[an error occurred while processing this directive]

Engaño y Tergiversación
Técnicas de Negación del Holocausto
Frau Ilse Koch, el General Lucius Clay, y las
atrocidades cometidas con piel humana


Autor: Jamie McCarthy

Ilse Koch (su nombre tiene dos sílabas; su apellido suena como la palabra escocesa "loch") es la persona más famosa de todos los alemanes acusados de haber cometido atrocidades durante la guerra. Era la esposa del comandante del campo de Buchenwald. Fue condenada dos veces en juicios de posguerra, la primera por un tribunal internacional y la segunda por un tribunal de su propio país. El principal cargo contra ella fue la crueldad con los prisioneros, llegando al asesinato, pero el motivo por el que es más conocida es por hacer objetos con piel humana, incluyendo las pantallas de lámparas de las que todos hemos oido hablar.

La existencia de dichos objetos ha sido ampliamente documentada; no se cuestiona lo más mínimo que alguien los fabricó con piel humana. Cuando se ve un libro cuyas tapas están hechas de piel curtida con un tatuaje decorativo, es difícil negar que fuera piel de un ser humano. Si alguien aún duda del origen de esta sustancia, se puede examinar el informe forense realizado con muestras de la piel. Concluye, basándose en el estudio microscópico y la situación de los pezones y el ombligo, que la piel era ciertamente humana.

Varios negadores del Holocausto, sin embargo, han intentado arrojar dudas sobre la existencia de esta piel, y sobre la culpabilidad de Ilse Koch en particular. Arthur Butz escribe: [1]

La piel tatuada era sin duda debido a las tareas de experimentación médica de Buchenwald. Como señaló [Christopher] Burney [un ex-interno del campo], cuando un interno de Buchenwald moría, los doctores del campo examinaban su cuerpo, y si encontraban algo interesante lo conservaban. Casi con seguridad, la colección de muestras con fines médicos así recogida fue la procedencia de la piel tatuada y la cabeza humana que se convirtieron en el Tribunal Militar Internacional en "muestras" relacionadas con personas "asesinadas" en Buchenwald. [...]

...en 1948 el gobernador militar americano, el General Lucius Clay, revisó su caso y concluyó que, a pesar de los testimonios presentados en su juicio, Frau Koch no podía ser relacionada con las pantallas de lámparas y otros artículos que fueron "descubiertos" (colocados) en la residencia del comandante de Buchenwald cuando se capturó el campo en 1945. Para empezar, no había vivido allí desde su arresto y el de su marido en 1943. Además, su "diario familiar", del que se decía que estaba forrado en piel humana, y que fue una de las principales acusaciones contra ella, nunca fue localizado, y obviamente nunca existió.

Tenemos aquí dos explicaciones de los objetos de piel humana. Es interesante señalar que son mutuamente excluyentes. Por una parte, según Butz, los objetos sin ninguna duda existieron, dado que se presentó piel tatuada ante el Tribunal de Nuremberg, aunque es "muy probable" que las "muestras con fines médicos" simplemente se cortaran de los cadáveres de prisioneros fallecidos de muerte natural. Por otro lado, los objetos fueron "colocados" por los Aliados.

Butz no puede decir las dos cosas a la vez. Puede decir que Ilse Koch es inocente porque los objetos procedían de prisioneros que murieron por causas naturales y no por asesinato, o puede decir que los objetos eran falsificaciones hechas por los Aliados para acusar a los nazis. Decir ambas cosas es absurdo. Pero esto es lo que hace.

El libro de Butz fue uno de los primeros trabajos de la negación del Holocausto, y los trabajos posteriores se refinarían en un alto grado. Este refinamiento es claramente demostrado por las siguientes afirmaciones sobre Ilse Koch de los negadores.

De hecho, en el mismo año en el que el libro de Butz era publicado, 1976, el General Lucius Clay concedió una entrevista a la poco conocida Fundación de Investigación George C. Marshall, en la que señaló que creía que los objetos de piel humana no eran de ésta en realidad, sino de piel de cabra. Mark Weber, hoy editor del Journal of Historical Review, conoció esta entrevista algunos años después, cuando Clay ya había muerto (murió en 1978). Obtuvo una transcripción, con la ayuda de Robert Wolfe, de los Archivos Nacionales, hoy retirado, y que casualmente es alguien que se opone fuertemente a la negación del Holocausto. En 1987, Weber publicó sus hallazgos en un artículo del Journal of Historical Review [2]

Armados con esta "nueva" prueba, los negadores empezaron a recurrir a la afirmación de Butz según la cual había que considerar a Koch inocente porque los objetos de piel humana eran "muestras con fines médicos". Después de todo, éste es el argumento más débil; si se consideran ciertas las conclusiones del tribunal según las cuales los objetos de piel humana existieron, y después se considera cierta la sentencia del tribunal que condenaba a Koch por asesinato, entonces es una simple cuestión académica si la piel procedía de prisioneros que fallecieron por muerte natural o violentamente.

La imagen del nazismo queda mucho mejor si se dice que los Aliados acusaron falsamente a Ilse Koch - así que esta la nueva orientación que adoptaron los negadores. Theodore J. O'Keefe publicó más tarde un panfleto titulado "The 'Liberation of the Camps': Facts vs. Lies" ("La 'Liberación de los Campos': Hechos frente a Mentiras"), que recurría a la cita de Clay y repetía las teorías de Weber según las cuales los objetos de piel humana nunca existieron o fueron falsificados por los Aliados. Los anuncios de campus de Bradley R. Smith, insertados en periódicos universitarios en 1991, incluían la cita de Clay y daban a entender las teorías de Weber. [3] Más tarde, los negadores empezaron a citar la obra de Jean Edward Smith Lucius D. Clay: An American Life [4] , en la que Clay repetía lo de la piel de cabra (aunque también se contradecía, como veremos).


[ Índice | Siguiente ]

[an error occurred while processing this directive]