. En su declaración en Nuremberg, Eberstein no mencionó esta reunión con Hitler. Así que, según Evans, la prueba de que la reacción de Hitler fue airada es muy endeble y es difícil reconciliarla con otros hechos ocurridos esa noche. La violencia continuó sin cesar durante toda la noche; es muy difícil que esto hubiera ocurrido si Hitler hubiera querido detenerla en algún momento.

5.56 Otro de los testigos en los que se basa Irving en la cuestión de la reacción de Hitler ante el caos que estalló es Julius Schaub, un miembro veterano del partido nazi y oficial de las SS (que tras la guerra describió a Hitler como un hombre amante de la paz). En sus documentos, Schaub afirmó que Goebbels "ordenó el Domingo de la Kristallnacht (sic)" y que Hitler entró en cólera cuando supo lo que ocurría. Es imposible, al igual que con el resto de los testigos en los que se basa Irving, reconciliar el testimonio de Schaub con la actitud de Hitler hacia la violencia en la tarde del 9 de noviembre o con las órdenes (de las que hablaré brevemente) que se dieron en las primeras horas del 10 de noviembre para que se consintiera la continuación de los excesos.

5.57 El tercer testigo en el que se basa Irving en la cuestión de la reacción de Hitler ante los disturbios antijudíos en von Below, coronel de la Luftwaffe. Irving le entrevistó treinta años después de los hechos. Estaba en el hotel en el que se alojaba Hitler en aquel tiempo. Afirmó que recordaba que la reacción de Hitler al hablarle von Eberstein de la violencia fue preguntar qué ocurría. Dijo que Hitler se enfadó y ordenó que se restableciera el orden en Munich al momento. Evans señaló que en sus memorias (a diferencia de lo dicho en la entrevista con Irving), von Below dejó claro que no estaba presente cuando, al saber del pogrom, Hitler llamó por teléfono a Goebbels, así que no pudo oír la conversación. Evans alegó que según la entrevista de Irving con von Below se ve claro que, al contrario de lo que dice Irving en Goebbels, Hitler le indicó a Eberstein (no a Goebbels) que averiguara qué estaba ocurriendo. No hay pruebas, dijo Evans, de la afirmación de Irving según la cual Hitler "dio órdenes perentorias" a Goebbels. Evans consideró a von Below un testigo cambiante cuyo relato de la Kristallnacht no es fiable en absoluto.

5.58 Otra fuente de la afirmación de Irving según la cual Hitler condenó el pogrom es Hederich, un nazi veterano. Evans criticó a Irving por confiar en él. Hederich basó su análisis de la actitud de Hitler hacia la violencia en su interpretación de un discurso que decía que dio Hitler en el Ayuntamiento Viejo antes del discurso de Goebbels. Pero hay pruebas claras, según Evans, de que Hitler no dio ningún discurso en el Ayuntamiento Viejo aquella noche.

5.59 En la pág. 276 de Goebbels Irving describe así lo que ocurrió tras el envío del mensaje de la 1 de la mañana de Heydrich (Jefe de la Policía de Seguridad alemana):

"¿Qué hay de Himmler y Hitler? Ninguno de los dos sabía nada de lo que Goebbels había hecho hasta que se incendió la sinagoga cercana al Hotel Cuatro Estaciones de Munich hacia la 1 de la mañana. Heydrich, el jefe de la policía de Himmler, estaba descansando en el bar del hotel; corrió a la habitación de Himmler y después envió instrucciones a todas las autoridades policiales para que restauraran la ley y el orden, protegieran a los judíos y la propiedad judía y detuvieran cualquier otro incidente".
Según Evans, esto es una flagrante manipulación de documentos históricos.

El mensaje enviado por Heydrich a los jefes de policía y los oficiales del servicio de seguridad a la 1:20 a.m. del 10 de noviembre, que provenía de Himmler, les indicaba que "no se debían obstruir" los ataques que se esperaba que tuvieran lugar durante la noche, siguiendo estas restricciones:

"a) estas medidas sólo se han de aplicar si no implican daños a vidas o propiedades alemanas (por ejemplo, incendios de sinagogas sólo si no hay peligro de que el fuego se expanda a edificios de alrededor),

b) las tiendas y hogares de los judíos sólo pueden ser destruidos, no saqueados. La policía ha de supervisar la ejecución de esta orden y arrestar a los saqueadores.

c) se ha de tener cuidado para que las tiendas no judías de calles comerciales estén protegidas de daños sin condiciones,

d) no se ha atacar a extranjeros, incluso aunque sean judíos".

Evans sostiene que el significado está claro: aparte de esas escasas circunstancias específicas, se dio orden a la policía de no intervenir. Los demandados alegan que la orden de Heydrich confirma y repite las instrucciones de Himmler (que Irving acepta que podrían haber procedido de Hitler) de que no se interrumpieran los ataques. Las restricciones sólo se aplicaban en circunstancias claras y limitadas (por ejemplo, cuando existía el riesgo de dañar propiedades no judías). Así que se alega que el mensaje de Heydrich ordenaba exactamente lo contrario de lo que afirma Irving en Goebbels.

5.60 Evans presentó una crítica similar al tratamiento dado por Irving en la página 277 de Goebbels a un mensaje enviado a las 2:56 a.m. desde la oficina de Rudolf Hess. Irving escribe que

"el personal de Hess empezó a enviar por telégrafo, teléfono y radio instrucciones a los Gauleiters y autoridades policiales de la nación para detener la locura".
En realidad, según Evans, las órdenes decían:
"Siguiendo órdenes expresas del más alto nivel, los actos de incendio de tiendas judías y similares no han de tener lugar bajo ninguna circunstancia ni condición".
Es comúnmente aceptado que el mensaje se refiere a una orden de Hitler ("del más alto nivel"). Esa orden, según Evans, tenía el efecto limitado de evitar incendios en tiendas judías y lugares similares ('Geschaften oder dergleichen') y no estaba destinada a evitar ataques en general a judíos y sus propiedades. La preocupación por las tiendas provenía, dijo Evans, de que en muchos casos eran propiedad de alemanes. La orden no trataba de prohibir los ataques contra hogares judíos y sinagogas. Se refiere únicamente a los incendios y no a otras formas de violencia. Su tono es coherente con los telegramas enviados por Muller y Heydrich horas antes aquella noche. No hay, según Evans, ninguna prueba de la afirmación que hizo Irving en un artículo publicado en 1983 según la cual esta orden demuestra que Hitler ordenó que se detuviera "el caos". Si lo ordenó, por qué, se pregunta Evans, siguió la violencia. Lejos de ordenar el cese de la violencia, Hitler estaba necesariamente autorizando la continuación de la mayoría de los actos ilegales.

5.61 Evans alegó que Irving es culpable de más manipulaciones de pruebas en relación con el testimonio de Wiedemann, asistente de Hitler, que Irving usa para apoyar su tesis de que Hitler ordenó a Goebbels detener los ataques cuando supo de ellos. En Goebbels Irving escribe:

"Fritz Wiedemann, otro de los asistentes de Hitler, vio a Goebbels pasar mucho tiempo aquella noche del 9 al 10 haciendo llamadas de teléfono... para detener los excesos más violentos".
Evans afirmó que hay buenas razones para dudar de la fiabilidad de Wiedemann y que en todo caso, Irving ha tergiversado o al menos exagerado sus pruebas. Lo que escribió Wiedemann en realidad fue que "se puede confiar en que se dijo" que se había visto a Goebbels haciendo esas llamadas telefónicas. Por tanto, no había ninguna justificación para que Irving afirmara que Wiedemann "vio" a Goebbels hacer esas llamadas. Era un mero rumor. En cualquier caso, dijo Evans, la escena descrita por Irving no es coherente con otras pruebas de lo que Goebbels estaba haciendo aquella noche.

5. 62 Los demandados critican también a Irving por ignorar pruebas, principalmente las pruebas contenidas en el informe del Tribunal Supremo del Partido del 13 de febrero de 1939. Ese informe incluye la conclusión de que, hacia las 2:00 a.m. del 10 de noviembre, cuando se informó a Goebbels de la primera muerte judía en el pogrom, reaccionó diciendo que sería el primero de muchos. Esta reacción concuerda, dicen los demandados, con el texto del diario de Goebbels de esa mañana celebrando la violencia ("¡Bravo!"):

5.63 Por último, en relación a los hechos de la Kristallnacht, Irving cita en la pág. 281 de Goebbels el diario de un diplomático llamado van Hassell, refiriéndose a la reacción de Rudolf Hess ante las acciones violentas dirigidas contra los judíos. Dice así:

"[Hess] les había dejado claro sin duda [a los Bruckmann] que desaprobaba totalmente la acción contra los judíos; también había informado de su punto de vista de una forma enérgica al Führer y le rogó que detuviera lo que ocurría, pero por desgracia fue en vano. Hess señaló a Goebbels como el 'causante' real".
En Goebbels Irving se refiere sólo al punto de vista de Hess según el cual Goebbels fue el causante de la Kristallnacht. Aunque no hubo ninguna objeción al uso de esa parte de la cita, Evans criticó a Irving por no referirse a lo que Evans consideró el aspecto claramente más significativo del relato de Hess, que Hitler había ignorado su petición de detener el pogrom. Esa omisión provoca, según Evans, una flagrante malinterpretación del diario. Evans también criticó a Irving por no mencionar el párrafo siguiente del mismo diario en el que se relata una conversación que tuvo Hassell con el Ministro de Economía de Prusia, Popitz, en la que éste dijo que Goering consideraba que Hitler era el responsable de los hechos de la Kristallnacht.

5.64 Evans concluyó que la afirmación de Hitler según la cual durante la noche del 9 al 10 de noviembre Hitler hizo todo lo posible para evitar la violencia dirigida contra los judíos y sus propiedades se basó en una red de invenciones, manipulaciones y omisiones.

Respuesta de Irving

5.65 Irving negó que en su narración de los hechos de la Kristallnacht hubiera malinterpretado la actitud que adoptó Hitler hacia la violencia dirigida contra los judíos y sus propiedades. Sostuvo que la violencia fue iniciada y promovida por Goebbels, que actuaba sin la autoridad de Hitler. Alegó que una vez que Hitler supo de la escala de los disturbios antijudíos, hizo todo lo posible para limitar la violencia.

5.66 Irving justificó su traducción del testimonio dado por Goebbels en su diario sobre cómo actuó Hitler cuando supo de los ataques como un intento por su parte de expresar en lenguaje sencillo para sus lectores el estilo de escritura que Goebbels usaba en su diario. Negó que esta versión contuviera alguna traducción errónea. En cuanto a la importancia de lo que ordenó Hitler en ese primer momento de los hechos de la noche, Irving sugirió que aquello de lo que Goebbels había informado a Hitler era de la muerte de van Rath, y no de los disturbios antijudíos. Pero después aceptó que se había informado a Hitler de los disturbios. Puso énfasis en que, en el momento en que Hitler dio orden de que la policía se mantuviera al margen, el alcance de los ataques antijudíos era modesto. Así que no se puede decir, según Irving, que Hitler estuviera autorizando violencia excesiva. No fue hasta más adelante, alrededor de la medianoche, cuando los disturbios se fueron de las manos y se convirtieron en un pogrom a gran escala.

5.67 Irving dijo que su descripción de la reacción de Hitler al conocer en las primeras horas de la madrugada del 10 de noviembre los ataques que estaban teniendo lugar coincide con el testimonio dado por los ayudantes de Hitler mucho tiempo después de los hechos. Irving dijo que fue extremadamente cuidadoso para no poner palabras en la boca de aquellos a los que entrevistó. Irving declaró que habló con von Below en no menos de diez ocasiones. Afirmó que lo que von Below dijo entonces es más creíble que lo que escribió en sus memorias. Irving señaló que no hay pruebas que contradigan directamente los relatos de los ayudantes en los que se ha basado. Sus testimonios coinciden, y se puede decir que se corroboran. Irving no aceptó que, al conceder crédito a las declaraciones de los ayudantes sobre la Kristallnacht y rechazar por ejemplo los testimonios de supervivientes de Auschwitz, se pueda considerar que aplica un doble rasero.

5.68 En cuanto al telegrama de Muller, Irving aceptó que lo conocía pero no lo mencionó en Goebbels. Declaró que no consideró que tuviera importancia. Más aún, Irving no aceptó que las pruebas demuestren que Hitler autorizó o supo de la orden de Muller. Muller estaba en Berlín, mientras que Hitler estaba en Munich. Ni, dijo Irving, añade nada el mensaje de Bohmcker a lo que ya sabe por otras fuentes. Señaló que hizo referencia a Bohmcker en una nota al pie.

5.69 Irving negó haber malinterpretado el mensaje de Heydrich de la 1:26 a.m. La referencia dada en las notas al pie de Goebbels sobre este mensaje es ND:3052-PS. En el interrogatorio se presentó a Irving el documento con referencia ND:3051-PS, que según los demandados es el mensaje de la 1:20 a.m. de Heydrich. Dijo que estaba citando un mensaje diferente enviado por Heydrich, el ND:3052-PS, la referencia dada en Goebbels. No estaba de acuerdo con la sugerencia de que era improbable que Heydrich hubiera enviado otro mensaje casi al mismo tiempo. Su respuesta a la acusación de malinterpretación de los demandados fue por tanto que estaba resumiendo el contenido de un mensaje distinto enviado por Heydrich casi al mismo tiempo (algo que desgraciadamente es imposible que hiciera). Sin embargo, cuando se le presentó el texto del mensaje  ND:3052-PS, que los demandados habían obtenido en ese mismo momento, Irving aceptó que no podía ser la fuente de lo que escribió. Cuando recordó que había admitido en su propio website que había fusionado el 3051 y el 3052, Irving aceptó que no había ninguna otra fuente de lo que escribió sobre el mensaje de Heydrich. Finalmente, según entendí, Irving respondió a la crítica hecha por los demandados a su texto de Goebbels sobre el mensaje de Heydrich diciendo que, si lo malinterpretó, fue un inocente error o desliz que cometió revisando el borrador. Sostuvo que el error, situado en el contexto del libro, es trivial. En cualquier caso, Irving reiteró que en aquel momento de la noche (la 1:20 a.m.), aún no se había desarrollado a gran escala el pogrom.

5.70 En cuanto al mensaje telefónico de Eberstein de las 2:10 a.m., Irving dio varias razones por las que no le dio importancia. Afirmó que el mensaje original se emitió antes. Es, argumentó, una simple repetición de las instrucciones dadas a la policía de no intervenir. Irving planteó a Evans varias sugerencias sobre el mensaje: que Eberstein pudo no estar presente cuando se envió; que Eberstein pudo haber estado con Hitler cuando se emitió; que era un mensaje "encendido". En cualquier caso, dijo Irving, el mensaje se vio superado por los hechos. Por estas razones, Irving dijo que no vio necesidad de referirse a él en Hitler's War. Evans no aceptó ninguna de estas sugerencias. Independientemente de que Eberstein enviara el mensaje tras ver la reacción de Hitler ante las noticias de los hechos de la noche, Irving afirmó que dos testigos presenciales, los asistentes von Below y Futkammer, habían confirmado la reacción airada de Hitler ante las noticias. Con respecto a Hederich, Irving justificó el que confiara en su relato de los hechos. Afirmó que no había razón para dudar de la cita de Hederich. A pesar de haber escrito en Goebbels que lo que Goebbels dijo "chocaba con el tono del discurso de Hitler", Irving negó que Hederich hubiera querido decir que Hitler dio un discurso en el Ayuntamiento Viejo: se refería a lo que entendió que Hitler había estado diciendo sobre la violencia. Irving no acepto la crítica de Evans a su confianza en estos testigos (resumida anteriormente).

5.71 Irving estaba totalmente en desacuerdo con la interpretación dada por los demandados al mensaje de Rudolf Hess enviado a las 2:56 a.m. Señaló que fue él quien descubrió el mensaje y lo dio a conocer a los historiadores. Aunque aceptó que pudo haber habido razones para proteger los negocios judíos, como por  ejemplo el peligro de dañar propiedades no judías adyacentes o la posibilidad de que los negocios judíos estuvieran asegurados por compañías no judías, se mantuvo firme en que la orden trataba de dar protección a todas las propiedades judías. Leyó las palabras und dergleichen como referidas a incendios, así que su interpretación del mensaje es que cubre incendios y todas las demás formas de violencia. No aceptó que el orden de las palabras en el mensaje indique que und dergleichen se refiera a tiendas, así que la orden se extendía a tiendas y similares. Según Irving, la orden enviada a las 2:56 a.m. procedía de Hitler y era una indicación de que todas las acciones contra los judíos debían parar. Por tanto, su descripción del mensaje como el portador de una orden de Hitler para "detener la locura" era apropiada y estaba justificada. Más aún, en su respuesta a las conclusiones de los demandados, Irving también llamó la atención sobre un telegrama enviado a las 3:45 a.m. por la Sección II de la Gestapo y firmado por "p.p. Bartz" en el que se requería la inmediata ejecución de la orden de Heydrich de que se debía parar toda clase de incendios.

5.72 Dado el tiempo pasado desde que había tratado de descifrar la letra de Wiedemann, Irving no pudo responder a la crítica de que había malinterpretado su relato de los hechos. Estuvo de acuerdo con que podía haber cometido algún error. Irving admitió que cuando estaba escribiendo Goebbels conocía el diario de Hassell, en el que se anotaban los comentarios sobre la Kristallnacht hechos por Rudolf Hess. Irving argumentó que cuando Hess dijo que había informado de sus puntos de vista enérgicamente a Hitler y le había pedido que parara "el asunto", Hess se estaba refiriendo obviamente a la decisión del partido nazi de multar a los judíos. Hess no le estaba pidiendo a Hitler que detuviera las acciones antijudías cuando estaban teniendo lugar aquella noche. Evans desestimó esto considerándolo una flagrante mala lectura del diario, que simplemente se refería a la violencia. Irving comentó que no consideraba que el diario añadiera mucho a lo ya conocido.
 

(iv) Las repercusiones de la Kristallnacht

Introducción

5.73 Una vez que las muertes, violaciones y destrucciones de propiedad que caracterizaron la Kristallnacht llegaron a su fin, se plantearon preguntas sobre cómo habían ocurrido esas acciones contra los judíos y sobre qué se debía hacer con los perpetradores. Hitler y Goebbels discutieron el asunto. Un tiempo después, el Oberste Parteigericht, un tribunal del partido que no formaba parte del sistema judicial convencional, realizó una investigación y elaboró un informe sobre los hechos.

El caso según los demandados

5.74 En relación a la descripción de los hechos inmediatamente posteriores a la Kristallnacht hecho por Irving, Evans de nuevo criticó la forma en la que manipuló, citó incorrectamente e ignoró pruebas fiables. Evans afirmó que, contrariamente a la impresión dada en las páginas 277 y 278 de Goebbels, el texto del diario de Goebbels, así como las declaraciones hechas por él en aquel momento, proporcionan pruebas claras de que Hitler aprobó sin reservas el pogrom y de que él mismo propuso posteriormente medidas económicas perjudiciales para los judíos.

5.75 La página 277 de Goebbels incluye la siguiente paráfrasis del diario de Goebbels:

"A medida que iban lloviéndole más y más informes desagradables a la mañana siguiente, 10 de noviembre de 1938, Goebbels fue a ver a Hitler para estudiar 'qué hacer a continuación' - hay seguramente un matiz involuntario de temor en la frase".
La manipulación que perciben los demandados es que el relato de los hechos de Irving sugiere que Goebbels sabía que se le había de culpar del pogrom y temía que Hitler estuviera enfadado con él. Los demandados afirman que Irving no tenía nada en que basarse para añadir el matiz de que Goebbels sentía temor, dado que no se indica en el diario. Lejos de tener miedo, el texto del diario de Goebbels del 11 de noviembre demuestra lo satisfecho que estaba por el éxito del pogrom. Irving afirmó que este texto es una mentira.

5.76 El texto del diario de Goebbels continúa así:

'Informo al Führer en el Osteria. Está de acuerdo en todo. Sus puntos de vista son totalmente radicales y agresivos. La acción ha tenido lugar sin problemas. Diecisiete muertos. Pero no se ha dañado ninguna propiedad alemana. El Führer aprueba mi decreto referido al fin de las acciones con pequeñas enmiendas. Lo anuncio por prensa y radio. El Führer quiere adoptar medidas duras contra los judíos. Deben arreglar por si mismos sus negocios. No se pagará ningún seguro. El Führer quiere además una expropiación gradual de los negocios judíos'.
Los demandados afirman que este párrafo del diario de Goebbels deja claro que, lejos de reprender a Goebbels por lo que había ocurrido durante la Kristallnacht, Hitler aprobó lo que había ocurrido. Los demandados añaden que esto queda demostrado por el hecho de que esa misma tarde Goebbels le dijo al jefe local del partido que el Führer había sancionado las medidas tomadas hasta entonces y no las había desaprobado.

5.77 En la página 278 de Goebbels Irving describió la reunión en el Osteria de la siguiente forma:

"[Goebbels] informó [sobre 'qué hacer a continuación'] a Hitler en el Osteria ... y tuvo el cuidado de anotar esto -quizás de forma interesada- en su diario, en contradicción directa con los testimonios del entorno inmediato de Hitler. 'Está de acuerdo con todo. Sus puntos de vista son bastante agresivos y radicales. La acción tuvo lugar sin problemas. Cien muertos. Pero ninguna propiedad alemana dañada'. Todas estas cinco frases, como se verá, eran falsas".
Los demandados citan esto como ejemplo de una manipulación de Irving de lo que había anotado Goebbels en su diario sobre lo que había ocurrido para exculpar a Hitler.

5.78 Evans dedujo que la secuencia probable de hechos fue que durante la mañana del 10 de noviembre Hitler y Goebbels estudiaron qué hacer a continuación. Hitler le dijo a Goebbels que redactara una orden para detener la violencia porque el objetivo de la acción se había cumplido. Se reunieron posteriormente para el almuerzo en el Osteria y Hitler aprobó la orden que había redactado Goebbels. Los términos de la orden fueron difundidos durante la tarde y se anunció oficialmente a las 4 p.m. Las horas de cada hecho son importantes porque según Evans la violencia fue todavía permitida durante la mayor parte del 10 de noviembre (en Viena no empezaron a cometerse actos violentos contra los judíos hasta las 10 de la mañana).

5.78 En una reunión que tuvo lugar el 12 de noviembre, a la que acudieron entre otros Goering y Goebbels, se tomó la decisión de que los judíos tendrían que asumir los costes del pogrom, sin poder recurrir al seguro; la propiedad judía sería "arianizada" y se prohibiría a los judíos poseer tiendas o negocios. Evans criticó a Irving por omitir mencionar en su relato de esta reunión en la página 281 de Goebbels que estas decisiones eran reflejo de las intenciones expresadas por Hitler el 10 de noviembre y, según Goering, se tomaron en respuesta a una indicación expresa de Hitler. Irving tampoco menciona que, de nuevo según Goering y según un funcionario del Plan de Cuatro Años llamado Kehrl, Hitler había apoyado expresamente la acción llevada a cabo contra los judíos.

5.79 En la página 281 de Goebbels, Irving escribe:

"Hess ordenó a la Gestapo y los tribunales del partido que investigaran los orígenes de la noche de violencia y llevaran a los culpables a los tribunales".
Los demandados afirman que, dado que el tribunal en cuestión era del partido y no un tribunal de justicia, Irving no podía escribir que los culpables serían llevados ante los tribunales. Evans señaló que el documento citado en apoyo de este párrafo, una orden del 19 de diciembre de 1938, dejaba claro que se enviarían a los tribunales sólo los casos en los que se encontraran "motivos personales". El ministro de Justicia había ordenado que no se actuara en aquellos casos en los que la propiedad judía hubiera sido incendiada o volada. Irving no menciona nada de todo esto. Según los demandados, queda claro así que la intención de la orden de Hess es totalmente malinterpretada por Irving, cuya manera de exponer los hechos sugiere a sus lectores que los nazis decidieron tomar medidas disciplinarias firmes contra miembros del partido que fueran encontrados culpables de cometer actos ilegales de violencia durante la Kristallnacht y que todos los culpables de cualquier daño serían entregados para que respondieran ante un tribunal.

5.80 Según los demandados, el proceso llevado a cabo por el Tribunal del Partido fue una farsa. Según su informe del 13 de febrero de 1939, investigó sólo dieciséis casos de supuestas actividades ilegales. En sólo dos de estos casos se entregó a los sospechosos a los tribunales. Esos dos casos se referían a delitos sexuales contra mujeres judías: la razón fue que los delitos implicaron 'degeneración racial'. En los otros catorce casos (que incluyeron la alegación de que se asesinó a veintiún judíos), las penas fueron triviales, al parecer porque el Tribunal del Partido opinaba que los criminales cumplían órdenes de Hitler. Se pidió a Hitler que detuviera el proceso contra esas catorce personas. La crítica a Irving consiste en que no hace ninguna referencia a lo que los demandados describen como una manipulación escandalosa del sistema judicial. La acción disciplinaria llevada a cabo por el partido nazi prácticamente no existió.

5.81 Irving sugirió en Goebbels que tras la Kristallnacht Hitler se distanció de Goebbels porque no aprobaba lo que había hecho. Pero Evans afirmó que las pruebas, incluido el diario de Goebbels, sugieren otra cosa. Por ejemplo, Goebbels anotó en su diario que cuando Hitler le visitó el 15 de noviembre, Hitler "estaba de buen humor. Dureza con los judíos. Aprueba totalmente mi y nuestra política". Evans afirmó que no hay ninguna justificación para suponer que, como Irving da a entender en la página 282 de su libro, era una invención de Goebbels.

5.82 Evans también discutió la afirmación de Irving de que las memorias de Ribbentrop son otra prueba de que Hitler no aprobaba lo hecho por Goebbels. Según Evans, los documentos citados por Irving, tras ser examinados, no apoyan su afirmación según la cual Goebbels era un paria en Berlín menos popular que  Ribbentrop y Himmler. Evans señaló que Irving hace varias referencias a un autor llamado Weckert sin dar al lector ninguna indicación de que es una conocida antisemita simpatizante de los nazis, lo que en opinión de Evans la desacredita como historiadora.

5.83 La crítica final hecha por Evans es que en la página 276 de Goebbels y en otros sitios Irving minimiza seriamente el sufrimiento inflingido a los judíos en el pogrom. El número de sinagogas destruidas excede con creces la cifra de Irving de 191. La extensión del daño a tiendas judías también es minimizado por Irving. El número de judíos asesinados fue muy superior a los treinta y seis que Irving afirma que hubo, incluso si no se tiene en cuenta a los que murieron de camino a campos de concentración.

Respuesta de Irving

5.84 Para explicar su referencia a que Goebbels sentía temor cuando fue a ver a Hitler el 10 de noviembre de 1938, Irving remarcó que su paráfrasis "qué hacer a continuación" es una interpretación precisa del alemán:

"Ich uberlege mit dem Fuhrer unsere nunmehrigen Massnahmen".
Según Irving, esas palabras quieren decir que Goebbels discutió con Hitler las medidas que tienen que tomarse "ahora más que nunca". La razón por la que escribió que Goebbels tenía miedo es que se le había citado para ver a Hitler cuando Alemania estaba ardiendo. Goebbels había creído que había actuado de acuerdo con los deseos de Hitler, pero para su consternación había descubierto que había estado haciendo exactamente lo contrario a lo que Hitler deseaba. Irving, sin embargo, manifestó estar de acuerdo con que la entrada del diario de Goebbels indica que estuvo discutiendo con Hitler si se debía dejar que siguieran las acciones contra los judíos o si había que detenerlas. Afirmó (y Evans dijo estar de acuerdo) que es probable que durante una conversación telefónica en la mañana del 10 de noviembre, Hitler indicara a Goebbels que emitiera una orden llamando al cese de la violencia.

5.85 Pero Irving no aceptó el resto de la reconstrucción de los hechos del 10 de noviembre hecha por Evans. Con respecto a lo escrito por Goebbels en su diario sobre su encuentro con Hitler en el restaurante Osteria, Irving argumentó que la afirmación de que Hitler apoyaba lo que Goebbels había hecho era falsa, es decir, que Goebbels mentía en su diario. Goebbels tendía, según Irving, a decir que Hitler había aprobado sus acciones cuando en realidad no era así. Goebbels era denunciado por todos lados, así que necesitaba intentar hacer ver que tenía la aprobación de Hitler. Irving, sin embargo, dijo estar de acuerdo con que Hitler expresó la intención de que se expropiaran los negocios judíos. Irving sugirió, en base a información que según dice descubrió
Ingrid Wechert (a la que ya me he referido), que se emitió una orden para detener las manifestaciones y acciones ya a las 10 de la mañana del 10 de noviembre. Evans dudó de las horas indicadas por Wechert e Irving: la única prueba del contenido de la emisión registra una hora de transmisión de la tarde. Se acepta que la orden que indicaba el fin de la violencia se emitió a las 4 p.m. Evans consideró que es improbable que hubiera habido una diferencia de seis horas entre la emisión y la promulgación de la orden.

5.86 Irving justificó sus dudas en Goebbels hacia el texto del diario en el que Goebbels registró la visita de Hitler del 15 de noviembre afirmando que Hitler había indicado que aprobaba totalmente "mi y nuestra política". Según Irving, era obvio a partir del texto manuscrito que "mi" fue escrito por accidente por Goebbels y que añadió "y nuestra" tras pensarlo mejor, porque, según Irving, habría sido demasiado descarado que hubiera tachado "mi". Evans se negó a aceptar esta interpretación del párrafo.

5.87 Igualmente, en relación al mensaje enviado por Goebbels al jefe del partido nazi en Munich- Alta Baviera en el que dice que "el Führer sanciona las medidas tomadas hasta ahora y declara que no las desaprueba", Irving afirmó que no se puede considerar una prueba clara. La razón, según Irving, es la doble negación en el orginal alemán en la segunda parte de la frase, que indica que Goebbels buscaba una coartada al decir que había tenido la autoridad de Hitler cuando de hecho no fue así.

5.88 Irving no aceptó que en Goebbels hubiera dado la impresión de que se llevaron a cabo acciones firmes contra los implicados en la violencia de la Kristallnacht. Defendió su referencia en Goebbels a "entregar a los culpables a los tribunales" afirmando que hubo un gran número de procesos y que muchos fueron enviados a prisión. Sin embargo, aceptó que era inapropiado referirse al tribunal del partido como tribunal de justicia ordinario. También manifestó estar de acuerdo con que hubo muchos que cometieron graves crímenes contra los judíos y quedaron en libertad. Irving trató de justificar este tratamiento indulgente en base a que sus actos de violencia habían sido autorizados por el Estado. Irving hizo referencia a un párrafo del informe del Tribunal del Partido:

"Los perpetradores individuales [de los actos de violencia] habían actuado, no meramente según el supuesto deseo de los líderes, sino siguiendo el punto de vista seguramente vago pero correctamente expresado de los líderes".
Irving consideró que esto daba a entender que los perpetradores de los crímenes sabían que no actuaban según órdenes de Hitler. Evans afirmó en respuesta que es exactamente lo contrario de lo que dice el informe: los perpetradores actuaban de acuerdo con los deseos de los líderes. En eso se basaron los que redactaron el informe para concluir que no se debía castigar a los perpetradores.

5.89 Aunque Irving aceptó que sólo dos de los dieciséis sospechosos a los que hace referencia el informe del Tribunal del Partido fueron entregados a la justicia, afirmó que se procesó a otros muchos. Cuestiones de espacio le impidieron decirle a sus lectores cuántos escaparon de la acción de la justicia. No aceptó que fuera intención del partido nazi el que todos excepto una pequeña minoría se libraran.
 

(v) La expulsión de los judíos de Berlín en 1941

Introducción

5.90 En el otoño de 1941 todavía quedaban en Alemania, aunque bajo condiciones cada vez más restrictivas, unos 146.000 judíos, de los que 76.000 vivían en Berlín. En octubre de 1941, tras la invasión de la Unión Soviética, que tuvo como resultado el asesinato masivo de judíos soviéticos por parte de los Einsatzgruppen, comenzó la deportación de los judíos de Berlín al Este, principalmente a Polonia.

5.91 A la 1:30 p.m. del 30 de noviembre de 1941, Hitler mantuvo una conversación telefónica con Heydrich. La parte relevante de las notas que tomó Himmler sobre la conversación es el siguiente texto:

"Judentransport aus Berlin. (transporte de judíos de Berlín.)

Keine liquidierung. (No liquidar)"

A pesar de estas órdenes, un tren de judíos fue masacrado aquel día a su llegada a Riga.

El caso según los demandados

5.92 Los demandados plantean numerosas críticas a la forma en la que Irving ha escrito sobre la deportación de los judíos alemanes de Berlín, y en particular sobre el papel de Hitler en el asunto. Los demandados también critican la forma en la que Irving describe las circunstancias que rodearon la ejecución de los judíos de Berlín a su llegada a Riga (algo que trataré más adelante).

5.93 El primer punto de las críticas de los demandados es la afirmación hecha por Irving según la cual, a diferencia de Goebbels, Hitler no estaba dominado por el antisemitismo. En Goebbels Irving cita un artículo de
Goebbels publicado en Das Reich para demostrar que era más violentamente antisemita que Hitler. Pero Evans señaló que Irving no menciona que Goebbels comenzó su artículo citando la celebrada predicción de Hitler hecha en 1939 referida a la aniquilación de los judíos. En su informe, Evans citó numerosas declaraciones de Hitler para demostrar que expresaba puntos de vista similares a los de Goebbels con respecto a los judíos. Los demandados elaboraron una lista completa de las declaraciones de Hitler sobre los judíos desde 1919 hasta 1945, incluida en la tabla 5(i) de sus conclusiones escritas. Volveré a esta lista más adelante.

5.94 Irving afirmó en Goebbels que fue el artículo de Goebbels en Das Reich el que inspiró el asesinato de miles de los judíos de Berlín en Riga en noviembre de 1941. Esta afirmación se basa en el testimonio de
Wisliceny (uno de los oficiales en jefe de Eichmann que era responsable de la Solución Final en Eslovaquia y otros lugares). En la página 379 de Goebbels, Irving escribió que Wisliceny describió el artículo de Das Reich como "el hito". Wisliceny se refería al artículo, pero también dijo que "en este periodo de tiempo, tras el comienzo de la guerra con Estados Unidos, estoy convencido de que se ha de cumplir la decisión de Hitler que ordenaba la aniquilación biológica de los judíos de Europa". Los demandados alegan que Irving no sólo se equivocó al atribuirle a Wisliceny la opinión de que Das Reich fue ciertamente el hito, sino que también suprimió deliberadamente las declaraciones que se referían a la orden de Hitler de la aniquilación biológica de los judíos.

5.95 En la página 377 de Goebbels Irving afirma que no se informó ni consultó a Hitler sobre la deportación de los judíos de Berlín en 1941. Evans alegó que esta afirmación es otra manipulación de hechos históricos. Goebbels afirma en su diario el 19 de agosto de 1941 que el Führer le dio su aprobación para sacar a los judíos de Berlín. Esto se ve corroborado de nuevo en el diario el 19 y el 24 de septiembre de 1941. Asimismo, Himmler le dijo a Greiser, destinado en el Warethegau y que respondía directamente ante Hitler, que el Führer quería que se limpiara el Antiguo Reich y el Protectorado de judíos. Los demandados afirman que las pruebas de la implicación de Hitler son claras.

5.96 Irving basó su teoría de la no implicación de Hitler en su Charla de Sobremesa del 25 de octubre de 1941 (la Charla de Sobremesa es un documento constituido por notas, recopiladas por unos ayudantes de Bormann llamados Heim y Picker, referidas a observaciones hechas por Hitler en encuentros informales). Pero según Evans, Irving malinterpreta y traduce mal lo que dijo Hitler, que no iba a permanecer por más tiempo "inactivo" contra los judíos y que había empezado a tratar el asunto.

5.97 Los demandados alegan que la afirmación hecha por Irving según la cual Hitler intervino personalmente en un intento (fallido) para evitar que se liquidara a los judíos de Berlín no se sostiene con ninguna prueba. En la edición de 1977 de Hitler's War Irving escribió en la página 332 que "se convocó" a Himmler a La Guarida del Lobo (el Cuartel General de Hitler) y se le "obligó" a telefonear una orden a Heydrich para que no se liquidara a ningún judío. Se da a entender al lector que Hitler emitió una orden que se aplicaba a todos los judíos. Más aún, en la introducción de Hitler's War Irving describe la orden como "una prueba incontrovertible" de que Hitler ordenó una prohibición de la liquidación de judíos. Da suficiente importancia a la orden como para incluir una foto del documento en el libro.

5.98 Los demandados afirman que la interpretación que hace Irving de la nota de Himmler (citada antes en la introducción de esta sección) es una perversa y clara falsificación del documento. Evans alegó, en primer lugar, que está claro al ver la nota que se refiere a un único transporte de judíos procedente de Berlín que salió el 27 de noviembre: la palabra alemana transport es singular, en plural sería transporte. Tanto el lenguaje como el contexto dejan claro que la nota habla de un transporte de judíos en concreto. Más aún, está claro que la nota habla sólo de judíos de Berlín porque incluye las palabras aus Berlin. Y además, según los demandados, no hay pruebas de que Hitler emitiera ninguna orden o de que estuviera implicado en el asunto. Es cierto que la llamada telefónica de Himmler se hizo desde el bunker de Hitler. Pero se hizo a la 1:30 p.m. y la agenda de notas de Himmler sugiere que Hitler y Himmler no se reunieron para almorzar hasta más tarde aquel día.

5.99 A mediados de los '80 Irving aceptó que la nota se refiere a un transporte de judíos de Berlín y no a los judíos en general. Sin embargo, el error no se corrigió en la edición de 1991 de Hitler's War. Irving explicó esto diciendo que la edición de 1991 fue a la imprenta a mediados de los '80. Hay que señalar que en Goebbels Irving ya no dice que la orden se aplicara a los judíos en general. Pero siguió afirmando que la orden procedió de Hitler. Así, en la página 379 de Goebbels Irving escribe que, incluso mientras se estaba fusilando a los judíos en Riga, "Hitler... estaba dando orden a Himmler de que no se liquidara a esos judíos de Berlín". En mayo de 1998 Irving aceptó en su web que su teoría según la cual Hitler le ordenó a Himmler que le dijera a Heydrich que detuviera el fusilamiento era incorrecta. A pesar de esto, el 31 de agosto de 1998 Irving publicó otro documento en el que afirmó que se podía demostrar que Hitler había emitido la orden de que no se asesinara a los judíos de Riga. Evans calificó este comportamiento de Irving de atroz y vergonzoso. Los demandados citan esto como ejemplo de la continua alteración de pruebas hecha por Irving para dar una cara más amable de Hitler incluso después de que se le haya informado de los errores que ha cometido.

5.100 Ni, según Evans, hay pruebas de la afirmación que hizo Irving en la edición de 1977 de Hitler's War según la cual el 1 de diciembre de 1941 Himmler telefoneó a Pohl, un general de las SS, para decirle que los judíos iban a "permanecer donde están" (es decir, fuera de peligro). Irving basó esta afirmación en el registro de llamada de Himmler, en el que había este texto:

Verwaltungsfuhrer der SS (Jefes Administrativos de las SS)

haben zu bleiben (tienen que permanecer)

Irving acepta ahora que leyó mal "haben" como "Juden" y que la orden decía que los jefes administrativos de las SS tenían que permanecer donde estuvieran. Los demandados no aceptan que la transcripción errónea se debiera a un inocente error al entender la letra de Himmler. Destacan otras palabras manuscritas del mismo documento que deberían haber puesto sobre aviso a Irving (como así le ocurrió a los demandados) del hecho de que la palabra que Himmler escribió era 'haben'. Irving ignoró el hecho de que no hay un punto después de SS y antes de haben. También ignoró el hecho de que la línea de  haben zu bleiben tiene un sangrado que sugiere que está relacionada con la línea anterior. Irving manifestó estar de acuerdo en el interrogatorio que leer el texto como "Jefes Administrativos de las SS los judíos permanecen)" no tiene sentido porque no diría nada en relación a los jefes administrativos. Evans consideró que esto era un error deliberado y perverso de Irving provocado por su imparable deseo de decir que Hitler era un amigo de los judíos.

Respuesta de Irving

5.101 Irving afirmó que existe lo que describe como otra "cadena de documentos" que lleva a la conclusión de que Hitler tenía la intención de proteger a los judíos de Berlín.

5.102 Con respecto a su afirmación en Goebbels según la cual no se consultó ni informó a Hitler de la expulsión de los judíos de Berlín, Irving aceptó en base a las pruebas disponibles ahora que la iniciativa de la expulsión provino de Hitler. Niega que haya suprimido ninguna información relevante de la que fuera consciente en aquel momento. Irving no tuvo en cuenta el informe de Wisliceny con su referencia a una orden de Hitler para proceder a la aniquilación biológica de los judíos porque se hizo en 1946, cuando Wisliceny se enfrentaba a una condena a la horca. En cualquier caso, Irving desestimó el informe por considerarlo especulativo y hecho por un hombre "en un nivel carcelario". Irving no aceptó que en este contexto  "vernichtung" tenga connotaciones de exterminio. Negó haber aplicado un doble rasero en su confianza en Wisliceny, adoptando aquellas partes que se ajustaban a su caso y descartando el resto.

5.103 En apoyo de su argumento de que Hitler actuaba en favor de los judíos, Irving destacó una entrada del registro de llamadas de Himmler del 17 de noviembre de 1941, que da a entender que Himmler recibió un rapapolvo de Hitler por querer deshacerse de los judíos del Gobierno General. También se basó, provocando una "ligera abolladura" en el concepto habitual del público según el cual se llevaba a los judíos en vagones de ganado en condiciones atroces, en mensajes que indican que los trenes que llevaban a judíos de Berlín al Este estaban ampliamente equipados y se permitía a los judíos que llevaran consigo sus utensilios de trabajo. Irving dice que esto no concuerda con la existencia de una política sistemática de exterminio.

5.104 En relación a la entrada en el registro de Himmler del 30 de noviembre de 1941 (citada en la introducción de esta sección) que incluía la frase "Judentransport aus Berlin - keine liquidierung", Irving aceptó que no tenía pruebas directas de que Himmler "fue convocado" para ver a Hitler o de que se le "obligara" a emitir una orden. Pero señaló que Himmler había estado aquella mañana trabajando en el Cuartel General de Hitler y sugirió que es probable que Himmler hablara por teléfono con Hitler antes de que los dos se vieran en el almuerzo a las 2:30 p.m. Irving alegó que la posibilidad de que esta conversación tuviera lugar antes de que Himmler hablara con Heydrich por teléfono, junto al hecho de que Himmler estaba en el Cuartel General de Hitler cuando se hizo la llamada, sugiere que fue Hitler quien emitió la orden de que no se liquidara a los judíos. Manifestó estar de acuerdo con que no hay pruebas de que Himmler y Hitler se vieran antes de que se llamara a Heydrich a la 1:30 p.m. del 30 de noviembre de 1941. Sin embargo, sugirió que es razonable inferir "con sólidas pruebas" que hablaron por teléfono antes. Sostuvo su postura a pesar de que en su propio website dice que su teoría original de que Himmler había discutido el asunto con Hitler antes de llamar por teléfono a Heydrich era incorrecta. Evans contestó que no hay pruebas de que Hitler hablara con Himmler aquella mañana. Había varios bunkers en el Cuartel General de Hitler y no hay razones para suponer que Himmler se comunicara cara a cara o por teléfono con Hitler antes del almuerzo.

5.105 Otra razón presentada por Irving para justificar su afirmación de que la orden Keine Liquidierung provino de Hitler es que fue Himmler quien llamó a Heydrich y no a la inversa. Esto no se ve claro en la anotación de Himmler referida a la llamada. Pero Irving destacó otra orden dada por Himmler a Heydrich desde el Cuartel General de Hitler meses después, el 24 de abril de 1942, indicando que no se debía aniquilar a los judíos. Irving infirió que la orden procedía de Hitler y argumentó que se puede inferir lo mismo en relación a la orden del 30 de noviembre de 1941. La respuesta de Evans fue que no hay ninguna razón para suponer que hubiera alguna conexión entre Hitler y cualquiera de esas órdenes emitidas por Himmler.

5.106 En relación a la entrada en el registro de Himmler del 1 de diciembre de 1941, Irving dijo que leyó mal la letra temblorosa de Himmler: pensó que había escrito Judentransporte en plural. Fue, según dijo "un tonto error de lectura". Negó firmemente cualquier manipulación deliberada. Negó que estuviera mintiendo cuando dijo que había cometido un fallo inocente. Tuvo sin embargo que admitir que en una carta al Dr. Kabermann escrita en 1974 había transcrito correctamente la palabra en singular. Alegó que su explicación original de que pensó que la nota se refería a transportes en plural fue un desliz de su memoria. Explicó que cree que entendió que
transport se refería a transporte en su sentido genérico. Señaló que no hay ningún artículo definido antes del nombre (algo que según Evans es raro en las notas de Himmler). Alegó que las definiciones del diccionario de la palabra le aclararon el significado, pero no pudo obtener un diccionario de la época que le diera el significado de "transporte". Rechazó la afirmación hecha por Evans según la cual esta explicación tampoco es convincente, ya que no tiene en cuenta las palabras aus Berlin.

5.107 A pesar de que aceptó finalmente que la conversación entre Himmler y Heydrich del 30 de noviembre se refería a un único transporte de judíos, Irving siguió sugiriendo en su interrogatorio a Evans que la orden
Keine Liquidierung tenía un significado más amplio y se aplicaba a todos los judíos de Europa. Se basó en un mensaje enviado el 1 de diciembre de 1941 al comandante en jefe local de las SS en Riga, llamado Jeckeln, citándole a una reunión con Himmler en Berlín el 4 de diciembre. Irving señaló que se había decidido celebrar estas reuniones rápidamente después de que el asesino Jecklen solicitara a Berlín diez pistolas militares para
Sonderactionen (acciones especiales). Irving interpretó que las notas de la agenda de Himmer del 4 de diciembre de 1941 demuestran que le llamó la atención a Jeckeln.

5.108 Irving se basó también en el contenido de un telegrama enviado el mismo día a Jecklen por Himmler, que dice:

"Se ha de tratar a los judíos enviados al Ostland sólo de acuerdo con las directrices que dé yo mismo o el Reichssicherheitshauptamt según mis órdenes. Castigaré los actos arbitrarios y de desobediencia".
Irving describió esto como un mensaje increíblemente importante porque demuestra que en los cuarteles generales se desaprobaba el fusilamiento de judíos. Alegó además que la ausencia de referencias a Hitler en el mensaje indican que Hitler no tuvo nada que ver con la promulgación de las directrices sobre circunstancias en las que se debía asesinar a los judíos de Europa. Irving dice que la consecuencia de esta cadena de hechos fue que se detuvo durante muchos meses el fusilamiento de judíos alemanes. Evans aceptó que se detuvo el asesinato de judíos alemanes durante algunos meses tras diciembre de 1941, pero señaló que se asesinó a los judíos supervivientes del gueto de Riga el 8 de diciembre al parecer en presencia de Himmler. La masacre de judíos no alemanes en el Ostland continuó sin interrupción.

5.109 Irving alegó que se puede inferir de las comunicaciones referidas en los párrafos 5.107 y 108 que existían en aquel momento directrices que prohibían el asesinato de los judíos de Europa y que el fusilamiento de los judíos de Berlín en Riga fue una transgresión de esas directrices.

5.110 En referencia al registro de llamadas de Himmler del 1 de diciembre de 1941, Irving declaró que confundió inocentemente "haben" con "Juden" porque las dos palabras se parecían con la letra gótica manuscrita. Dijo que la letra de Himmler en aquel tiempo es difícil de distinguir. No se dio cuenta de que no había un punto después de Verwaltungsfuhrer SS. Fue un error razonable y ciertamente no una lectura errónea deliberada. En cualquier caso, Irving desestimó esta entrada en el registro como totalmente irrelevante. El no corregir la edición de 1991 de Hitler's War fue un descuido. Evans no estaba de acuerdo con que el error al leer la nota fuera un error inocente. Alegó que ningún historiador imparcial podría leer esas palabras y ver algo distinto de haben zu bleiben.
 

(vi) El fusilamiento de judíos en Riga

Introducción

5.111 Tanto los demandados como Irving aceptan que, desde el verano de 1941 hasta el final de 1942, los Einsatzgruppen nazis fusilaron y asesinaron a un gran número de judíos en el Gobierno General (buena parte de la Polonia ocupada). Las partes discuten las dimensiones de las ejecuciones que tuvieron lugar y si Hitler aprobó o sabía de las ejecuciones. Volveré a estos asuntos cuando más adelante me enfrente a la cuestión del conocimiento y responsabilidad de Hitler por el exterminio masivo de judíos.

5.112 La cuestión más inmediata se refiere a la forma en la que Irving habla en sus obras de las circunstancias bajo las que los judíos de Berlín que fueron deportados a Riga como ya he descrito,  fueron ejecutados por Jeckeln y sus hombres.

El caso según los demandados

5.113 Los demandados también citan el tratamiento que da Irving al asesinato de estos judíos como otro ejemplo de su tergiversación de los hechos y su determinación de exculpar a Hitler de la responsabilidad por su destino fatal.

En particular, los demandados critican a Irving por su omitir mencionar lo que Bruns tenía que decir sobre el fusilamiento de los judíos de Berlín. En 1941, Bruns era coronel y estaba destinado en Riga. En 1945, tras haber sido detenido, habló del fusilamiento a sus compañeros de prisión. Sus palabras fueron grabadas en secreto, así que (según los demandados) no hay razones para suponer que no estuviera diciendo la verdad. Según la transcripción de la grabación, dijo que un joven oficial llamado Altemeyer le había dicho que se tenía que fusilar a los judíos de Berlín "según órdenes del Führer". Según esta misma transcripción, después de que se hubiera informado a Hitler del fusilamiento, Altemeyer le mostró a Bruns otra orden y dijo:

"Ésta es una orden recién emitida prohibiendo que en el futuro tengan lugar fusilamientos masivos a esa escala. Se han de realizar con más discreción".
Los demandados afirman que las palabras de Bruns son una prueba importante y creíble, procedente de un testigo fiable, de que, en primer lugar, Hitler ordenó personalmente las ejecuciones de Riga, y en segundo lugar, de que una vez que se le informó del fusilamiento, Hitler, lejos de prohibir esa conducta en el futuro, ordenó que continuaran los fusilamientos de ese tipo, pero de una forma más discreta.

5.114 A pesar de la importancia crucial de la prueba de Bruns, conocida por Irving, no hay ninguna referencia en ninguno de los libros de Irving cuando habla del papel aparente de Hitler en la muerte de los judíos de Berlín en Riga. Se hace una referencia a Bruns en la introducción de la edición americana de Hitler's War, donde Irving se refiere a las "nuevas órdenes de Hitler para que se detuvieran de inmediato esos asesinatos masivos". Los demandados afirman que esta referencia altera totalmente el sentido del testimonio de Bruns.

5.115 En la página 645 de Goebbels Irving escribe que se fusiló a 1.000 judíos de Berlín y a 4.000 de Riga el 30 de noviembre. Según Evans y Browning, se averiguó con informes posteriores que la cifra real fue de al menos el doble, y se dieron estimaciones más altas, de 13.000 a 15.000, en los juicios de la posguerra. Los demandados critican a Irving por minimizar el número de los asesinados. Aceptan que hace una referencia, aunque perdida en una nota al pie, a una estimación de 27.800 judíos muertos, pero la describe como una exageración. Evans declaró que la cifra de 27.800, calculada por el Einsatzgruppe A tenía una probable justificación.

5.116 En relación a la actitud de Hitler hacia el fusilamiento de los judíos alemanes en Riga, los demandados también critican a Irving por no mencionar en ningún momento a Schultz-Dubois. Este joven oficial nazi tenía como misión llevarle al almirante Canaris un informe elaborado por otro oficial destinado en Riga que protestaba por el fusilamiento. La intención era que Canaris llevara este asunto ante Hitler. Según una carta de la viuda de Schultz-Dubois, citada en un libro del profesor Gerald Fleming, Canaris lo hizo, pero se encontró con esta respuesta:

"¡Quiere demostrar debilidad!, ¿no, mein Herr? Tengo que hacer esto, porque después de mi no habrá otro que lo haga".
Esto, según los demandados, es una prueba clara de que Hitler aprobaba el fusilamiento de judíos, pero Irving omitió mencionarlo.

El caso según el Sr. Irving

5.117 Al presentar sus pruebas, Irving adoptó una actitud equívoca hacia las palabras de Bruns grabadas en secreto sobre los hechos de Riga. Aceptó que en general Bruns es fiable, en parte porque no sabía que se estaban grabando sus palabras. Sin embargo, teniendo en cuenta que Bruns negó en su jucio haber estado presente en los fusilamientos de Riga, Irving no tuvo en cuenta algunas partes del testimonio grabado de Bruns. En relación a las declaraciones de Bruns sobre lo que le dijo Altemeyer:

"Esta es una orden que acaba de llegar, diciendo que los fusilamientos de este tipo no tendrán lugar en el futuro. Se ha de hacer con más cautela a partir de ahora".
Irving alegó que la primera parte quiere decir que Hitler había ordenado que se tenían que detener los asesinatos masivos. Pero Irving desestimó la segunda parte, la orden de que se ejecutaran los fusilamientos con más cautela en el futuro, considerando que era un comentario despectivo de Altemeyer.

5.118 La razón por la que Irving no tiene en cuenta estas palabras es que Altemeyer era en aquel momento un joven oficial en la veintena, y por tanto es probable que estuviera burlándose de las críticas de un oficial más veterano a lo que estaba haciendo refiriéndose a "las órdenes del Führer". Irving argumentó que su interpretación de las palabras de Altemeyer es coherente con el mensaje interceptado de Himmler a Jeckeln del 1 de diciembre de 1941 en el que se le indicaba que cumpliera las directrices de trato a los judíos alemanes deportados.

5.119 Contrastando con su aceptación inicial de la fiabilidad de Bruns, Irving llegó a sugerir en su interrogatorio a Evans que el testimonio de Bruns era de tercera mano y que, siendo de cuatro años después de los hechos, no se podía tratar como una prueba firme.

5.120 En cuanto a las cifras de víctimas en Riga el 30 de noviembre de 1941, Irving trató de justificar la cifra que dio en el texto de Goebbels, unos 5.000, haciendo un cálculo del número de cadáveres que podían haber entrado en las fosas que Bruns describe en su relato de los fusilamientos. Si esas fosas medían 25 metros de largo por 3 de ancho y 2 de profundidad, Irving calculó que, con diez cuerpos por metro cúbico, en las fosas habrían entrado 7.000 cuerpos. Evans expresó la opinión de que dicho cálculo no tenía sentido porque hacía muchas suposiciones, empezando por la suposición de que las fosas sólo tenían 2 metros de profundidad.

Irving añadió que no había ocultado la teoría de que hubo unas 28.000 muertes: estaba en la nota al pie a la que los lectores podían referirse.

5.121 Irving rechazó que los demandados le criticaran por ignorar en sus escritos sobre los fusilamientos de Riga el testimonio de la viuda de Schultz-Dubois, responsable de llevar al almirante Canaris un informe de un joven oficial del Ejército que protestaba por los fusilamientos para que el almirante lo hablara con Hitler. Entendí que Irving decía que, aunque la carta de la Sra. Schultz-Dubois que contiene la información esta en su web, no tuvo tiempo material de leerla. Irving declaró que, aunque en 1982 vio parte del libro del profesor Fleming en el que se cita la carta de Frau Schultz-Dubois, no había leído el párrafo de la página 98 que contiene la cita. Se planteó a Irving en el interrogatorio que las marcas en su ejemplar del libro de Fleming indican que leyó hasta la página 104, así que debió leer la carta en la página 98. Irving negó esta alegación.

5.122 Irving manifestó sin embargo estar de acuerdo con que la reacción de Hitler descritaen la carta de Frau Schultz-Dubois es en cierta forma una prueba de que Hitler consideraba que era su tarea asesinar a los judíos. Irving aceptó que eso debía ser lo que quería decir la frase de Hitler "después de mi no habrá otro que lo haga [ordenar los fusilamientos]". Pero se sabe que Canaris era antinazi, así que Irving alegó que se debía descartar su informe sobre la reacción de Hitler.
 

(vii) El punto de vista de Hitler sobre la cuestión judía

Introducción

5.123 Este es otro tema en el que tendré que extenderme más cuando hable de las críticas planteadas por los demandados contra Irving por negar que Hitler era cómplice de la política genocida de deportación y asesinato usando gas de un vasto número de judíos de toda Europa. En este punto me limitaré a un resumen de las críticas presentadas por los demandados al planteamiento que expone Irving en determinadas páginas de sus libros sobre la postura de Hitler con respecto a la cuestión judía, junto a las respuestas de Irving a esas críticas.

El caso según los demandados

5.124 Para los demandados, el caso consiste en que Irving no desperdicia ninguna oportunidad para decir que Hitler adoptó una postura no enfrentada a los judíos y se le mantuvo en la ignorancia, al menos hasta el otoño de 1943, de la liquidación que estaba teniendo lugar. Este planteamiento es falso según los demandados. Será suficiente que exponga una selección de las declaraciones de Hitler sobre los judíos en las que se basan los demandados.

5.125 Los demandados acusan a Irving de citar de una forma selectiva y perversa y de hacer una traduccción deliberadamente mal en un párrafo de la página 377 de Goebbels que trata de relatar un hecho descrito en la Charla de Sobremesa de Hitler del 25 de octubre de 1941. Irving describe la forma en que Hitler habló con Himmler y Heydrich de esta forma:

"No se consultó ni informó a Hitler [de la deportación masiva de los judíos de Berlín]. Diez días después de que comenzara el éxodo forzado, se refirió, hablando tras la cena con Himmler y Heydrich, a la forma en la que los judíos habían comenzado la guerra. '¡Que nadie me diga', añadió Hitler, 'que después de eso no podemos aparcarlos en las regiones más pantanosas de Rusia! Por cierto', añadió, 'no es malo que los rumores nos atribuyan un plan para exterminar a los judíos'. Señaló, sin embargo, que no tenía ninguna intención de comenzar algo así en ese momento. 'No es conveniente que se añadan dificultades en el momento en el que estamos' ".
Evans alegó que la afirmación de que no se consultó ni informó a Hitler de las deportaciones es una pura invención. Afirmó que la traducción correcta del extracto de la Charla de Sobremesa es ésta:
"Nadie puede decirme: ¡pero no podemos mandarlos al infierno! ¿Pero quién se preocupa de nuestro pueblo? Es bueno que nos preceda el terror (schrecken) a que estemos exterminando a los  judíos. Me veo forzado a apilar una enorme cantidad de cosas; pero eso no quiere decir que aquellas cosas de las que me entero sin que reaccione inmediatamente desaparezcan. Van a una nota, un día se llevan el libro. Tuve que mantenerme sin actuar contra los judíos durante mucho tiempo. No tiene sentido crearse dificultades adicionales artificialmente; cuanto más inteligentemente se actúe, mejor...".
5.126 Se hace una serie de críticas a la versión de Irving de este extracto de la Charla de Sobremesa de Hitler. El texto original no habla de "aparcar" ni de Rusia. Al traducir schrecken como "rumor" Irving suaviza la frase original. El original en alemán deja claro que Hitler consideró acabado el periodo de inactividad hacia los judíos. Había llegado el momento de atacar. Los demandados alegan que el resultado de la versión de Irving de las declaraciones de Hitler es una total malinterpretación.

5.127 Goebbels anotó en su diario una reunión con Hitler el 21 de noviembre de 1941 con términos como los siguientes:

"El Führer también está completamente de acuerdo con mis puntos de vista con respecto a la cuestión judía. Quiere una política enérgica contra ellos que, sin embargo, no nos cause dificultades innecesarias".
Pero en la página 379 de Goebbels Irving escribe que Goebbels tenía planteamientos mucho más intransigentes que los de Hitler hacia los judíos. A esto sigue una cita del diario de Goebbels expresada de la siguiente manera:
" ...[Hitler] indicó de nuevo a Goebbels que llevara a cabo una política contra los judíos que no causara dificultades sin fin..."
Los demandados afirman que Irving altera el sentido del diario al omitir la referencia al deseo de Hitler de aplicar una política enérgica con los judíos y al omitir la primera frase en la que se ve que Hitler está de acuerdo con el punto de vista de Goebbels sobre la cuestión judía.

5.128 Los demandados tambien utilizan como prueba de sus tesis el relato de Irving de un discurso dado por Hitler a los Gauleiter el 12 de diciembre de 1941 cuando, según el diario de Goebbels (traducido por Longerich):

"En cuanto a la cuestión judía, el Führer está decidido a hacer un barrido total. Había anunciado a los judíos que si alguna vez provocaban de nuevo una guerra mundial, sufrirían su propio exterminio
(vernichtung). No era un frase vacía. La Guerra Mundial está aquí, el exterminio de los judíos (Judentum) debe ser la consecuencia necesaria. Se ha considerar esta cuestión sin sentimientos. No estamos aquí para simpatizar con los judíos, con quien simpatizamos es con nuestro pueblo alemán. Si el pueblo alemán ha sacrificado ahora de nuevo a 16.000 muertos en la campaña del Este, entonces los autores de este conflicto sangriento han de pagar con sus vidas".
Según los demandados, de acuerdo con lo que relata Goebbels, Hitler esta expresamente contemplando el exterminio de los judíos en general. Los demandados alegan que este texto, escrito un día después del estallido de la guerra entre la Alemania nazi y Estados Unidos, es un eco de lo que Goebbels había escrito anteriormente en un artículo de Das Reich, y que demuestra que Hitler estaba decidido a actuar contra los judíos no menos brutalmente que Goebbels. Expresa, dicen los acusados, la reacción de Hitler al estallido de la guerra mundial, el decidir aniquilar a los judíos.

5.129 Según los demandados, se puede encontrar una confirmación a este planteamiento en el testimonio del Gobernador General Hans Frank (cuya presencia en Berlín cuando Hitler habló a los Gauleiter es aceptada por Irving):

"En Berlín se nos dijo '¿por qué todas esas molestias? No podemos usarles ni en el Ostland ni en el Reichscommissariat. ¡Liquídenlos! Debemos destruir a los judíos dondequiera que los encontremos y en todo momento que sea posible para preservar la estructura completa del Tercer Reich".
El diario de Frank contiene este otro párrafo:
"... no podemos fusilar a esos 3,5 millones de judíos. No podemos envenenarlos. Pero podremos, sin embargo, llevar a cabo intervenciones que de alguna forma lleven a una aniquilación con éxito, en conexión con las medidas a gran escala que va a tomar el Reich y que se están discutiendo. El Gobierno General debe quedar tan libre de judíos como el Reich. Cuándo y cómo ocurrirá es asunto de las instituciones que debemos poner en marcha y crear aquí y de la efectividad de la que le informaré cuando corresponda".
Los demandados alegan que Frank estaba registrando aquí lo que de hecho era una orden de Berlín al Gobierno General para que liquidara a los judíos. Los demandados alegan que este párrafo es un "documento de planificación" que presagia el exterminio de los judíos por gaseamiento.

Se criticó a Irving por afirmar en la página 428 de la edición de 1991 de Hitler's War que Hitler estaba en Prusia Oriental cuando se emitió la orden de liquidar a los judíos. Es más probable que Hitler estuviera en Berlín en aquel momento, dado que no se fue de Berlín hacia el Este hasta el 16 de diciembre. Esto, según los demandados, es un ejemplo de la manipulación de pruebas de Irving y de su recurso a "trolas" para alejar a Hitler de la orden de liquidación de los judíos.

5.130 A continuación los demandados presentan una nota manuscrita de Himmler sobre una conversación que tuvo con Hitler el 16 de diciembre de 1941, que incluye las palabras:

"cuestión judía /que sean extirpados (auszurotten) como los partisanos".
Longerich consideró que esta nota era una confirmación de la intención de Hitler de continuar e intensificar el asesinato masivo de judíos soviéticos. Es coherente con la forma en que se trató el asesinato de 363.211 judíos en el informe de los Einsatzgruppen del 26 de diciembre de 1942 (al que me referiré más adelante de nuevo): en ese informe el número de judíos asesinados fue incluido como una categoría aparte, cómplices de los partisanos. Este informe está aprobado con una firma a mano, "visto bueno, [vorgelegt] Hitler".

5.131 Los demandados critican la forma en que describe Irving en la página 645 de Hitler's War (edición de 1991) la actitud de Hitler hacia los judíos en marzo de 1942. Se da a entender al lector que la preocupación de Hitler era conseguir la deportación de los judíos fuera de Europa. Irving se refiere al deseo de Hitler, manifestado repetidas veces, de posponer el enfrentarse al problema judío hasta que terminara la guerra. Dice que Goebbels nunca discutió con Hitler las realidades de lo que le estaba ocurriendo a los judíos en el Gobierno General.

Este planteamiento, dicen los demandados, no tiene en cuenta las declaraciones hechas repetidamente por Hitler desde 1941 en las que decía que los judíos debían ser eliminados y que eran un "bacilo" que había que eliminar. Se pueden encontrar ejemplos en las anotaciones del diario de Goebbels del 15 de febrero y el 20 de marzo de 1941, y en la Charla de Sobremesa de Hitler del 22 de febrero de 1942.

También omite Irving la referencia hecha por Goebbels sobre Hitler como protagonista y campeón de la solución radical a la cuestión judía que se necesitaba por "la forma en la que están las cosas". No hay, según los demandados, ninguna justificación a la afirmación de Irving de que Goebbels nunca discutió con Hitler "las realidades" de la situación. Lo que Irving está tratando de hacer sin justificación posible, alegan los demandados, es distanciar a Hitler de la política de exterminio de los judíos.

5.132 A continuación los demandados acusan a Irving de suprimir varias referencias hechas por Hitler en enero y febrero de 1942 al exterminio (ausrottung) de judíos, por ejemplo en su Charla de Sobremesa del 25 de enero de 1942. Hitler dijo en esa ocasión:

"El judío tiene que salir de Europa... si se derrumba en el proceso, no puedo evitarlo. Sólo puedo ver una cosa: el exterminio absoluto, si no se van por su propia voluntad..."
Está última frase se omite en la página 464 de Hitler's War (edición de 1991) para, según los demandados, exculpar a Hitler.

5.133 Asimismo, los demandados destacan el que Irving omitiera hacer referencia a las declaraciones de Hitler en la Charla de Sobremesa del 22 de febrero de 1942. "Estaremos bien cuando eliminemos al Judío". También señalan la omisión de una frase similar pronunciada por Hitler ante miembros del NSDAP el 24 de febrero de 1942, cuando Hitler habló de nuevo de exterminio y de eliminar parásitos.

5.134 Evans critica en su informe la omisión hecha por Irving del diario de Goebbels del 30 de mayo de 1942, pero los demandados ya no recurren a esta crítica en su planteamiento del caso. Asimismo, los demandados tampoco recurren a la crítica de Evans por no reconocer Irving que la referencia en la Charla de Sobremesa de Hitler de julio de 1942 a la emigración de los judíos a Madagascar era un eufemismo.

5.135 Sin embargo, los demandados sí se basan en las siguientes cuestiones: la reacción de Hitler al fusilamiento de los judíos en Riga en noviembre de 1941, según informó la viuda de Schultz-Dubois (referido en el punto (vii) anterior; las notas de la agenda de Himmler del 22 de septiembre de 1942; las notas de Himmler del 10 de diciembre de 1942; las reuniones de Hitler con Antonescu y Horthy en abril de 1942 y el testimonio de Ribbentrop en Nuremberg (cuestiones a las que nos referimos más adelante en esta sección).

5.136 Los demandados alegan que, individual y colectivamente, las malinterpretaciones, citas parciales y omisiones que he resumido constituyen una seria tergiversación de la actitud de Hitler hacia la cuestión judía. Como pruebas del papel activo e incansable en la persecución de los judíos, los demandados se basan también en su participación en hechos como la expulsión y fusilamiento de los judíos de Berlín en Riga (que ya he analizado); su papel en la deportación de judíos europeos al Este; su actitud hacia los judíos en Francia; su determinación de conseguir el exterminio de los judíos de Hungría, y el análisis hecho por Ribbentrop de la responsabilidad de Hitler en el destino que sufrieron los judíos (cuestiones a las que me referiré en breve).

Respuesta de Irving

5.137 Durante el transcurso de su interrogatorio, Irving presentó otra "cadena de documentos" a través de la refutación positiva de la alegación de los demandados según la cual su descripción de la actitud de Hitler hacia la cuestión judía era fundamentalmente falsa. Consistía en una selección de documentos que, dijo, apoyan su teoría de que Hitler era un amigo de los judíos. Entre estos documentos estaba en primer lugar una orden fechada en 1935 según la cual no se debían ejecutar acciones aisladas contra los judíos, y que serían severamente castigadas; una directriz emitida en 1936 indicando que no se debían cometer excesos contra los judíos en represalia por el asesinato de un suizo llamado Gustlov; otra directriz de julio de 1937 por la cual Hitler permitía a una selección de no arios permanecer en el partido nazi y un documento de 1939 en el que el ministro de Exteriores checo habla de que Hitler dijo que los judíos estaban siendo económicamente aniquilados y hablaba de deportarlos a Madagascar.

5.138 Otros documentos de la "cadena" de Irving incluyen un escrito del embajador nazi en Francia en agosto de 1940 en el que habla del deseo de Hitler de incluir en los tratados de paz con naciones derrotadas por los nazis la condición de que debían deportar a sus judíos fuera de Europa. Otro documento en el que se basa Irving es una pregunta lanzada en noviembre de 1941 por el Reichskommissar del Ostland sobre si se debía liquidar a todos los judíos del territorio, dado que no pudo encontrar ninguna orden que lo indicara. Irving afirmó que esto prueba que no existía tal orden. Irving también planteó la orden dada por Himmler en noviembre de 1941 (analizada anteriormente) de no liquidar a los judíos de Berlín. El siguiente punto en la "cadena" de Irving son unas anotaciones de Rosenberg referidas a una conversación que tuvo con Hitler en diciembre de 1941 (poco después de que se declarara la guerra a América) en las que se lee que Hitler aprobaba la política de Rosenberg de no hablar de la extirpación de los judíos. Según las notas, Hitler había dicho que los judíos habían provocado la guerra, y habían provocado así su propia destrucción. Rosenberg no dijo que Hitler estuviera favoreciendo una política de exterminio a los judíos.

5.139 En cuanto a las anotaciones de Himmler sobre su discusión con Hitler el 18 de diciembre de 1941 sobre la cuestión judía, en las que se dice que se debía extirpar a los judíos como a los partisanos (auszurotten als Partisane), Irving interpretó que estas anotaciones querían decir que se debía ejecutar a los judíos como partisanos porque eso es lo que eran. Irving hizo referencia a la memoria redactada unos veinte años después por uno de los autores de la Charla de Sobremesa de Hitler de diciembre de 1941, en la que se habla de que Hitler dijo que lo único que le pedía a los judíos era que realizaran trabajos duros en algún lugar. En la misma línea, Irving se refirió a un documento fechado el 6 de julio de 1942 que registra la decisión de Hitler de proteger de la persecución a los judíos con oficios específicos. Irving citó entonces la Charla de Sobremesa de Hitler del 24 de julio de 1942 con respecto al comentario de Hitler de enviar a los judíos a Madagascar.

5.140 Uno de los últimos documentos de la "cadena" de Irving es la carta de Himmler al general Berger con fecha del 28 de julio de 1942 en la que escribe que el Führer había puesto sobre sus hombros la pesada tarea de dejar los territorios del Este libres de judíos. Irving interpretó que esto quería decir que Hitler había ordenado a Himmler que se llevara a los judíos de esos territorios (mientras que Evans dijo que claramente significa que tenían que ser asesinados).

5.141 Irving se basa también en extractos  de la agenda referidos a dos discusiones entre Hitler y Himmler, la primera el 17 o 22 de julio, y la segunda, el 10 de diciembre de 1942. La primera incluye las palabras "Judenauswanderung (emigración judía) – cómo proceder a continuación". La segunda contiene la palabra abschaffen (abolida) escrita junto a una referencia a entre 600 y 700 mil judíos supuestamente en Francia. A continuación viene un memorándum de Himmler informando de que esos judíos van a ser abtransportiert (deportados). Irving sostiene que todos los términos usados en estos documentos sugieren que la deportación era la política aplicada a los judíos.

La cadena de Irving termina aquí porque Irving acepta que a partir de octubre de 1942, Hitler conocía la política de exterminio de los judíos.

5.142 La respuesta de Evans a la serie de documentos fue que no son gran cosa. No aceptó que justificaran o excusaran la forma en la que Irving trata la postura de Hitler con respecto a la cuestión judía. Evans aceptó que Hitler sin lugar a dudas intervino en ocasiones determinadas en favor de judíos o grupos de judíos concretos. Aceptó que hasta la segunda mitad de 1941, la solución al problema judío que prefería Hitler era la deportación. Evans afirmó que a partir de entonces Hitler aprobó el exterminio incluso aunque no empleara ese término. Es la interpretación que da a la nota de Rosenberg de diciembre de 1941. La referencia a la deportación a Madagascar en la Charla de Sobremesa de Hitler del 24 de julio de 1942 es según Evans una táctica de camuflaje, ya que el Plan Madagascar había sido abandonado en febrero de 1942. Teniendo en mente lo que estaba ocurriendo a mediados de julio de 1942, Evans considera que Judenauswanderung y abtraansportiert son eufemismos referidos al exterminio. Evans alegó que la selección de documentos de Irving ignora el número mucho mayor de documentos que evidencia las intenciones asesinas de Hitler hacia los judíos de todas las nacionalidades.

5.143 En cuanto a los párrafos específicos de sus libros que los demandados destacaron, Irving excusó las imprecisiones en su versión de los comentarios de Hitler hechos en octubre de 1941 referidos a aparcar a los judíos en las regiones pantanosas de Rusia al decir, correctamente, que en los '70, cuando escribió la primera edición de Hitler's War, la única versión que tenía a su disposición era la traducción al inglés de esos comentarios hecha por Weidenfeld y Nicolson en 1953. Irving utilizó esa traducción. Irving concedió, sin embargo, que incluso después de tener a su disposición el original alemán, repitió los errores de traducción en la segunda edición de Hitler's War y mantuvo algunos en Goebbels. Excusó esto en base a que la traducción de Weidenfeld no es una desviación seria del original y tiene la virtud de no ser una versión "rígida". Irving dijo no estar en absoluto de acuerdo con la sugerencia que se le planteó: estaba usando deliberadamente una traducción incorrecta para exculpar a Hitler.

5.144 Irving rechazó las críticas a su versión del diario de Goebbels del 22 de noviembre de 1941 que relata una reunión con Hitler el día anterior. Admitió que omitió la palabra "enérgica", pero alegó que era legítimo intentar dar un planteamiento "neutral", dado que los hechos habían sido alterados por la maligna mente de Goebbels, que estaba tratando de dar a entender falsamente que contaba con la autorización del Führer.

5.145 Con respecto al discurso de Hitler a los Gauleiter del 12 de diciembre de 1941, Irving afirmó que el relato dado por Goebbels de lo que había dicho Hitler era subjetivo. Alegó que el exterminio (vernichtung) de judíos no era una cita de lo que Hitler había dicho (aunque Hitler había usado esa palabra en relación a los judíos en su famoso discurso del Reichstag de 1939), sino que Goebbels estaba expresando su propio punto de vista e intenciones. Si hubiera estado citando a Hitler, dijo Irving, Goebbels habría empleado el subjuntivo. Sin embargo, manifestó estar de acuerdo con que es imposible decir qué parte del diario es un registro de los pensamientos de Goebbels y qué parte expresa lo que dijo Hitler. Irving era reticente a aceptar la traducción de
vernichtung como exterminio. Alegó que la referencia era a la aniquilación del judaísmo, no al exterminio de los judíos.

5.146 Irving estuvo de acuerdo con que no hay ninguna referencia en su biografía Goebbels a esta parte del discurso de Hitler a los Gauleiter del 12 de diciembre de 1941. La razón, según Irving, es que en el momento de la publicación, no había visto la microficha que contenía esas palabras. Irving ofreció la explicación de que, cuando fue a Moscú a inspeccionar las microfichas de los diarios de Goebbels, estaba buscando textos referidos a Pearl Harbour. Alegó que, cuando llegó al texto del 13 de diciembre de 1941 (donde están registradas las observaciones de Hitler del día anterior), no llegó al punto en el que se habla de lo que Hitler dijo a los Gauleiter sobre los judíos. Los demandados no aceptan la veracidad de la respuesta de Irving: afirman que Irving, al ir a Moscú, empezó leyendo la entrada del 13 de diciembre. Los demandados se niegan a aceptar que Irving hubiera dejado a medio leer el texto,  antes del párrafo altamente significativo referido a los judíos que está en el relato de Goebbels del discurso de Hitler a los Gauleiter. Irving respondió que en Moscú estaba bajo la presión del tiempo. Negó firmemente haber leído ese párrafo, añadiendo que, incluso aunque lo hubiera leído, no habría considerado que las observaciones de Hitler eran importantes, dado que es "el viejo disco sobre Adolf Hitler".

5.147 En cuanto al texto del Gobernador General Frank del 16 de diciembre de 1941 en el que narra lo que se le dijo en Berlín, Irving alegó en el interrogatorio que la interpretación lógica era que Frank le había dicho a las autoridades de Berlín que liquidaran ellos a los judíos, y no a la inversa. Se planteó a Irving que esta no era la forma en la que había interpretado las palabras de Frank en la página 427 de Hitler's War (edición de 1991). Irving rechazó aceptar que las "medidas a gran escala" de las que Frank habla en su diario quisieran decir que se iba a exterminar  a los judíos. Al preguntarle por qué en esta parte de Hitler's War había pasado apuros para demostrar que Hitler no estaba en Berlín en aquel momento, Irving concedió que estaba indicando a los lectores que Hitler no había estado en Berlín cuando las agencias de Heydrich estaban dando la orden de liquidar a los judíos. Irving aceptó que no hay nada que indique, en el diario de Goebbels o en los hechos contados por Frank, que fue Heydrich o sus agencias quienes emitieron la orden.

5.148 Irving dio pruebas de que no vio las notas de Himmler referidas a la conversación con Hitler del 16 de diciembre de 1941 hasta el verano de 1999, así que no se le podía criticar por no referirse a ellas en la edición de 1991 de Hitler's War. Pero aceptó, con ciertas reticencias, que demuestran que Hitler autorizó la liquidación de judíos en el Este si eran partisanos.

5.149 En respuesta a las críticas a que omitiera de su descripción de la Charla de Sobremesa de Hitler del 25 de enero de 1942 la referencia de Hitler al exterminio de judíos, Irving responde que dio al lector "la chicha" de las palabras de Hitler al decir que repitió la profecía anunciada en el Reichstag en 1939. Irving desestimó las críticas a su forma de expresar la actitud de Hitler ante el problema judío en marzo de 1942. En ninguna parte hay ningún papel en el que Hitler diga "liquiden a los judíos". Irving afirmó que ha reflejado fielmente lo que Goebbels dejó anotado. Hitler todavía hablaba de deportación. Incluso en los informes sobre las Charlas de Sobremesa de Hitler (cuando Hitler estaba entre amigos y por tanto, según Irving, era más probable que hablara más abiertamente), queda constancia de que habla del plan para deportar a los judíos a Madagascar al final de la guerra. Irving rechazó la sugerencia de que esto fuera un eufemismo. Cuando se le preguntó a Irving cómo encajaba el que Hitler estuviera pensando en términos de deportación mientras que Irving acepta que Hitler conocía y aprobaba los fusilamientos masivos de judíos en el frente oriental, Irving respondió que cree que Hitler hizo una distinción entre los judíos europeos (para los que planeó la deportación) y los judíos del Este (a los que consideraba gusanos sólo adecuados para ser fusilados).

5.150 Irving consideró que el diario de Goebbels del 30 de mayo de 1942 era "acres de basura" que no eran suficientemente valiosos como para incluirse en sus libros. Sostuvo que es correcto que considerara que la referencia a Madagascar hecha en la Charla de Sobremesa de Hitler del 24 de julio de 1942 manifestaba la intención de Hitler de poner en marcha el Plan Madagascar después de la guerra. Irving insistió en que esta manera de expresar los puntos de vista de Hitler sobre los judíos en esta época es correcta y objetiva, y está demostrada por las pruebas disponibles.
 

(viii) Las fechas de la "solución final" del problema judío: la 'nota Schlegelberger'

Introducción

5.151 Un documento clave citado por Irving en apoyo de su teoría de que Hitler intervino conscientemente para mitigar el daño que se hizo a los judíos es una nota que se dice que fue dictada por un funcionario del Ministerio de Justicia del Reich llamado Schlegelberger, que no tiene fecha, pero de la que se afirma que se elaboró en la primavera de 1942, registrando lo que le dijo a Schlegelberger un asistente de la
Reichskanzlerei llamado Lammers:

"El Reichsminister me informó de que el Führer ha dicho repetidas veces que quiere oir que la solución al problema judío se ha pospuesto hasta el final de la guerra".
Esa nota, dice Irving, no es compatible con el concepto según el cual Hitler autorizó o consintió el exterminio completo de los judíos durante la guerra.

El caso según los demandados

5.152 Evans destacó varias características curiosas de esta nota y su procedencia: no tiene fecha; no tiene firma; no se lista a los destinatarios de la forma habitual; parece provenir de un archivo que contiene documentos diversos sobre los judíos que fue organizado después de 1945 por la acusación en Nuremberg. No todos los documentos del archivo tratan del mismo asunto o cuestión. A pesar de estas características dudosas Evans aceptó que el memorándum es una copia auténtica o Abschrift de un documento original que desapareció. Sin embargo, añade, no es más que una especulación el que Schlegelberger sea el autor del memorándum.

5.153 Evans apuntó la posibilidad de que la nota sea en realidad de 1941, en cuyo caso el punto de vista atribuido a Hitler coincidiría con la actitud hacia la cuestión judía que defendía en aquel tiempo, posponer el enfrentarse a él hasta que terminara la guerra. En apoyo de esta teoría, Evans llamó la atención sobre las cifras que aparecen el documento, "17.7". Si la fecha del documento es el 17 de julio de 1941, sería el día después de que tuviera lugar una importante reunión en la que se tomaron decisiones sobre la administración de los territorios del Este.

5.154 Otra posibilidad reconocida por Evans es que el documento se elaboró a principios de 1942, cuando tuvo lugar la Conferencia de Wannsee, en la que según afirman los demandados (basándose principalmente en los hechos reconocidos por Eichmann durante el interrogatorio que le realizaron los israelíes), se discutió el exterminio de los judíos y se logró un acuerdo en términos amplios sobre los medios para lograr tal fin. Evans aceptó que teniendo en cuenta estos factores, es más probable que la fecha del memorándum sea 1942 y no 1941.

5.155 Expresó la opinión de que el tema de la nota fue probablemente no la cuestión judía en general, sino más bien el asunto más concreto de los matrimonios mixtos entre judíos y gentiles y sobre los hijos producto de tales matrimonios (mischlinge). Se había discutido este polémico asunto en la Conferencia de Wannsee en enero de 1942, en la que no se tomó ninguna decisión sobre cómo se trataría a los mischlinge, aunque ya se había decidido adoptar la política de deportación de los 'judíos puros' al Este.

Según Evans hay pruebas de que después hubo discusiones complejas en el Ministerio de Justicia sobre qué política y clasificación se debería adoptar en relación a los mischlinge. Se convocó una nueva conferencia para el 6 de marzo de 1942 con la idea de encontrar una solución. Es un componente importante de la argumentación de los demandados que, como demuestra el orden del día de la reunión del 6 de marzo, y como demuestran las declaraciones de Schlegelberger en su juicio, la reunión tuvo como único fin la discusión del problema de los mischlinge.

5.156 Se hicieron varias propuestas, incluyendo la sugerencia de que se debía recurrir a la esterilización o el que se debían anular por ley los matrimonios mixtos. Pero la reunión no llegó a conclusiones. Se decidió que el asunto sería elevado a Hitler para que tomara una decisión. Evans destacó que, aunque parezca extraño teniendo en cuenta la situación difícil del ejército nazi en Rusia, el problema de los mischlinge se consideró de extrema seriedad. Sugerencias como la esterilización y la anulación de los matrimonios mixtos fueron también causa de preocupación en el ministerio que habría tenido la responsabilidad de la supervisión de la política que se decidiera llevar a cabo.

5.157 Por tanto, Schlegelberger quiso tratar la cuestión con Lammers y así lo hizo el 10 de marzo de 1942. No está claro si Lammers llegó a consultar el asunto con Hitler. El texto del memorándum no sugiere que Lammers fuera a hablar con Hitler y obtuviera una decisión sobre la cuestión específica de los mischlinge. En cualquier caso, la reacción más probable de Hitler a los complejos asuntos planteados por los muchos problemas que rodeaban una cuestión que afectaba a tres cuartas partes de los judíos había sido el posponer el tratarlos. Se consultara o no a Hitler, la inferencia lógica, según Evans, es que el memorándum se limita al asunto de los
mischlinge. La descripción en el memorándum de las discusiones como "teóricas" también sugiere el hecho de que la cuestión se limita a los mischlinge. Hitler no habría decido posponer la cuestión judía en su totalidad, argumentó Evans, tan poco tiempo después de la Conferencia de Wannsee. Más aún, añadió Evans, fue Hitler quien puso en marcha la política de deportación de los judíos a los territorios del Este. Se había puesto en práctica esa política en los meses anteriores. En esas circusntancias, es improbable que Hitler hubiera ordenado que se pospusiera la cuestión judía hasta el final de la guerra.

5.158 Evans concluyó que es muy probable que se deba interpretar la nota Schlegelberger como un documento dirigido a resolver el asunto limitado de la solución al problema de los medio judíos. Longerich aceptó esta opinión.

5.159 Evans criticó a Irving por la forma en que describe el memorándum en Goebbels:

"Hitler le dijo con aire cansino a Lammers que quería que la solución al problema judío se pospusiera hasta que hubiera terminado la guerra, una orden que muy pocos historiadores parecen dispuestos a mencionar".
Evans consideró que ese párrafo era una completa malinterpretación del memorándum. Hitler no dio ninguna orden. Las deportaciones y asesinatos continuaron sin cesar, algo que difícilmente habría ocurrido si Hitler hubiera ordenado su suspensión.

5.160 Pero Evans reservó sus críticas más duras para la descripción del memorándum dada en Hitler's War, en la que se da a entender claramente al lector en la página 464 que la nota es "altamente significativa" porque demuestra que Hitler quería posponer totalmente la cuestión judía hasta el final de la guerra. Irving considera que la nota es tan importante que incluye la siguiente referencia a ella en la introducción:

"Se mire como se mire, este documento no es compatible con la teoría que defiende que Hilter había ordenado un programa de liquidación urgente".
Evans sostuvo que las pruebas de las acciones llevadas a cabo por el Ministerio de Justicia y otros organismos dejan en evidencia la afirmación de Irving. Más aún, si Hitler hubiera dado órdenes de posponer la solución final al problema judío hasta después de la guerra, cómo es posible, preguntó Evans, que el programa de exterminio continuara adelante el resto del año 1942 y en los siguientes años.

5.161 Los demandados alegan que ningún historiador respetable y objetivo habría cometido un error tan grave como el cometido por Irving al admitir sólo una interpretación posible de la nota. La clave de sus críticas es que Irving trata el memorándum de Schlegelberger como si sólo se pudiera interpretar de una forma, que demuestra que Hitler ordenó que se pospusiera la cuestión judía hasta el fin de la guerra. Irving ignora las muchas dudas que existen sobre el documento. Ignora la otra posibilidad que es perfectamente plausible (si no más probable), el que se limita al problema de los mischlinge. Un historiador imparcial habría planteado claramente a sus lectores los problemas y dudas que se ciernen sobre el documento. Esto es, según los demandados, otro ejemplo de tergiversación deliberada.

Respuesta de Irving

5.162 Irving aceptó que el memorándum de Schlegelberger es un documento que deja dudas no satisfechas. Pero considera que es auténtico. Señaló que se hizo referencia a una copia completa del memorándum (pasada a máquina totalmente) en 1945 en una lista de documentos hallados en los archivos del Ministerio de Justicia nazi elaborada por el Foreign Office británico. Esa copia se perdió posteriormente. Irving ha tratado, sin éxito, de obtener la copia de los Archivos Nacionales de Estados Unidos. Especuló con la que la copia del archivo que fue compilado por la acusación en Nuremberg pudo ser eliminada por ellos porque no querían que Lammers pudiera usarlo para exculparse a sí mismo. En todo caso, Irving no tiene ninguna duda sobre la autenticidad del memorándum. (Evans estuvo de acuerdo con que la Abschrift es una versión para archivar de un memorándum auténtico, añadiendo que la insistencia de Irving en tratar este documento como genuino contrasta totalmente con su escepticismo sobre la integridad de documentos que no se ajustan a sus tesis).

5.163 A pesar de sus características dudosas, Irving se mantuvo firme en su punto de vista según el cual la nota Schlegelberger es un documento vital que proporciona una clara indicación del deseo de Hitler expresado en la primavera de 1942 de posponer una decisión sobre la cuestión judía en general hasta el final de la guerra. Durante la presentación de pruebas, Irving hizo referencia constantemente al memorándum, que considera el eje de su teoría según la cual Hitler trató de proteger a los judíos.

5.164 Irving desestimó la idea de que la nota sea de 1941 como "una probabilidad muy pequeña". Para apoyar esta conclusión, Irving se refirió a la hoja del Personal de Análisis de Evidencias al parecer elaborada por la acusación en Nuremberg que preparó el archivo que contenía el memorándum. Irving señala que, salvo una excepción, los documentos del archivo son de entre marzo y abril de 1942. Así que la fecha de 1942 concuerda con las fechas de la mayoría de documentos del archivo.

5.165 Para apoyar su teoría según la cual Schlegelberger se refería a la cuestión judía en general, Irving alegó en primer lugar que la discusión en la continuación de la conferencia de Wannsee del 6 de marzo de 1942 no se limitó al problema de los mischlinge (aunque aceptó que la agenda de la reunión sugiere otra cosa). Irving citó en apoyo de esta afirmación los testimonios de posguerra de Ficker y Boley, que estuvieron en la reunión. (Evans desestimó la validez de sus testimonios al considerarlos autoexculpatorios). Irving a continuación señaló que el archivo en el que estaba el memorándum tiene el amplio título "Tratamiento de los Judíos". Otro documento del archivo es "Solución general al problema judío". Irving sostuvo que el documento inmediatamente anterior del archivo apoya su interpretación de la nota como un documento referido a la cuestión de los judíos en general, no sólo a los mischlinge. En ese documento, con fecha del 12 de marzo de 1942, Schlegelberger hizo referencia al encuentro que había tenido lugar el 6 de marzo diciendo que su objetivo fue el tratamiento de los judíos y razas mestizas. Expresó el deseo de que Lammers debía consultarle a Hitler sobre las decisiones que se tenían que tomar y consideraba completamente imposibles. Irving argumenta que esta carta también indica que se habló tanto de los judíos en general como de las razas mestizas. Tras la recepción de este mensaje, parece ser que Lammers se ofreció a ver a Schlegelberger a la vuelta del primero a Berlín a finales de marzo. Como aceptó Evans, posiblemente estas dos personas se reunieron a principios de abril. Irving alegó que estas fechas sugieren que la fecha del memorándum es de principios de abril, momento en el que Lammers había hablado con Hitler.

5.166 Irving consideró fiable el contenido del memorándum de Schlegelberger. Señaló que se refiere conjuntamente a los judíos y los matrimonios mixtos como si se consideraran ambos temas (por separado). Su título es "Solución a la cuestión judía", lo que sugiere amplitud, no una limitación del tema (si no hubiera llevado ese título, habría tenido en cuenta la interpretación de Evans como una alternativa viable). Irving alegó que no hay nada en los términos del memorándum que justifique la interpretación limitada planteada por los demandados. Irving alegó que en la primavera de 1942 Hitler estaba preocupado por los hechos del frente oriental. En esa situación, su reacción más probable al consultarle sobre la cuestión judía, debió ser el aplazarla hasta el fin de la guerra. Evans consideró que este argumento ignora el antisemitismo obsesivo de Hitler que siempre dominó su pensamiento, incluso en tiempos de crisis militar.

5.167 Irving presentó lo que describió como un extracto del testimonio que Lammers dio en su juicio cuando declaró que Hitler le había dicho que le había ordenado a Himmler evacuar a los judíos y que (Hitler) no quería oír hablar más del problema hasta el final de la guerra. Evans opinó que lo que Lammers estaba tratando de conseguir era evitar inculparse a sí mismo al decir que Hitler tan sólo quería que se deportara a los judíos.

5.168 Irving defendió el tratamiento que dio a la nota en la página 464 de la edición de 1991 de Hitler's War señalando que hizo mención al problema de los mischlinge. Explicó que la presión del espacio le impidió dejarle claro al lector del texto de Goebbels que la conferencia del 6 de marzo de 1942 se limitó a los mischlinge. No había ninguna duda, dijo, de que no alteró ninguna prueba.

5.169 Irving sostuvo que los demandados están tratando de devaluar la importancia de "documento de la categoría del diamante" cuando alegan que sólo se refiere al problema de los mischlinge.
 

(ix) Texto del diario de Goebbels del 27 de marzo de 1942

Introducción

5.170 Tras la exitosa invasión nazi de Polonia en 1939, parte de los territorios adquiridos fueron integrados en el Reich. Para hacer sitio a los étnicamente alemanes de otras partes de Europa oriental, se deportó a los polacos de la zona hacia el este, al centro de Polonia, que constituía el sector occidental del Gobierno General. Se deportó a los judíos y gitanos al sector oriental del Gobierno General, a la región de Lublin.

5.171 En un primer momento, se concentró a los judíos en guetos, donde las condiciones de vida eran atroces. Pero tras la invasión nazi de Rusia en junio de 1941 hubo un cambio de política. Como describiré con más detalle después, regimientos denominados Einsatzgruppen ejecutaron el asesinato sistemático de judíos soviéticos. En el otoño de 1941, la política de exterminio se extendió a los judíos del área del Gobierno General. El gaseamiento de judíos comenzó en diciembre de 1941 en un centro de exterminio llamado Chelmno, en el Warthegau, una región formada por territorio incorporado al Reich tras la conquista de Polonia. En noviembre de 1941, se comenzó la construcción de otro campo de exterminio en el Gobierno General en Belzec, en el sureste de Lublin. Se asesinó a judíos en cámaras de gas en este campo. Se crearon otros dos campos más al año siguiente en Sobibor y Treblinka.

5.172 Las dos partes coinciden en todo esto. Lo que está en cuestión es la forma en la que Irving trata la cuestión de si Hitler era consciente de la política de exterminio de judíos.

El caso según los demandados

5.173 En Hitler's War (edición de 1977), Irving afirma que se ocultó a Hitler la política de exterminio de judíos en el Este. Escribió en la página 392:

"Los espantosos secretos de Auschwitzy Treblinka estaban bien guardados. Goebbels escribió un sincero resumen sobre estos secretos en su diario el 27 de marzo de 1942, pero evidentemente contuvo su lengua cuando se reunió con Hitler días después, ya que sólo cita la observación de Hitler: 'los judíos han de salir de Europa. Si es necesario, tendremos que recurrir a los métodos más brutales' ".
Irving empleó términos similares en la edición de 1991. Tras citar las referencias del diario de Goebbels a los métodos brutales a emplear contra los judíos, continuó diciendo:
" 'Los judíos no tienen de qué reirse ahora', comentó Goebbels. Pero evidentemente nunca comentó estas realidades con Hitler. Así, este ministro con dos caras escribió, tras una visita posterior a Hitler el 26 de abril, 'He hablado de nuevo sobre la cuestión judía con el Führer. Su postura en este problema es inmisericorde. Quiere forzar que los judíos estén fuera de Europa...' ".
5.174 Los demandados plantean que la afirmación de Irving de que Goebbels engañó a Hitler cuando (según Irving) se reunieron el 29 de marzo es incorrecta: acusan a Irving de manipular la entrada del diario del 27 de marzo e ignorar otros documentos y fuentes que demuestran que Hitler era completamente consciente de lo que le estaba ocurriendo a los judíos en el Este. El texto completo del diario (citado en la página 400 del informe de Evans) incluía los siguientes párrafos:
"Se está expulsando a los judíos del Gobierno General, empezando por los alrededores de Lublin, hacia el Este. Se está aplicando un procedimiento bastante bárbaro, y no se va a describir con más detalle, y no queda mucho de los propios judíos. En general, se puede concluir que se debe liquidar al 60% de ellos, mientras que sólo se puede poner a trabajar al 40% restante. El antiguo
Gauleiter de Viena [Globocnik], que se está encargando de esta acción, lo está haciendo de una forma muy prudente y empleando un procedimiento  muy discreto. Se está castigando a los judíos de una forma bárbara, sin duda, pero se lo merecen. La profecía que pronunció el Führer con respecto a ellos sobre lo que les ocurriría si iniciaban una nueva guerra mundial, está comenzando a cumplirse de la manera más terrible. No se debe permitir que el sentimentalismo afecte a esta cuestión. Si no nos defendemos contra ellos, los judíos nos aniquilarán. Es una lucha a vida o muerte entre la raza aria y el bacilo judío. Ningún otro gobierno ni régimen podría reunir la fuerza necesaria para hallar una solución general al problema.  Aquí también el Führer es un pionero tenaz y portavoz de una solución radical, que es demandada por la situación existente, y que parece inevitable. Gracias a Dios durante la guerra tenemos un gran número de posibilidades que nos estaban vedadas en tiempo de paz. Debemos explotarlas. Los guetos que hay ahora disponibles en el Gobierno General se están llenando con los judíos que están siendo expulsados del Reich, y después de un cierto tiempo, el proceso se renovará. Los judíos no tienen nada de qué reirse..."
5.175 Evans alegó que las referencias a Globocnik y los asesinatos al este de Lublin dejan claro que Goebbels escribía sobre Belzec y no sobre Auschwitz o Treblinka, como afirma Irving en su texto. Pero la omisión clave en Hitler's War, según Evans, es la descripción de Goebbels de Hitler como "el pionero tenaz y portavoz de una solución radical". No se puede considerar en el contexto dado que la solución radical pueda referirse a deportar a judíos al Este. Indica que Hitler era consciente de lo que estaba ocurriendo en los campos de exterminio del Este. Al omitir deliberadamente esa referencia, Evans alega que Irving pervierte el significado real del texto del diario. No hay en absoluto ninguna prueba de que Goebbels "se contuvo la lengua". La probabilidad más absolutamente real es que los dos hablaran animadamente del tratamiento que se debía dar a los judíos en el Gobierno General.

5.176 Los demandados alegan que cuando Hitler hablaba en esta época de aniquilación (vernichtung) o extirpación (ausrottung) de los judíos estaba usando esos términos en un sentido genocida. Más aún, las declaraciones atribuidas a Hitler por Goebbels concuerdan con los sentimientos anteriormente expresados por Hitler, especialmente en su discurso a los Gauleiters del 12 de diciembre de 1941 (al que ya me he referido) cuando Hitler habló de que los judíos "experimentarían su aniquilación" si provocaban una vez más una guerra mundial. También concuerda con dos de las entradas del diario de Goebbels de esta época. En la entrada del 20 de marzo de 1942, queda anotado que Hitler dijo:

"En conclusión, hablamos de la cuestión judía. En este punto, el Führer sigue manteniendo una postura inflexible. Los judíos han de salir de Europa, si es necesario con la aplicación de los métodos más brutales".
La entrada del 30 de marzo de 1942 incluye el siguiente párrafo:
"Así, cuando pido de nuevo una política judía más radical, cuento con el total apoyo del Führer".
5.177 En ambas ediciones de Hitler's War, Irving afirma que Hitler hablaba de deportar a los judíos de Europa, y por tanto se ha de considerar que ignoraba el programa de exterminio. Pero Evans, analizando las citas dadas por Irving, junto con otros informes de declaraciones hechas por Hitler sobre el asunto, concluyó que demuestran que, cuando Hitler hablaba de empujar a los judíos fuera de Europa, hacia el Este, era del todo consciente del destino de genocidio que les esperaba. Evans expresó la opinión de que ésta era la solución radical que defendía Hitler, con pleno conocimiento de lo que suponía. Hitler sabía que se asesinaba a los judíos sistemáticamente en el Este. Habló con frecuencia del destino mortal que les esperaba a los judíos, usando términos como "aniquilación" y "exterminio", aunque tuvo cuidado de no entrar en detalles sobre el programa. Se alega que Irving tuvo grandes dificultades para suprimir todas estas pruebas.

5.178 Evans, en nombre de los demandados, concluyó que el tratamiento dado por Irving al diario de Goebbels del 27 de marzo de 1942 tergiversa completamente lo que se dice sobre lo que sabía Hitler.

Respuesta de Irving

5.179 Irving sugirió (siendo aceptado por Evans) que en el diario del 27 de marzo de 1942 Goebbels da la impresión de estar resumiendo información que se le ha proporcionado. No hay pruebas de que se proporcionara a Hitler esa información. Irving planteó el argumento relativamente técnico de que el texto del diario de Goebbels de ese día podría ser una prueba contra él con respecto a su nivel de conocimiento de los hechos, pero no una prueba del de Hitler, porque en este caso se trataría de lo dicho por otra persona. Como señaló Evans, los historiadores, incluido Irving, han de recurrir forzosamente en todo momento a lo dicho por otras personas sobre otras. Pero Irving se mantuvo en su afirmación de que el texto es, en el peor de los casos, una prueba tan sólo del conocimiento de Goebbels de los gaseamientos, y no del de Hitler. Irving alegó que Hitler y Goebbels no se vieron en privado más de unas diez veces en 1942.

5.180 Además, según Irving, el texto del diario no prueba ni siquiera que Goebbels supiera lo que estaba ocurriendo en los campos de exterminio: está especulando cuando escribe que se ha de liquidar al 60% de los judíos. Evans señaló que es difícil hacer cuadrar esto con la afirmación de Irving según la cual el 27 de marzo de 1942, Goebbels estaba resumiendo "los espantosos secretos de Auschwitz y Treblinka". Irving criticó la traducción de Evans de "Im grossen kann man wohl feststellen..." como "En general se puede concluir que..." porque omite la palabra wohl, que indica el tono especulativo de esta parte del texto del diario.

5.181 Otro argumento presentado por Irving es que, en varias de las entradas del diario en las que se basan los demandados, Goebbels afirma falsamente estar actuando con el conocimiento y autorización de Hitler para proporcionarse una coartada o excusa en caso de que posteriormente fuera criticado o acusado de algo.

5.182 Irving afirmó que hay otros muchos documentos contemporáneos que muestran a Hitler con una actitud hacia los judíos que es cualquier cosa excepto homicida. Un ejemplo que Irving cita es el texto del diario de Goebbels del 30 de mayo de 1942, que Evans también utilizó. Irving prestó especial atención a lo siguiente:

"Por tanto, el Führer tampoco desea en absoluto que se evacúe a los judíos a Siberia. Allí, bajo las condiciones de vida más duras, encontrarían sin duda de nuevo un elemento de vitalidad. Su solución preferida sería asentarlos en África Central. Allí vivirían en un clima que no les haría fuertes ni capaces de resistir. En cualquier caso, el deseo del Führer es que Europa occidental quede del todo libre de judíos. No podrán establecer un hogar aquí nunca más".
Irving alegó que este párrafo demuestra que Hitler todavía estaba pensando en términos de deportación y reasentamiento. Hitler "hablaba duramente" de la pérdida de vidas que los judíos podrían sufrir durante la deportación, pero no estaba planeando un genocidio. Irving alegó que, cuando Hitler usa términos como
ausrotten en relación a los judíos, habla de que se les desarraigue de sus hogares y se les lleve a otra parte, no de liquidarlos. Irving citó otros ejemplos en los que se ve que Hitler usaba en estos tiempos términos como
Auswanderung y Evakuierung. Hitler habló de reasentar a los judíos en Siberia, Laponia o Madagascar. Evans rechazó ese argumento. Las referencias de Hitler al reasentamiento de judíos en este tiempo son eufemismos. No habría sido práctico, dijo Evans, llevar a cabo un programa de exterminio por el uso de lenguaje en clave. La referencia de Hitler a deportar a los judíos de Madagascar ha de camuflar otras intenciones, ya que el propio Hitler había ordenado anteriormente ese año detener ese plan y que se enviara a los judíos al Este.

5.183 En cuanto al texto del diario de Goebbels del 30 de marzo de 1942, según Evans, está claro en la primera parte del texto que en su reunión confidencial con Goebbels, Hitler le dijo que quería una solución radical al problema judío. La segunda parte del texto, en la que se basa Irving, concuerda mucho con la Charla de Sobremesa de Hitler del 29 de mayo de 1942. Evans consideró que Goebbels, en esta segunda parte del texto, estaba poniendo por escrito lo que había oído decir a Hitler durante una discusión general el 29 de mayo, en lugar de continuar con su relato de la reunión privada. Esto, según Evans, explica el por qué hay lenguaje en clave en esta segunda parte del texto. Evans alegó que Hitler recurría habitualmente al lenguaje en clave cuando había otras personas presentes. Según Picker (una de las personas que registró lo dicho en la Charla de Sobremesa de Hitler), Hitler nunca habló en la mesa de los campos de concentración. Evans concluyó que la referencia en el diario a enviar a los judíos a África Central no se ha de tomar en serio.

5.184 Asimismo, la referencia hecha por Hitler el 24 de julio de 1942 a la emigración de los judíos a Madagascar no se puede, según los demandados, tomar en serio literalmente; el "Plan Madagascar" había sido abandonado hacía tiempo por orden de Hitler. Hitler estaba tratando de aparentar ignorar el asesinato de judíos.

5.185 Otra razón por la que Irving afirma que Hitler desconocía el exterminio deliberado de judíos realizado a una escala masiva en 1942 es que ninguno de sus ayudantes o taquígrafos dejó registrada ninguna mención hecha por Hitler sobre esto. Irving describió el tiempo y trabajo que ha dedicado a buscar y entrevistar a los que siguen vivos y a obtener los documentos de los que han muerto. Irving alegó que en ninguno estaba registrado que Hitler hablara de los campos de concentración, ni de una forma individual ni general. No se mencionó el Holocausto.

5.186 Evans no acepta que tengan algún valor los testimonios de los ayudantes y secretarios. En primer lugar, Hitler, cuando estaba acompañado, evitaba deliberadamente hablar de los campos de concentración y usaba eufemismos al referirse a los judíos. Además, el personal adjunto a Hitler tenía buenas razones para ser cauteloso al hacer declaraciones públicas sobre lo que Hitler decía en su presencia. Evans afirmó que algunos de ellos expresaron la opinión de que Hitler era consciente del genocidio que se estaba perpetrando. Nombró al mayor (después teniente general) Engel, que anotó en sus diarios que Himmler informó a Hitler del fusilamiento de judíos en Riga y Minsk; von Puttkamer, que sugirió implícitamente que Hitler ocultó a su portavoz de prensa el hecho de que se estaba exterminando a los judíos; von Bruckner, que sugirió que la discusión sobre el exterminio de los judíos era mantenida por Hitler en un círculo limitado; Krieger, uno de los taquígrafos de Hitler, que no estaba seguro de si Hitler dio la orden de exterminar a los judíos o de si dio una orden general a otros con esos fines, y Buchholz, que consideró posible que Hitler hubiera dado esa orden y que estaba convencido de que Himmler y Hitler discutieron el asunto. Otras personas mencionadas por Evans en esta categoría fueron Linge; Brautigam; Sonnleithner y Schroeder. Evans aceptó que muchos de esos antiguos ayudantes de Hitler no eran de fiar por distintas razones. Lo que Evans quería dejar claro es que, cualquiera que sea el peso que se dé al testimonio de los asistentes y taquígrados, no son una prueba de la afirmación de Irving según la cual Hitler ignoraba la existencia del programa de exterminio.
 

(x) Orden del día de Himmler del 22 de septiembre de 1942

Introducción

5.187 Himmler preparó un orden del día escrito a mano para una reunión que iba a tener con Hitler el 22 de septiembre de 1942. Su formato y texto era el siguiente:

1.Emigración de los judíos
Cómo actuar a continuación
 
2. Asentamiento Lublin Circunstancias
Loreneses Gob. Gen.
Alemanes de Bosnia Globo
Besarabia   
El caso según los demandados

5.188 Los demandados plantean que esta nota, a pesar de su lenguaje camuflado, hace sospechar fuertemente que Himmler se propuso hablar con Hitler en su reunión de la aniquilación masiva de judíos. La nota se sitúa en el contexto del comienzo (según los demandados) del asesinato de judíos en noviembre de 1941 en Chelmno, y unos meses más tarde en Belzec, Sobibor y Treblinka. Durante el verano de 1942 se deseó acelerar el proceso de exterminio, pero hubo resistencia a esto. Himmler, que estaba a cargo del programa, necesitaba el apoyo de Hitler.

5.189 Evans interpretó que el orden del día de Himmler quería decir que pretendía discutir con Hitler el exterminio de judíos (para el que se usaba el eufemismo auswanderung o "emigración"). Evans interpretó la nota de la siguiente forma: "Globo" era el apodo de Globocnik, el Jefe de Policía de Lublin al que, según los demandados, se delegó la responsabilidad ejecutiva de la deportación y exterminio en el área del Gobierno General. Dos meses antes, justo antes de que comenzaran los asesinatos masivos en Treblinka, Globocnik había celebrado la orden dada por Himmler recientemente, diciendo que con ella "se cumplirían todos nuestros más secretos deseos". Evans entendió que el orden del día de Himmler contemplaba la repoblación de Lublin con loreneses y alemanes de Bosnia y Besarabia. Se deportaría a los judíos para hacerles sitio y se les ejecutaría. Este era el "deseo más secreto" de Globocnik. La importancia del orden del día de Himmler, según los demandados, viene de que implica a Hitler en la política de exterminio.

5.190 Los demandados alegan que Irving resta importancia a esta significativa nota y pervierte su verdadero sentido. E incluso, en la página 467 de la edición de 1991 de Hitler's War, Irving la usa para apoyar su tesis según la cual Himmler no informó a Hitler del verdadero destino de los judíos. Precedió su referencia a la nota de Himmler del 17 de septiembre con estas palabras: "Himmler, mientras tanto, siguió echando arena en los ojos de Hitler". Según los demandados, no hay pruebas de que Himmler hiciera esto. Evans alegó que el eufemismo usado en la nota, "emigración de judíos", no indica que se deseara mantener a Hitler en la ignorancia, sino que es un reflejo de la habitual práctica nazi de camuflar referencias a la política de exterminio de judíos. Los demandados afirman que es inconcebible que Himmer hubiera preparado un orden del día para una reunión con Hitler sobre estos asuntos sabiendo que Hitler no los conocía y con la intención de ocultárselos.

Respuesta de Irving

5.191 En su presentación de pruebas, Irving aceptó que posiblemente Himmler y Hitler estaban discutiendo algo siniestro. Pero alegó que no hay razones para suponer que Himmler entró en detalles sobre ello. Irving sostuvo que en Hitler's War citó lo que decía la nota y dejó a los lectores que sacaran sus propias conclusiones.

5.192 Sin embargo, al interrogar a Evans, Irving alegó que lo que Himmler estaba tratando con Hitler era el reasentamiento en Lublin de alemanes étnicos y el desplazamiento de los judíos de Lublin para hacerles sitio. Irving alegó que el reasentamiento de esos judíos, y no su exterminio, era el asunto que se discutía. Afirmó que la interpretación de la nota hecha por Evans es especulativa y demasiado aventurada. Aceptó que la nota propusiera la evacuación y repoblación de Lublin. Pero sostuvo que no hay pruebas al leerla de que Himmler tuviera intención de discutir con Hitler el asesinar a los judíos de Lublin desplazados. Es más, alegó que el reasentamiento de los judíos de Lublin era el "deseo más secreto" de Globocnik. Evans respondió que la deportación de los judíos de Lublin y su ejecución están tan directamente relacionadas que es imposible hacer una distinción entre ellas.

5.193 Irving defendió el uso de la frase "echar arena en los ojos de Hitler" diciendo que no hay ninguna referencia en la nota de Himmler a ninguna de las cosas siniestras que (aceptó Irving) estaban teniendo lugar.
 

(xi) Orden del día de Himmler para su reunión con Hitler del 10 de diciembre de 1942

Introducción

5.194 Siguiendo su método habitual, Himmler listó a mano los puntos que se proponía tratar con Hitler en su reunión del 10 de diciembre de 1942. Uno de ellos dice: "Judíos en Francia, 600 a 700.000". Junto a esas palabras aparece una marca. Himmler también añadió a mano la palabra "abschaffen". Longerich tradujo esto como "liquidar". Después de su reunión con Hitler, Himmler le envió una nota a Muller, jefe de la Gestapo, en la que le indicaba que se debía arrestar a los judíos franceses y deportarlos a un campo especial (Sonderlager). Al mismo tiempo, Himmler llegó al acuerdo con Hitler de que se crearía un campo para 10.000 judíos adinerados de Francia, Hungría y Rumanía con condiciones "aptas para mantenerse vivos y con buena salud".

El caso según los demandados

5.195 El significado de la agenda de Himmler, según los demandados, cuando se considera teniendo en cuenta la nota enviada a Muller y la creación del campo para judíos ricos, es que es una prueba de que discutía con Hitler la liquidación o exterminio de un gran número de judíos franceses. El contraste entre el destino de los judíos franceses que han de mantenerse vivos y con buena salud y el del resto es obvio, dicen los demandados.

5.196 Los demandados critican a Irving por el planteamiento que hace de esta nota en Hitler's War (edición de 1977), en la que Irving traduce abschaffen como "desplazar", algo que, alegan los demandados, malinterpreta el verdadero significado de la nota. En la edición de 1991, se traduce abschaffen como "extraer" y desaparece de la orden la referencia a la creación de un campo para judíos franceses ricos para, según los demandados, eliminar el contraste altamente significativo entre el trato que se iba a dar a éstos y el que esperaba a los judíos franceses deportados.

Respuesta de Irving

5.197 Irving afirmó que no había ni mucho menos 600.000 judíos en Francia. Alegó que su traducción de
abschaffen es correcta y coherente con la palabra abtransportieren, que se encuentra en la versión mecanografiada de la nota. Irving no aceptó la sugerencia de que abtransportieren fuera un eufemismo adoptado para el acta oficial de la reunión. Alegó que su interpretación de la nota proviene de lo que le ocurrió a los judíos franceses: fueron llevados a campos en Alemania, donde se hizo trabajar a un gran número de ellos en la industria de armamento.

5.198 Irving afirmó que lo escrito en la edición de 1977 de Hitler's War es veraz. Explicó que la referencia a la nota se eliminó en la edición de 1991 porque era una edición abreviada y había que borrar parte del texto.
 

(xii) Reuniones de Hitler con Antonescu y Horthy en abril de 1943

Introducción

5.199 El 12 y 13 de abril de 1943, Hitler se reunió con el dictador militar de Rumanía, Antonescu, para estudiar la situación de Rumanía en la guerra. Durante la reunión, se planteó la cuestión de los judíos rumanos.

5.200 En 1943, había en Hungría unos 750.000 judíos, si no más. El gobierno húngaro, dirigido por el Almirante Horthy, expulsó a muchos judíos no húngaros a territorio controlado por los nazis, donde la mayoría fueron asesinados. Los nazis presionaron a los húngaros para que identificaran y deportaran de una forma similar a la mayoría de los judíos que permanecían en Hungría. Pero los húngaros eran reticentes a satisfacer esta petición, y preferían resolver su problema judío a su manera. Hitler y Horthy se reunieron el 16 y el 17 de abril de 1943, poco después de la reunión de Hitler con Antonescu. El objetivo era resolver el punto muerto en el que estaba la situación.

5.201 Los húngaros se negaron a entregar a los judíos de Hungría. Posteriormente, Hungría fue invadida y ocupada por los nazis. Eichmann organizó la deportación de los judíos al Gobierno General. Según los demandados, en junio de 1944 se asesinó a 450.000 judíos húngaros en Auschwitz. Irving alega que esta cifra es menor.

El caso según los demandados

5.202 En relación a la reunión de Hitler con Antonescu, los demandados reprochan a Irving el que no hiciera mención en ninguna edición de Hitler's War a las inflexibles palabras antisemitas empleadas por Hitler el 13 de abril en referencia a los judíos. Las actas registran que dijo:

"Por tanto, a diferencia del Mariscal Antonescu, el Führer dijo que se ha de actuar contra los judíos, cuanto más radicalmente, mejor. ... Si hiciera falta, dado que el odio judío es tan enorme, quemaría las naves para no dar marcha atrás. En Alemania, como consecuencia de la resolución del problema judío, había un pueblo unido sin oposición a su disposición... sin embargo, una vez que se embarcaran en este proyecto, no habría marcha atrás".
Esto, dicen los demandados, evidencia las presiones ejercidas por Hitler sobre Antonescu para provocar un "movimiento" radical de los judíos de Rumanía. Pero Irving pasa por alto todo esto en su relato de la reunión.

5.203 En cuanto a la reunión que tuvo lugar tres días después entre Hitler y Horthy, los demandados alegan que las pruebas indican que en la primera sesión, que tuvo lugar el 16 de abril, y a la que asistieron entre otros Hitler y Ribbentrop, así como Horthy, Hitler trató de persuadir a Horthy para que aceptara la expulsión de los judíos húngaros. Le aseguró de nuevo a Horthy que no habría necesidad de asesinarlos. Pero Horthy se mantuvo en su postura.

5.204 Por tanto, según los demandados, en la siguiente sesión del 17 de abril, Hitler y Ribbentrop se expresaron más explícitamente. Los demandados alegan que el lenguaje empleado por Hitler el segundo día evidencia inequívocamente que Hitler sabía del exterminio de los judíos en Polonia, al igual que lo demuestra el lenguaje utilizado por Ribentropp en presencia de Hitler. El Dr Paul-Otto Schmidt se encargó de levantar acta de la reunión. En el acta se lee que Ribentropp dijo en presencia de Hitler:

"Contestando a Horthy sobre la cuestión de qué debería entonces hacer con los judíos después de que les hubiera arrebatado casi todos los medios de vida- sin duda no podía machacarlos hasta la muerte- el ministro de Exteriores del Reich dijo que se debería aniquilar a los judíos o enviarlos a campos de concentración. No había otra posibilidad".
Pocos después, se lee en el acta cómo Hitler dijo:
"Si los judíos [en Polonia] no querían trabajar, se les pegaba un tiro. Si no podían trabajar, se les tenía que hacer morir. Tenían que ser tratados como bacilos de la tuberculosis que pueden infectar a un cuerpo sano. Esto no era crueldad; si se tenía en cuenta que incluso criaturas inocentes como las liebres y los ciervos tenían que morir para que no causaran daño. ¿Por qué se debería dejar en paz a las bestias que querían llevarnos al bolchevismo? Las naciones que no se libraran de los judíos perecerían".
Los demandados alegan que estos párrafos son importantes, dado que son pruebas claras de que Hitler conocía y aprobaba el exterminio de los judíos. Las declaraciones de Hitler apuntan hacia la intención de exterminar a los judíos de Hungría. Es difícil, dicen los demandados, buscar otra razón por la que los nazis insistieran tanto en que los judíos húngaros cayeran en sus manos.

5.205 Los demandados afirman que Irving recurre en Hitler's War a una serie de vergonzosas técnicas para ocultar el significado de las actas y para alterar su significado. Alegan que el texto de las páginas 509 y 510 de la edición de 1977 de Hitler's War es una "chocante manipulación" del acta de Schmidt de la reunión. En primer lugar, Irving da como pretexto de la presión ejercida sobre Horthy por Hitler y Ribentropp la rebelión del gueto de Varsovia. Pero no hay ninguna mención a la rebelión en el acta de la reunión, algo que según los demandados no es sorprendente dado que comenzó tres días después (el 19 de abril). Irving no da importancia a las observaciones de Ribentropp hechas en presencia de Hitler, apartándolas en una nota al pie (en la que Irving trata de sembrar dudas sobre la fiabilidad del acta de Schmidt citando el borrador de la carta posterior de Horthy a Hitler, del 7 de mayo, en la que se refiere al "aplastamiento" -Ausrottung- de los judíos). A continuación. Irving dice que Hitler recurrió a la devastación causada por los bombardeos aliados para justificar una política más dura contra los judíos, mientras que las pruebas de la época evidencian que Hitler consideraba que los bombardeos eran irritantes, pero totalmente triviales.

5.206 Pero las mayores críticas dirigidas por los demandados al texto de Irving se refieren a la forma en la que Irving trasladó al 17 de abril una frase dicha por Hitler en la reunión del 16. Los demandados alegan que de una forma similar Irving minimiza la importancia de lo que Hitler dijo. Tras citar las declaraciones de Hitler del 17 de abril que ya se han indicado antes, Irving  añade las siguientes palabras:

"Pero se les puede asesinar o eliminar de otra forma", protestó [Horthy]. Hitler le aseguró: "No hay necesidad de hacerlo".
Hitler realmente se expresó así, pero no el 17 de abril. Lo dijo el 16. Al día siguiente, la actitud de los nazis se había endurecido. Al mover al 17 de abril frases que Hitler había pronunciado el 16, según los demandados, Irving diluye el lenguaje brutal y sin concesiones con el que se expresó Hitler al exhortar a Horthy a asesinar a todos los judíos de Hungría. Se advirtió a Irving en 1977, algo que él mismo reconoció, de que había cometido un error en la fecha de la frase. Pero no corrigió el error en la edición de 1991.

5.207 Los demandados critican asimismo a Irving por suavizar lo que dijo Hitler el 17 de abril en la edición de 1991 de Hitler's War. Irving omitió la frase de Hitler sobre la necesidad de matar liebres y ciervos; omitió la pregunta, por qué se debería dejar en paz a "las bestias" (es decir, los judíos), y la referencia a que las naciones que no se deshicieran de los judíos perecerían. Según los demandados, Irving es culpable de una atroz manipulación de lo que dijo Hitler.

Respuesta de Irving

5.208 Irving aceptó que en su relato en Hitler's War de la reunión que tuvo lugar entre Hitler y Antonescu, no se refirió al estallido antisemita de Hitler, que incluía la frase "se ha de actuar contra los judíos, cuanto más radicalmente, mejor". Irving justificó la omisión diciendo que no añade nada a lo que ya se sabe.

5.209  Irving, para refutar la teoría de que Hitler demostró una actitud vengativa hacia los judíos en esta (o en cualquier otra) ocasión, llamó la atención sobre el deseo de Hitler en determinadas ocasiones de aprobar medidas de gracia para judíos o grupos de judíos concretos. Irving presentó como ejemplo el permiso concedido por Hitler a 70.000 niños judíos para que abandonaran Rumanía y viajaran a Palestina. Longerich aceptó que en algunas ocasiones Hitler libró a ciertos judíos de la deportación o el exterminio.

5.210 Con respecto a la reunión entre Hitler y Horthy, Irving remarcó en su respuesta lo que dijo Hitler en la primera sesión, el 16 de abril, sobre todo que no había necesidad de asesinar a los judíos. Argumentó que Hitler opinaba que no había necesidad de asesinar a los judíos húngaros, ya que se les podía alojar en campos de concentración, como ya había ocurrido en el caso de los judíos de Eslovaquia. Irving alegó que, cuando se lee en el acta de la reunión tomada por Hilgruber que Hitler se refirió a que los judíos se habían "desvanecido" en el Este, se refería a su deportación. Evans respondió a esto diciendo que el 16 de abril Hitler estaba preparando una cortina de humo tratando de ocultarle a Horthy cuáles eran sus verdaderas intenciones. Longerich coincidió en esto, añadiendo que la referencia de Hitler a los judíos eslovacos es importante porque (como debía saber Hitler ya en aquel momento), se les había enviado a campos de exterminio.

5.211 Irving no discutió la fiabilidad del acta de Schmidt de la reunión del 17 de abril. Irving alegó que la razón por la que Ribbentrop dijo lo que dijo es que los judíos húngaros suponían una amenaza a la seguridad: lo que proponía Ribbentrop era que, por esta razón, se les debía enviar a campos de concentración; si se negaban  (y sólo en ese caso), se les ejecutaría. Irving se mantuvo en su opinión de que el uso del término "Ausrottung" en el borrador de carta de Horthy a Hitler del 7 de mayo es importante porque con esto se ve que se pretendía deportar a los judíos, no asesinarlos.

5.212 Irving aceptó que se equivocó al mover al 17 de abril una frase que Hitler dijo el 16. También reconoció que el historiador Martin Broszat le había avisado de este error en 1977. Pero alegó que su error en la fecha no es importante. Es por eso, dijo, por lo que no corrigió la referencia en la edición de 1991 de Hitler's War. No hubo ninguna malinterpretación u omisión deliberadas. Irving afirmó que incluyó en la edición de 1977 la esencia de lo que Hitler dijo sobre los judíos el 17 de abril. Su explicación de la eliminación en la edición de 1991 de parte de lo que dijo Hitler es que se trataba de una edición abreviada. En cualquier caso, consideró que las palabras omitidas no aportan gran cosa.

5.213 En cuanto a la forma de expresarse de Hitler, Irving llamó la atención sobre el hecho de que el acta de la reunión elaborada por los húngaros (a diferencia del acta oficial nazi) no hace ninguna referencia a que se fuera a asesinar a los judíos húngaros deportados. No había ninguna razón para que los húngaros ocultaran el hecho de que se les iba a asesinar, si es que eso se dijo en la reunión. Si Hitler hubiera dicho que los nazis proponían asesinar a los judíos húngaros, es de esperar, sugirió Irving, que en el acta de los húngaros se incluyera una protesta contra tal barbaridad.

5.214 Irving explicó que Hitler estaba consternado y enfadado por los recientes bombardeos aliados sobre ciudades alemanas. Esa era la razón del estallido de Hitler ante Horthy. Evans señaló que en la edición de 1977 de Hitler's War Irving dio una explicación diferente de las palabras amenazadoras de Hitler, en especial las referidas a la rebelión de Varsovia. Otra explicación ofrecida por Irving de las palabras usadas por Hitler es que estaba lleno de resentimiento por la masacre de Katyn. Todas estas explicaciones y excusas son falsas, según Evans.
 

(xiii) La deportación y asesinato de los judíos de Roma en octubre de 1943

Introducción

5.215 Aunque este suceso es uno de los presentados por Evans en su informe de pruebas para el ataque al análisis histórico de Irving, le dedicaré poco tiempo, ya que los demandados indicaron posteriormente que no se iban a apoyar en él. Irving, sin embargo, decidió interrogar a Evans sobre esto.

5.216 Italia se encontraba en octubre de 1943 en la siguiente situación: Mussolini había sido depuesto tres meses antes, y le había sustituido un nuevo gobierno italiano, que rápidamente se rindió a los aliados. Como resultado, los nazis invadieron Italia. Roma cayó ante el avance nazi. El país en general, y Roma en particular estaban en un cierto estado de confusión administrativa. La situación en el norte de Italia era inestable.

5.217 Tanto la edición de 1977 como la de 1991 de Hitler's War cuentan que el 6 de octubre de 1943 el jefe de las SS en Roma recibió la orden de transferir a 12.000 judíos romanos al norte de Italia, donde serían liquidados. Según el relato de Irving, se consultó al cuartel general de Hitler, y se dio la orden de que se llevara a esos judíos a un campo de concentración al norte de Italia llamado Mauthausen, donde se les tendría como rehenes, en lugar de liquidarlos, como había ordenado Himmler. Irving afirmó que este episodio revela que Hitler se preocupaba por los judíos y trataba de asegurarse de que siguieran vivos.

El caso según los demandados

5.218 Los demandados alegan que en su versión de los hechos Irving ha manipulado nuevamente las pruebas históricas y malinterpretado el efecto de la intervención de Hitler. Según Evans, Irving consigue esto en primer lugar suprimiendo documentos que demuestran que el contexto de la intervención de Hitler la sitúa en una disputa sobre si (como pedía con insistencia el mariscal de campo Kesselring) se debía dejar en Roma a los judíos trabajando en fortificaciones o si (como había ordenado Himmler) se les debía enviar al Reich y liquidarlos. Había un fuerte sentimiento local en Roma en apoyo a que los judíos permanecieran allí. Evans aceptó que los documentos demuestran que Hitler ordenó a través de Ribbentrop que se llevara a los judíos de Roma a Mauthausen como rehenes. Pero su destino quedó entonces en manos de las SS, es decir, en manos del Reichsfuhrer de las SS Himmler. Así que, afirmó Evans, lejos de interceder en favor de los judíos, el efecto de la intervención de Hitler fue poner a esos judíos en las manos asesinas de las SS. La disputa fue así resuelta por Hitler en contra de aquellos que, como Kesselring, estaban tratando en Roma de salvar a los judíos y en favor de las SS, que ya habían dejado claro que su intención era asesinar a todos los judíos que cayeran en sus manos.

5.219 Se llevó a los judíos rumbo norte, no a Mauthausen, sino a Auschwitz, donde en su momento fueron asesinados. Según Evans, el decir que se iba a llevar a los judíos a Mauthausen como "rehenes" trataba de ocultar la suerte que las SS reservaba a los judíos y aplacar a los preocupados oficiales de Roma. Hitler sabía perfectamente lo que les iba a ocurrir. Hitler no tenía ninguna intención real de que los judíos romanos sobrevivieran. Mauthausen era un importante campo de concentración, donde sistemáticamente se hacía trabajar a los prisioneros hasta la muerte.

5.220 Irving, dicen los demandados, habiendo alabado injustificadamente a Hitler por su intercesión en favor de los judíos, agrava el error omitiendo el hecho de que se asesinó a los judíos de Roma.

Respuesta de Irving

5.221 La base de la respuesta de Irving es que la orden dada por Hitler quería decir lo que decía, que no se debía liquidar a los judíos, como parecían pretender las SS, sino que se les debía mantener con vida en
Mauthausen para usarlos más tarde como rehenes si surgía la necesidad. Irving afirmó que Hitler intercedió de una forma que pretendía proteger las vidas de los judíos romanos. No aceptó que Hitler previera, y menos aún que pretendiera, que las SS les enviara a la muerte. El que finalmente los judíos romanos fueran asesinados fue una violación de la orden expresa de Hitler y era lo contrario de sus intenciones. Irving negó cualquier manipulación de las pruebas u omisión en su relato de los hechos.
 

(xiv) Los Discursos de Himmler del 6 de octubre de 1943 y del 5 y 24 de mayo de 1944

Introducción

5.222 El 6 de octubre de 1943 Himmler habló en una reunión de Reichsleiters y Gauleiters. Dijo:

"Les pido que mantengan el secreto, que escuchen lo que voy a decir y que nunca hablen de ello, de lo que digo en estos círculos. Nos planteamos la cuestión, qué hacer con las mujeres y los niños, y tomé la decisión de buscar una solución clara. No me consideré justificado al liquidar sólo a los hombres, dejando a los niños para que actúen como vengadores contra nuestros hijos y nietos. Se tenía que tomar la grave decisión de hacer desaparecer a este pueblo de la faz de la Tierra".
5.223 Al año siguiente, el 5 de mayo de 1944, Himmler habló con los generales de la Wehrmacht. Según la transcripción de su discurso, dijo:
"Se ha resuelto el problema judío en Alemania y en general en los países ocupados por Alemania. Se resolvió de una forma inflexible de acuerdo con la lucha a vida o muerte de nuestra nación, en la que la existencia de nuestra sangre está en juego. Pueden entender lo difícil que fue para mi llevar a cabo esta orden marcial (soldatische Befehl), algo que hice por obediencia y con un sentido de completa convicción".
5.224 El 24 de mayo de 1944, Himmler se dirigió de nuevo a los generales en los siguientes términos:
"Otra cuestión que era decisiva para la seguridad interior del Reich en Europa era el problema judío. Fue resuelto de una forma inflexible, siguiendo órdenes y el reconocimiento racional del problema. Creo, caballeros, que me conocen suficientemente bien como para saber que no soy una persona sedienta de sangre. No soy un hombre que disfrute o se alegre cuando se ha de hacer algo duro. Sin embargo, por otro lado, tengo tal sangre fría y tal sentido del deber que podría decir de mi mismo que lo soy. Cuando reconozco que algo es necesario, puedo llevarlo a cabo sin dudar. No me he considerado con derecho, en especial con respecto a las mujeres y los niños, a permitir que los niños crezcan y sean los vengadores que asesinarán a nuestros padres y nietos. Esto habría sido cobardía. Por tanto, el problema se resolvió sin miramientos".
El caso según los demandados

5.225 Los demandados alegan que en estos tres discursos Himmler habla en términos brutales del asesinato de los judíos. Irving no discutió esto. Pero la importancia principal de esta trilogía de discursos es que arrojan luz sobre la cuestión de si Hitler conocía los asesinatos. Sobre el primero de estos discursos, los demandados dicen que Himmler no habría empleado unos términos tan explícitos en el caso de que Hitler ignorara que estaban teniendo lugar los asesinatos. Himmler se habría dado cuenta de que los miembros de su audiencia podrían haber hablado de la cuestión con Hitler. En relación al discurso del 5 de mayo de 1944, los demandados afirman que la referencia a una "orden marcial" debe significar que Himmler había recibido esta orden como solución del problema judío de Hitler, dado que era la única persona con capacidad de dar órdenes a Himmler. Igualmente, con respecto al discurso del 24 de mayo, los demandados alegan que las "órdenes" se refieren a órdenes de Hitler. Leídos en conjunto, los demandados sostienen que la terminología de los discursos de Himmler en mayo de 1944 demuestran el conocimiento y responsabilidad de Hitler por los asesinatos de judíos, incluidos mujeres y niños.

5.227 Los demandados dirigen sus críticas a Irving en concreto por la forma en la que analiza en la página 630 de Hitler's War (edición de 1977) el discurso del 5 de mayo. Parafrasea a Himmler de tal forma que oculta el inflexible lenguaje brutal que usó. Tras la referencia al discurso de Himmler, Irving añade:

"Nunca antes, y nunca después, insinuó Himmler una orden del Führer, pero hay razones para dudar de que mostrara este texto a su Führer".
Los demandados responden que es una pura especulación de Irving en el que no se mostrara a Hitler el texto en cuestión, pero se lo presenta a los lectores como un hecho establecido. Destacan que en la edición de 1991 la referencia al discurso de Himmler del 5 de mayo ha sido totalmente omitida. Los demandados sostienen que es una parte importante, dado que arroja luz sobre el papel de Hitler en el exterminio de los judíos. La deducción inevitable es que Irving estaba tratando de evitar comprometer a Hitler.

5.228 Se dirige al lector a una nota al pie en la que Irving afirma que la página que contiene la frase clave que se refería a una orden militar fue "manifiestamente" vuelta a pasar a máquina e insertada en la transcripción en una fecha posterior. Irving sugirió que esto indica que la versión del discurso que se mostró a Hitler fue depurada para excluir referencias a Himmler diciendo que Hitler le había ordenado emplear una solución sangrienta con el problema judío. Irving argumenta que Himmler hizo esto porque sabía bien que Hitler no había dado esa orden.

Respuesta de Irving

5.229 Irving aceptó que con seguridad a partir de octubre de 1943 se ha de reconocer que Hitler no podía ignorar la existencia del programa de exterminio. Pero señaló que en su discurso del 6 de octubre de 1942, Himmler habló de una decisión que había tomado él y no Hitler. Del hecho de que la transcripción de la página relevante del discurso ha sido claramente pasada a máquina en una máquina de escribir distinta y de que la paginación ha sido alterada, Irving dedujo que el documento había sido alterado y por tanto no es fiable. Rechazó la explicación trivial, que Himmler estuviera revisando lo que se propuso decir en su discurso. Irving argumentó que se ha de deducir que la transcripción fue depurada antes de que se enviara a Hitler porque Himmler no quería que Hitler supiera que estaba afirmando falsamente que actuaba bajo las órdenes de Hitler. En cuanto al discurso del 24 de mayo (del que Irving sospecha también que ha sido alterado), alegó que las órdenes a las que se refiere podían ser también órdenes dadas por Himmler a sus subordinados.

5.230 Irving defendió el análisis de estos discursos hecho en Hitler's War diciendo que los citó y dejó que el lector sacara sus propias conclusiones. Señaló que en las reuniones entre Hitler y Himmler que tuvieron lugar durante el verano de 1944, Hitler se refiere todavía a la expulsión (y no al exterminio) de judíos. Estas declaraciones no pueden ser desestimadas como lenguaje en clave, dado que Hitler no tenía la necesidad de emplear eufemismos al hablar con Himmler.
 

(xv) Discurso de Hitler del 26 de mayo de 1944

Introducción

5.231 Hitler se dirigió a oficiales veteranos de la Wehrmacht el 26 de mayo de 1944 en los siguientes términos:

"Al apartar al judío, eliminé en Alemania la posibilidad de que se creara un núcleo revolucionario. Se me podría decir: "Sí, ¿podría usted haber resuelto esto de una forma más simple- o no tan simple, dado que cualquier otro medio habría sido más complicado- y más humana? Estimados oficiales, estamos envueltos en una lucha a vida o muerte. Si nuestros oponentes vencen en esta batalla, el pueblo alemán será exterminado".
El caso según los demandados

5.232 Los demandados sostienen que esto es una prueba de un reconocimiento de Hitler de que se habían usado medios inhumanos para apartar (asesinar) a los judíos. Afirman que Irving oculta el verdadero sentido de las palabras de Hitler en la página 631 de Hitler's War (edición de 1977). Irving precede su cita del discurso de Hitler comentando que éste hablaba "en términos que eran filosóficos y menos ambiguos". Escribe que Hitler hablaba de las razones por las que había "expulsado" a los judíos. Los demandados alegan que de esta forma Irving trataba de ocultar el significado de la referencia hecha por Hitler a la "extirpación" de los judíos.

Respuesta de Irving

5.234 Irving señaló que fue él quien descubrió el texto de este discurso. Afirmó que lo citó con precisión. Aceptó que el método menos humano del que habla Hitler podría haber sido el asesinato. Pero dijo de nuevo que dejaba a sus lectores que sacaran sus propias conclusiones.
 

(xvi) La declaración de Ribbentrop desde su celda en Nuremberg

Introducción

5.235 En una nota al pie de la página 851 de la edición de 1977 de Hitler's War, Irving citó un párrafo extraído de las notas tomadas por Ribbentrop cuando se le encarceló en la prisión de Nuremberg:

".. el que [Hitler] lo ordenara [la destrucción de los judíos], es algo que me niego a creer, porque un acto así habría sido totalmente incompatible con la imagen que siempre tuve de él".
El caso según los demandados

5.236 Los demandados no se quejan de la cita de Irving de las notas de Ribbentrop. Pero le critican duramente por omitir citar el párrafo que venía a continuación, que dice:

"Por otra parte, leyendo el Testamento [de Hitler], se ha de suponer que al menos lo conocía, si no es que, por su fanatismo antijudío, lo ordenó".
Los demandados dicen que esta forma de presentar las notas de Ribbentrop no tiene justificación. Critican además a Irving por no cuestionarse la credibilidad de Ribbentrop como fuente, dada su inquebrantable lealtad a Hitler y a sus declaraciones, demostradamente falsas, según las cuales no conocía el destino que le esperaba a los judíos tras su deportación.

5.237 Asimismo, los demandados alegan que Irving ha ignorado inexcusablemente el testimonio del psicólogo de la prisión de Nuremberg, el Dr. Gilbert, sobre su conversación con Ribbentrop, en la que éste aparenta reconocer el que Hitler hubiera ordenado el exterminio de los judíos en 1941. Evans alegó que Irving ha ignorado también la transcripción de una conversación en la que Ribbentrop le dice a un oficial británico cómo en 1944 habló con Hitler de las atrocidades que tenían lugar en los campos.

5.238 La consecuencia de presentar un cita cuidadosamente seleccionada y omitir las otras citas es que al lector se le da un impresión totalmente distorsionada del punto de vista de Ribbentrop sobre el conocimiento que tenía Hitler del Holocausto.

Respuesta de Irving

5.239 Irving reconoció que no incluyó en su cita de las notas de Ribbentrop escritas en la prisión el párrafo mencionado anteriormente. Lo hizo porque los escritores han de ser selectivos y evitar escribir "páginas de relleno". El párrafo omitido pedía a gritos que lo suprimieran. Era una mera suposición de Ribbentrop. Irving manifestó no estar de acuerdo con la idea de que su relato de los hechos mostrara de una forma falsa y parcial la opinión de Ribbentrop sobre la responsabilidad de Hitler en el exterminio de los judíos. Irving justificó su omisión de las otras declaraciones hechas por Ribbentrop sobre el conocimiento de Hitler del exterminio de los judíos diciendo que ninguna es fiable.
 

(xvii) Marie Vaillant-Couturier

Introducción

5.240 Marie Vaillant-Couturier, una gentil, miembro de la Resistencia francesa, estuvo prisionera en el campo de mujeres de Auschwitz de 1942 al final de la guerra. En 1946 dio un testimonio vívido y detallado ante el Tribunal Militar Internacional de Nuremberg sobre las condiciones atroces del campo, la esterilización de mujeres, el asesinato de bebés nacidos de mujeres que llegaron embarazadas, y otros hechos. Uno de los jueces que presidían las sesiones era un americano, el juez Biddle.

El caso según los demandados

5.241 En relación a la Sra. Vaillant-Couturier, las críticas hechas por van Pelt contra Irving se refieren no a sus obras, sino a sus declaraciones, hechas varias veces, una de ellas en 1989, en una rueda de prensa en la que se celebraba la publicación inglesa del Informe Leuchter (que analizaré en la sección VII, referida a Auschwitz), en las que dice que:

"dio un desgarrador testimonio de las cosas a las que había sobrevivido, y en su diario, al final de ese día, el juez Biddle escribió 'no creo una palabra de lo que dice, creo que es una maldita mentirosa' ".
Irving había hecho declaraciones similares antes, el 13 de agosto de 1988, en Toronto, cuando afirmó que el juez había escrito "dudo de todo esto" (cursiva añadida).

5.242 Los demandados alegan que estas declaraciones malinterpretan totalmente la opinión que tenía el juez del testimonio de Vaillant-Couturier. Las notas tomadas en aquel momento por el juez revelan que insertó entre paréntesis las palabras "dudo de esto" al final del párrafo en el que anotó las declaraciones de Vaillant-Couturier según las cuales todos los campos tenían un sistema de selección de prostitutas para los oficiales de las SS. Esto no parece ser una afirmación que hiciera a partir de lo que ella misma conocía. No hay ninguna razón, dicen los demandados, para suponer que el juez Biddle no creyera en alguna otra parte del testimonio. Las declaraciones hechas por Irving en la rueda de prensa eran un vergonzoso intento de desacreditar a la testigo sobre una base que, como él debería haber apreciado, era totalmente insostenible. La adición de la palabra "todo" en el discurso de Toronto fue, según los demandados, una tergiversación deliberada.

Respuesta de Irving

5.243 Irving no aceptó que la nota del juez Biddle se refiriera meramente al párrafo que he resumido antes. Alegó en sus conclusiones que, al interrogarla, los abogados de la defensa habían sugerido que ni siquiera había estado en Auschwitz. Irving sugirió esto a Evans en el interrogatorio (y no hizo ninguna pregunta sobre esto a van Pelt). Irving alegó que la Sra. Vaillant-Couturier había hecho algunas declaraciones absurdas en su testimonio (por ejemplo, que había una máquina golpeapersonas en el campo). Irving se mantuvo en su afirmación de que, con lo que había leído de los documentos privados del juez sobre los testimonios dados por los testigos, pudo deducir que el juez Biddle hacía un comentario general sobre el testimonio de Vaillant-Couturier. Irving no presentó ninguno de los documentos en los que decía basar esta alegación.

5.244 En su presentación de pruebas, afirmó que el juez Biddle "terminó tan harto del testimonio de esta mujer que finalmente no pudo contenerse y escribió entre paréntesis en su informe- dice 'dudo de esto' ". Pero aceptó que lo que dijo en la presentación del Informe Leuchter fue una "glosa" del comentario del juez. Se excusó diciendo, erróneamente, que habían pasado años desde que leyó las notas del juez. Para explicar el hecho de que había citado al juez diciendo "dudo de todo esto" cuando habló en Toronto, Irving afirmó, en primer lugar, que añadió la palabra "todo" para explicárselo más claramente a su audiencia y después, que el juez había cambiado las palabras "dudo de esto" por "dudo de todo esto". No presentó pruebas de esta segunda afirmación.
 

(xviii) Kurt Aumeier

Introducción

5.245 Kurt Aumeier fue durante un tiempo lugarteniente de Hoss en Auschwitz. Poco después del final de la guerra fue capturado y encarcelado por los británicos. Mientras estaba en cautividad escribió a mano doscientas páginas de memorias sobre sus experiencias en el campo. Dio detalles precisos sobre la forma en la que se usaban las cámaras de gas. Describió los procedimientos de gaseamiento e hizo referencia a la construcción del Crematorio 3. Fue a continuación extraditado a Polonia, donde fue juzgado, encontrado culpable y ahorcado. Sus memorias no estuvieron a disposición de los historiadores hasta 1992, cuando fueron leidas por Irving poco después de que fueran dadas a conocer por los Archivos Públicos de Londres.

El caso según los demandados

5.245 Los demandados alegan que, a pesar de la existencia de un cierto número de imprecisiones en su relato de los hechos, Aumeier es un testigo importante y fiable, cuya detallada descripción de los Búnkers I y II y de la forma en la que se usaban los Crematorios 2 y 4 son pruebas firmes de que, como alegan, se usaron cámaras de gas masivamente en Auschwitz. A través de van Pelt y Evans los demandados alegan que Irving reconoció el problema que suponían las memorias de Aumeier para los revisionistas en relación a la existencia de cámaras de gas en Auschwitz. En una carta dirigida a Marcellus, del Institute for Historical Research ("el IHR") el 4 de junio de 1992, dijo que "estas MSS van a ser un problema para los revisionistas, y requieren un análisis que se anticipe a nuestros enemigos y una respuesta".

5.246 Para enfrentarse al "problema" planteado por el testimonio de Aumeier, Irving conjeturó en primer lugar, sin pruebas en las que basarse, que este testimonio había sido conseguido a la fuerza por sus interrogadores. Por esto, los demandados alegan que Irving suprimió el testimonio de Aumeier porque minaba profundamente su tesis según la cual no hubo cámaras de gas en Auschwitz. Siguió dando discursos negando el Holocausto sin mencionar el testimonio de Aumeier. Aunque Irving había leído las memorias en 1992, no fue hasta mayo de 1996 cuando Irving informó de su existencia a van Pelt en una carta. Van Pelt señaló que la revelación en privado que se le hizo de las memorias está lejos de parecerse a hacerlas de dominio público, que es lo que un historiador reputado y objetivo debería haber, y habría, hecho.

Respuesta de Irving

5.247 Irving reconoció que le escribió a Marcellus, del IHR, diciéndole que los manuscritos de Aumeier iban a ser un problema para los revisionistas y que tenían que ser analizados antes que "nuestros enemigos" y darles una respuesta. Lo que Irving alegó querer decir es que las memorias eran dañinas para la postura revisionista. Dijo que los "enemigos" a los que se refería eran historiadores irresponsables que saltarían a por cualquier documento y lo hincharían.

5.248 A pesar de lo que le escribió al IHR, Irving alegó que Aumeier es un testigo dudoso. Entre los errores en su testimonio que señaló Irving está su afirmación según la cual mientras estuvo destinado en Auschwitz (que fue durante la mayor parte de 1942), se asesinó a 15.000 personas con gas en este campo. Esa estimación no concuerda con otras pruebas. Además, muchas de las fechas están confundidas. Irving se mantuvo en su alegación según la cual Aumeier sufrió malos tratos por parte de sus captores británicos. Identificó a un oficial británico que, dijo, usó la fuerza bruta para obligar a Aumeier a proporcionar un relato más detallado y exagerado sobre lo que había visto. Estas eran las razones por las que Irving limitó su referencia al testimonio de Aumeier en sus escritos sobre Auschwitz a una nota al pie en su libro Nuremberg. Cuando se le indicó que había calificado ahí a las declaraciones de Aumeier de "convincentes", Irving explicó que quería decir que eran pruebas convincentes que había que examinar. Irving señaló que la nota al pie también hacía referencia a la presión ejercida sobre Aumeier durante su interrogatorio.

5.249 Irving negó la acusación de omisión. Dijo que llamó la atención de varios historiadores sobre el testimonio de Aumeier. En mayo de 1997 escribió a van Pelt, el experto reconocido mundialmente, hablándole de las memorias, pero no recibió respuesta. (Van Pelt presentó pruebas que demuestran que no había recibido la carta). Reconoció que no fue hasta la publicación de Nuremberg en ese mismo año cuando hizo públicas las memorias. Irving (correctamente) desestimó la sugerencia que los demandados le hicieron de que su revelación fue hecha sólo porque sus consejeros legales habían alertado de la existencia de las memorias porque Irving las hizo públicas en esta causa.


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